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Incoherentes y preocupantes decisiones

19 agosto 2009

Las decisiones últimas tomadas en materia educativa presentan un conjunto de incoherencias que nos demuestran una vez más lo poco que interesa la educación al gobierno. Otras son las noticias que se privilegian, otros los protagonistas que tratan de resaltar, sin tener en cuenta que está en juego la educación de niños y jóvenes peruanos. Nos gustaría que la Defensoría del Pueblo, haga nuevamente un informe sobre este sector que parece que tiene el favor presidencial pero sin reconocer la forma cómo se conduce el sector, la manera como se sigue decidiendo desde Lima. Así como la Defensoría del Pueblo señala los conflictos sociales que existe, debería informar cómo se está desarrollando la educación en el país. Veamos el panorama.
Faltando muy poco para el reinicio de las labores educativas, interrumpida por la gripe Ah1n1, en una emisora local entrevistaban al Viceministro de Gestión Pedagógica. El público podía intervenir: una persona que se identificó como director de una institución educativa ubicada en una de las zonas más pobres de Lima, ante el anuncio del reinicio de las clases el lunes 10 de agosto y el fin del año escolar el 31 de diciembre, le pedía la Viceministro que contemplase esta fecha dado que los chicos, en la última quincena de diciembre se dedican a la venta de artículos varios como una forma de agenciarse dinero para las fiestas, que los profesores y los padres de familia sabían ponerse de acuerdo para “recuperar” los días perdidos; que tenían experiencia, que en sus luchas gremiales ya lo habían hecho. La radio, en lugar de que el Viceministro respondiera de inmediato, dio paso a su tanda de comerciales. No nos pudimos enterar de la respuesta pero por las noticias aparecidas en los medios suponemos que no fueron escuchadas las sugerencias del director. Por el contrario al día siguiente el Ministerio anunciaba que las clases se reanudarían el día 10 de agosto y hasta el 31 de diciembre pues si no sería imposible cumplir con el total de horas lectivas de cada nivel.
Este hecho anecdótico, pero muy representativo entre la autoridad y un docente que ejerce el cargo de director, es una muestra de intolerancia .cuando se gobierna y se tiene el poder y casi escandaloso, cuando pocas horas antes el mismo viceministro había inaugurado un Congreso Internacional sobre educación inclusiva.

Este simple diálogo evidencia y niega lo que expresan las normas educativas del presente año, lo que dice la Ley de Educación, lo que significa la autonomía escolar, lo que los Consejos Educativos Institucionales (CONEI) pueden decidir. Igual que en escritos presidenciales últimos, en el país hay escuelas de primera, segunda y tercera y por ello se da un trato “diferenciado” según su procedencia.

Nuevamente nos encontramos con el liderazgo tutelado, es decir, un buen director es quien dice “sí señor”, a la autoridad, a quien acata la orden y la cumple; es mal director quien osa ser creativo, propositivo, quien conoce su realidad y está atento a sus necesidades, a sus expectativas, quien no tiene miedo a pensar. A este educador, no se le escucha, no se le quiere comprender. Es decir, como si no se hubiese cambiado de siglo y menos de discurso autoritario. Vale más horas señaladas –aunque no tengan contenido- que verdaderamente días convenidos con la comunidad para recuperar las horas de clase. Vale más la forma que el fondo. ¿No se está excluyendo a muchos maestros directores con esta medida?

¿Por qué el Ministerio de Educación ante la emergencia sanitaria no encargó a cada Región que evalúe si era necesario suspender las clases en todas las instituciones educativas o solamente en aquellas en donde había mayor riesgo de contraer gripe? Una medida educativa como suspender las clases bajo el manto de prevención, pero sin consultar a los propios involucrados, indica a las claras que el discurso de la descentralización de funciones queda de lado o simplemente echa por la borda la tímida participación. ¿Esto acaso no atenta contra la calidad de la educación?

En democracia se puede discrepar, discutir, pero también llegar al consenso. Una educación democrática debe enseñar a escuchar, a concertar, a respetar al otro, a llegar al punto de encuentro antes que hacer prevalecer la autoridad absoluta. Un hecho sin duda desapercibido, desde una óptica ciudadana crítica, pero indicador del concepto que se tiene de lo que es pertinencia y lo que significa.

Si bien la Ley General de Educación y el Proyecto Educativo Nacional (PEN) hacen referencia a la inclusión no significa que se ha entendido en profundidad el contenido del concepto a nivel político, social y pedagógico. Falta una mayor elaboración, pues la inclusión es un derecho y por lo tanto no nos parece que se practica cuando se procede y responde desde el poder a la problemática de los educandos cuyas clases fueron suspendidas por la gripe. Cerrarse en el cumplimiento de horas de clase y ser poco flexible para escuchar la demanda de una realidad concreta, no habla bien de quien detenta el alto cargo. ¿Por qué dicha autoridad no respeta instancias que conocen la realidad y el día a día de sus estudiantes, de tantos pueblos y comunidades del país? ¿Por qué el afán de protagonismo y aparecer en radio y TV solamente sobre hechos de coyuntura y ser evasivo para el debate real de lo que debe ser la educación en el país. ¿Por qué confundir el concepto de liderazgo? El liderazgo en educación, que muchos solicitan, sin ser escuchados, tiene sus niveles y cada uno debe desarrollar sus capacidades y desarrollar su política en el marco de la política nacional de educación. .Pero los liderazgos se forman respetando los espacios, las decisiones de los funcionarios, reconociendo el esfuerzo y dando los instrumentos y recursos necesarios para poder realizarlos. Esto no sólo implica tener conocimiento de lo pedagógico, sino también de la política a desarrollar.
Tanto se esmeró el viceministro en anunciar el inicio de clases que el día de hoy 09 de agosto un diario publica la siguiente noticia: “OTRA MUESTRA DE LENTITUD EN EL GASTO PÚBLICO. Empezarán clases sin recursos para prevenir la gripe. Autoridades admiten demora en la asignación de fondos. Ministerio pide denunciar a las UGEL que dilaten entrega de dinero. Escuelas adquieren por su cuenta artículos de limpieza. Forzado receso redujo en casi 50% contagios en escolares.” EL COMERCIO. 09.08.09) Sin embargo y a pesar de constataciones y de liderar la entrega de recursos, se “lavan las manos” pidiendo denunciar a quienes no entregaron los recursos. ¿Y qué pasó con el Ministro de Educación y sus viceministros? Otra vez la pita se corta por el lado más delgado: la UGEL y ella buscará un chivo expiatorio, en el director de la escuela. ¿Es equitativa la culpa? ¿Será equitativo el castigo?
¿Dónde quedó la política de descentralización? ¿Sólo en transferencia de partidas económico-contables? ¿Por qué dar directivas nacionales y responder a temas que corresponden en la cadena de decisiones del sector educación a las UGEL? (Unidad de Gestión Educativa Local). Liderazgo distorsionado, mal entendido, confundido con autoritarismo tradicional que no permite el fomento y promoción de nuevas autoridades, del desarrollo de competencias profesionales en gestión educativa.
Si bien se dice que tenemos sintonía con acuerdos internacionales, es curioso que habiéndose realizado en París hace un mes, la Conferencia Mundial sobre Educación Superior, ninguna palabra autorizada ninguna opinión que difunda los temas que se han tratado. El Boletín de IESALC decía “El 2009 es el año de la II Conferencia Mundial de Educación Superior que se nos presenta como una posibilidad única de debatir con representantes de todos los países del mundo una plataforma para apoyar la construcción de una educación superior de calidad y pertinente en nuestra región.” (Boletín IESALC 192) ¿Quién fue el representante peruano? ¿Qué llevo a dicha Conferencia como aporte del Perú a la Educación Superior? Nadie informa sobre el Plan de Acción de la CRES 2008 que resalta la necesidad de perfeccionar los mecanismos de aseguramiento de calidad de la educación superior y la necesidad de consolidar las experiencias regionales de evaluación y acreditación; de ampliar y diversificar el sistema de postgrado en la región como base para la construcción de una sistema de innovación tecnológica y científica comprometido con la superación de las carencias estructurales de nuestras sociedades, de apoyar el desarrollo de la educación básica, de ajustar los currículos a la propuesta de una educación superior pertinente entre otros” (Boletín IESALC 192). ¿Alguien escuchó hablar de la reforma de la educación superior que se acordó en Boloña en el 2008? Como preocupación recogemos este párrafo de un artículo: “La reforma de la educación superior conocida como ‘Proceso de Bolonia’ se implantará definitivamente en las aulas de nuestro país en 2010. Ante los múltiples cambios que contempla este proyecto europeo, las reacciones no se han hecho esperar y ya se cuentan por millares los estudiantes y docentes que expresan su opinión sobre esta iniciativa. Nuevos títulos de grado, nuevos master y una apuesta decidida por la formación práctica, conforman los pilares básicos del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior.” (Carolina Ferreiro. Bolonia, las dos caras de una misma moneda. Aprendemás, mayo 2009). Preocupa que el Ministerio de Educación no diga absolutamente nada y nos vemos apabullados con ofertas de Maestrías, Diplomados, por Universidades, y en casi todos los campos. ¿Se enmarcan dentro de las grandes decisiones que se toman en estos eventos? No extrañaría que se haya delegado la representación a algún funcionario diplomático que sabe tanto de educación superior como nosotros de astronáutica.

En este escenario se aprobó el día 05 de agosto la Ley 29394 denominada Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior. La difusión mínima se dio a través de los medios y como siempre no se recogió lo central sino parte de un artículo que dice: “No se pueden crear filiales ni anexos fuera del ámbito de funcionamiento”. (Artículo 9.- Ámbito de funcionamiento. Ley 29394). Hasta hoy, no se publica en el Portal del ministerio la Ley referida. ¿Cómo se pueden enterar los implicados en esta norma? Los directores de los institutos superiores pedagógicos del país están preocupados, uno, porque no tienen la información oficial, pues a todo el país no llega el diario oficial y, otro, porque pareciera que con esta Ley se les ha puesto la partida de defunción a dichas instituciones, antes que en realidad procedan a cerrar por falta de recursos, por falta de alumnos.

Hablar de inclusión y decir que somos inclusivos y que se vienen cumpliendo con las metas previstas, es no haberse involucrado en la filosofía y pedagogía de lo que implica la inclusión, y menos en la política y lineamientos a seguir. Decir que se atiende a los discapacitados en las escuelas regulares, es atender sólo a un segmento de lo que existe. ¿Por qué poner sólo énfasis en eso y no desarrollar lo que es en educación lo inclusivo? ¿Cuesta llamarlo enfoque que se fundamenta en la valoración de la diversidad que enriquece el proceso enseñanza y aprendizaje y por ello contribuye al desarrollo humano? La educación inclusiva implica que todos los niños de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presentan una discapacidad. Para desarrollar este enfoque deben prepararse los docentes actuales y los futuros en formación, lo que implicaría renovación de los syllabus de estudio y por supuesto una revisión del promocionado Diseño Curricular Nacional. También tener escuelas que se adapten y concuerden con este enfoque. ¿Lo tenemos?

Los hechos narrados expresan nuevamente como antes en la evaluación del PRONAMA incoherencias entre la realidad y la normatividad, entre los silencios y las decisiones. De nada sirve hablar de participación, democratización, autonomía y demás conceptos que desarrolla la Ley General de Educación, si el propio organismo central del ministerio de Educación no respeta propuestas, sugerencias y recomendaciones de las Direcciones Regionales de Educación y de las instituciones que tienen experiencias no llenas de publicidad sino construidas con el afán del docente de contribuir en la formación de sus alumnos.

Sin querer, o tal vez queriendo va devaluándose la educación pública, por quienes tienen la obligación de defenderla. ¿Acaso también no fue autoritario el procedimiento para aprobar la Ley de Carrera Pública Magisterial?

Un estilo de gobernar que recuerda mucho a las dictaduras que hicieron mucho ruido, pero antes anatematizaron al docente y su organización. Luego se descubrió que “la mejor educación de América latina” estaba corroída por trampas y fracasos, que les daba vergüenza mostrar los resultados de LLECE, porque evidenciaban la realidad.

La energía presidencial puesta en otros sectores del estado, se le reclama en educación. No más presentaciones mañaneras o de domingo rodeado de autoridades que por diplomacia no puede discrepar, no más el tutelaje al Ministro del sector, a quien se le reconoce sólo haber “quebrado” ¿? al SUTEP, sin percatarse que está bien de salud. Las incoherencias que se tiene en el quehacer de la gestión ministerial se evidencian día a día. Es el único ministro que no da la cara, expone a sus viceministros, cuando. Las papas queman. ¿Eso es liderazgo?

(08.08.09)

ORDEN E INCLUSIÓN

18 julio 2009

La consigna dada por el Presidente de la República en la juramentación del nuevo Consejo de Ministros (11.07 fue orden e inclusión. Saliendo de un a coyuntura política que tuvo su punto álgido en los sucesos de Bagua.. Sobre el tema se ha escrito y denunciado en diarios, revistas y foros.

¿Qué significa esta consigna dada por el presidente al conjunto de ministros de Estado? Mucho. Pero es mayor el discurso que sobre orden e inclusión se ha escrito y escribirá y todo se apreciará desde la posición política e ideológica que se tenga y el auditorio al que se dirijan las palabras y medidas. Se recurre a esta consigna a partir de un contexto histórico de un hecho conflictivo y de situaciones reivindicativas de frentes regionales y de las consignas de los mismos de recurrir a un paro y marcha nacional a partir del mes de setiembre.

La lectura que se le dé a esta consigna en cada sector es diferente según se trate. En lo social el orden va de la mano con la claridad de modelo de desarrollo que se opte previamente y que sea aceptado por todos en consenso. En este sentido, como otras veces nos preguntamos ¿conocemos el modelo de desarrollo que queremos o que el gobierno impulsa? ¿es el mismo del anterior gobierno? ¿Cuál será la prioridad que se le otorga en el amplio repertorio de posibilidades a impulsar y sobre todo en dónde se sitúa a la persona?. Sin duda la respuesta será que se promueve el desarrollo humano (frase muy socorrida hoy para bajo ese paraguas, hacerle el juego a un modelo económico que fracasa a ojos vista, pero valgan verdades, existen pocas propuestas alternativas que puedan presentar resultados), y, para ello se vienen dando preferencia a la consolidación de una plataforma económico financiera que debería garantizar el desarrollo de políticas sociales que hagan posible la equidad en las mayorías. Todo lo contrario. ¿En qué se pone orden? ¿Dónde se pone la prioridad?

Orden en este contexto, como lo ha dicho el nuevo ministro de Defensa, significa autoridad. Esta palabra encierra también muchas interpretaciones según quien las pronuncie, y según los documentos que emita y distribuya (normas, directivas y otros) que implican conocimientos, enfoques inspirados ¿en los derechos humanos?, ¿en la equidad?, ¿en la inclusión?. ¿Cómo hacer para que este concepto, sentimiento y convicción empapen ideas, palabras, formas de ser y pensar en quienes los manejan?

Es en este marco en el que se puede encontrar coincidencias para realizar cambios que ataquen de raíz el origen del conflicto o de los conflictos que hoy llegan según la Defensoría del Pueblo a 226 a nivel nacional (según varios diarios que dan cuenta de la conferencia de prensa de la Defensoría al 30 de junio habían 273 conflictos sociales). La Defensoría del Pueblo refiere que “Los conflictos aumentan de manera constante. Entre las razones que lo explican está el crecimiento económico que despierta expectativas en la población; además ese crecimiento económico está muy vinculado a la explotación de recursos cerca de comunidades, por lo que se produce un choque entre dos formas de entender el desarrollo. Los conflictos d este tipo son la mayoría” ( DOMINGO, Suplemnto de La República. 12.07.09 Entrevista al Dr. Rolando Luque responsable del Área de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo). ¿Estos conflictos se combatirán con orden, sinónimo de autoridad? Sería bueno que nos dijesen qué entienden por orden los señores ministros que hoy están a la cabeza de los ministerios de Defensa, Interior, Salud, Educación, Trabajo y otros que indirectamente se involucran en el proceso, cuando los hechos se dan. De igual forma sería importante que los actores en conflicto, además de sus reclamos digan qué conceptos están detrás de sin duda importantes reclamos y los derechos que los asisten.

El otro tema de la consigna es la inclusión. Pero al igual que el anterior ¿qué encierra el significado de esta palabra? ¿Qué connotación tiene en esta coyuntura y en el discurrir democrático del país? ¿Se trata sólo de incluir a los excluidos y tenerlos como un dato estadistico? Al ver la realidad, es necesario que se descubra de una vez lo que encierra esta palabra en su contenido. Muchas preguntas, según el sector que se trate, se hace el ciudadano común y corriente: Por ejemplo ¿de qué sirve construir más hospitales –que sin duda son necesarios- y no se tiene una atención eficiente? ¿De qué sirve tener hospitales, postas, si el enfermo que requiere atención, tiene que esperar hasta tres meses para poder ser atendido? ¿Dónde está la eficiencia y eficacia, dónde la inclusión? De igual manera en educación ¿de qué sirve hablar de una mayor cobertura si en los pueblos más alejados no se tienen escuelas porque el número de niños y jóvenes no justifica el pago de un docente? ¿De qué sirve hablar de interculturalidad si no se cuenta con los docentes especializados? ¿Acaso no se ha descuidado como nunca la formación de dichos docentes? Ahí están los documentos de académicos y docentes que denuncian cómo la Dirección Nacional de Educación Bilingüe ha descuidado sus responsabilidades y cómo desde hace dos años no existen postulantes para esta especialidad por la valla de la nota 14. El silencio ha sido toda respuesta. ¿Se viene aplicando la inclusión en el sector educación con relación este problema?

En el escenario en que estamos nos preocupa la consigna presidencial y lo que cada ministro la asuma como la “varita mágica” para resolver conflictos en la forma pero no en el fondo.

En un artículo titulado “El sacrificio en los altares del orden”, Eduardo Galeano (BRECHA Nº 557/Montevideo 1996), dice algo que bien podría ajustarse a la reflexión sobre el tema “Somos todos prisioneros. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo. Y los niños son los más prisioneros de todos: la sociedad, que prefiere el orden a la justicia, trata a los niños ricos como si fueran dinero, a los niños pobres como si fueran basura, y a los del medio los tiene atados a la pata del televisor.” Por ello los conceptos deben ser bien claros en ser enunciados y claros los alcances. Pues el orden y la inclusión pueden ser por acción u omisión. Leer hechos y acciones bajo los lentes del orden e inclusión desde el poder, desde el gobierno y no del Estado podrían tener una lectura diferente sea cual fuere la realidad y actores sobre los que se actúe.

En este mundo que viene globalizándose con predicciones optimistas en términos económicos por las inversiones y el crecimiento y frente a una realidad local marcada por la lógica del conflicto, la pobreza y la exclusión social. En este marco llama la atención que en la consigna presidencial no hubiere espacio para otros temas y cómo enfatizar sobre esta situación de manera transversal en educación, salud, trabajo y cómo apuntar a un desarrollo más armónico, en donde la inclusión social se evidencie que no sólo caminamos hacia el combate de la pobreza, pero la desigualdad sigue patente en las calles, en los micros, en las escuelas públicas. Por ello percibimos, además una desafección ciudadana in crescendo, que disminuye la participación política y debilita aún la democracia signada por interrupciones de ingrata recordación.

En Educación existen escritos, investigaciones, discursos y artículos que nos hablan de la pobreza, la exclusión, la educación ciudadana, educación en valores, educación para la paz y los derechos humanos, que dejan de tener valor y vigencia pues no se ven los resultados lamentablemente, a pesar de los esfuerzos de los docentes. Igual ocurre con la educación inclusiva. El discurso es abundante, pero pocos lo hacen desde un enfoque integrador, mayor, que no se quede sólo desde en lo educativo y se agote en una atención deficiente cuando no se ha preparado a docentes a trabajar desde este enfoque. Pueden tenerse las mejores directivas, normas e intenciones, pero si quienes las deben poner en práctica en el día a día no están preparados ni tienen el repertorio de conceptos y recursos adecuados, ¿qué pueden hacer? ¿Quiénes deben prever desde el gobierno todo el apoyo y soporte? Es fácil captar la atención del auditorio y luego olvidarse. ¿Falta voluntad política?

“El enfoque inclusivo debe reconocer y valorar las diferencias individuales y los concibe como una fuente de enriquecimiento y de mejora de la calidad educativa. En el proceso enseñanza-aprendizaje, estas diferencias se hacen aún más presentes; todos los alumnos tienen unas necesidades educativas comunes, que son compartidas por la mayoría, unas necesidades propias, individuales y dentro de éstas, algunas que pueden ser especiales, que requieren poner en marcha una serie d ayudas, recursos y medidas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario, distintas de las que requieren la mayoría de los alumnos.” (Lic. Agustín Fernández. Educación Inclusiva: Enseñar y Aprender entre la Diversidad. Umbral 2000, Set.2003). Sin duda es lo ideal, pero choca contra una realidad de un gobierno fácil en el discurso, pero que ignora la realidad sobre la formación de los docentes, que no llega a comprender que para poder evaluar antes tiene que formar en el concepto y contenido de lo que significa ser docente en el presente siglo.¿Se podrá impulsar lo inclusivo cuando a fortiori se obliga a los docentes que ingresen a la Carrera Pública Magisterial, por ser una ley importante para el desarrollo docente, pero un tanto a contrapelo de lo que requiere el perfil del docente de esta primera década del presente siglo? ¿Qué significa formar y preparar docentes para educar en la diversidad y para atender d forma integral a las diferencias? Como dice Fernández necesitamos “maestros formados para atender en la escuela normal a todos lo niños con sus diferencias y peculiaridades. Más maestros para atender a la diversidad y para que los niños aprendan entre la diversidad. (Ibidem)

Y esta reflexión la podemos llevar a todos los sectores del Estado. Veremos que cada uno tiene un déficit de profesionales y de personal que comprenda y sintonice qué significa inclusión, sin anteojeras ideológicas que mediatizan decisiones y compromisos.

Orden e inclusión, consigna recibida del Presidente para el nuevo Gabinete. Ni una palabra sobre desarrollo económico, pero sí crecimiento y competitividad, ni una referencia a la democracia, tan debilitada últimamente y con instituciones devaluadas, poco confiables; y justicia social, demandada por los pobres que ven cómo sigue creciendo “la pobreza y crecen las ciudades y crecen los asaltos y las violaciones y los crímenes” y no existen responsables; crece la violencia y son “remanentes de époc as pasadas” o “el narcotráfico aliado a la delincuencia común”. De esta manera se exonera de responsabilidad a un sistema que excluye cada vez más a los más pobres. ¿Dónde está la inclusión?

La responsabilidad de todos los ciudadanos hoy debe centrarse en estar atentos y vigilantes para que la consigna no cause pánico; cuidado que se confisque la libertad en aras del orden para evitar el desorden; cuidado que los derechos humanos pasen a la calle de la melancolía.

Los versos de Joaquín Sabina y su música sirvan de melodía para lo que nos tocará vivir a pesar de los pesares, porque como maestros sabemos interpretar el signo de los tiempos y sabemos que debemos estar preparados.

“Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.” (Oh Melancolía, Joaquín Sabina, 1978)

(18.07.09)