Posts Tagged ‘competitividad’

Educación: ¿derecho o servicio?

19 enero 2014
  1. 1.            Palabra y piedra suelta, no tienen vuelta, dice el refrán popular y qué de verdades encierra. Venimos sufriendo desde hace un buen tiempo una lluvia de mensajes, opiniones, reflexiones de todo jaez, que sin querer le hacen el juego al sistema económico que nos rige, dejando de lado principios, declaraciones, resoluciones que desde los foros internacionales nos advierten y nos indican el camino a seguir en la educación.

 

No podemos concebir que quienes tienen la obligación de diseñar y asumir la política educativa del país, recurran a frases y palabras que tienen uso y consumo en una estructura determinada para querer asumir el mensaje social que sobre la educación se quiere tener.

 

No queremos anatematizar nada de lo dicho, sino advertir que cuando tratamos el tema educativo lo hacemos partiendo desde sus fundamentos como un derecho y no por facilismo llamarlo servicio. Un derecho es algo inherente a la persona. Un servicio es una prestación de actividades que buscan responder a las necesidades de un cliente. Es una obligación del Estado brindar y garantizar la educación como derecho. Como servicio depende de una empresa que la oferte cumpliendo ciertas reglas que no siempre son las óptimas y no tienen como centro a la persona.

 

La educación pública en todos sus niveles es tratada como un guiñapo. Se ha repetido hasta el cansancio que nuestra educación -y aquí no distinguen los articulistas si es pública o privada- es “una de las peores del mundo” y agregan –“pese a las brillantes cifras macroeconómicas obtenidas durante los últimos 20 años”- . (PORTAFOLIO. El Comercio.12.01.14) Caricatura que no nos habla de lo inequitativo que es el sistema económico que hemos adoptado y que a presión quiere obligar que se acepte en educación. Sobre ello no se dice nada. Se busca y da la receta para “que no se nos pase el tren”. Los argumentos que se dan para justificar una intervención son los de siempre y el más poderoso el “fantasma” del SUTEP que lo sacan a ulular cuando  se recurre a argumentos sin fundamentación, para presentarlo como retardatario, y obstáculo. Sin duda la historia les da la razón, pero de igual forma deben referirse a los gobiernos que hicieron poco por nuestra educación nacional.

 

Por ello es un “contrabando” fundamentar el cambio con “recetas” que responden a un menú que deja de lado a la persona y que privilegia la ruta que requiere el modelo económico que busca formar emprendedores competitivos antes que ciudadanos.

 

2. “El río entre las piedras”. Es una metáfora sobre el avance de los derechos humanos en educación. Los Derechos Humanos son como un río que avanza y gira entre las piedras, como miles de millones de gotas transparentes que armaron su fuerza en el fluir de la conciencia, nos dice Vernor Muñoz en su artículo “El derecho humano a la educación y la interculturalidad” (http://www.aulaintercultural.org/spip.php?article677) El art. 26 de la Declaración de los Derechos humanos manifiesta que:“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento de los derechos humanos…”. Este derecho a la educación, como todos los demás derechos humanos,  se obtuvo luego de luchas y tensiones. Nos dice Muñoz que  “Con la carga que procura dignificar la vida en un medio hostil, esa pequeña luz se mantuvo ardiendo mucho tiempo entre las sombras, especialmente en las excusas aceptadas y aplaudidas de los gobiernos y de sus cartularios, que convirtieron el derecho a la educación en algo progresivo, valga decir postergable y selectivo. Menos importante que los ejércitos y que los ingresos monetarios.”

 

El Convenio 169 de la OIT y la Convención sobre los derechos del niño y de la niña: hicieron precisiones para que la educación busque el desarrollo pleno de las personas, la equidad e igualdad, el respeto a la diversidad, la construcción del conocimiento y de la acción basado en los derechos humanos. Esta nueva concepción del derecho a la educación, permeó con fuerza en muchos ámbitos jurídicos, sociales y culturales, pero no en los económicos.

 

La educación y los derechos humanos deben desarrollarse desde la perspectiva del enfoque educativo intercultural que supone la necesidad de incrementar formas que garanticen la permanencia de modalidades educativas ancestrales o modernas, basadas en las propias realidades, y en las necesidades y visiones de los pueblos. Esto lleva a una nueva concepción de los valores fundamentales de los derechos humanos, que deberían coexistir en sociedades nacionales regionales y locales. Es decir empezar a revalorar a la persona y no ubicarla como instrumento en el proceso educativo. No se puede permitir que se enfatice como educativo aquello que el mercado requiere y que calladamente se oferte como lo único que existe si se quiere ser exitoso en la vida, si se quiere alcanzar los objetivos que se propone la persona. Es necesario que se diseñen caminos educativos que permitan tener la visión del mundo de nuestra cultura.

 

Hoy nos encontramos con dificultades que escudándose en la devaluación de la educación oficial, ofertan ilusiones  que responden a otros modelos, otros objetivos, que ponen de lado la democracia, la educación ciudadana, la inclusión, la equidad. El sistema económico excluyente es el que impone las reglas de juego y oferta patentes educativas respaldadas por agencias internacionales. Hacen caso omiso de normas internacionales  y proponen que el conocimiento debe responder a quienes fungen de empleadores o representantes del gran capital. Y empiezan a hablar de la educación como un servicio. No como derecho. Muchas ofertas educativas privadas acompañadas de instrumentos de márketing, se posicionan del mercado de la formación de niños, niñas y jóvenes sin tener en cuenta la realidad en que vivimos y lo que el país requiere: ciudadanos responsables y profesionales.

 

   
  1. 3.           Pretextos en tiempos de desconcierto.  En el primer mes del año y ante cifras que nos hablan de los malos resultados de la prueba PISA, se ha empezado a especular nuevamente sobre la poca calidad de la educación pública generando un sin número de de opiniones. La alternativa que le queda a los padres de familia que “invierten” en la educación de sus hijos es matricularlos  en la escuela privada. Y acompañan la campaña con estadísticas sobre matrícula y rendimientos en el año que pasó.

 

Luego tenemos ofertas de escuelas privadas en los distritos, en los diarios, en encartes semanales. Cada colegio se prodiga en el uso de fotoshop para presentar una imagen atractiva, agradable, pero no nos hablan del contenido, de la formación que ofertan. Lamentablemente casi todos ofertan la preparación para la universidad como un “gancho” sinónimo de buena inversión y no necesariamente de buena calidad de la formación..

 

En este desconcierto en que se encuentran los padres eligen  el colegio que ofrezca cuasi un futuro “asegurado”. Obvian por diversos motivos y maneras de hablar del contenido de la educación que brindan, de la formación de personas libres, con dignidad y derechos, satisfechas de su propio esfuerzo, capaces de aplicar el conocimiento y respetuosas de la diversidad. Lenguajes que no se condicen con la oferta que se encuentra en el mercado.

 

Otra aseveración que lleva al desconcierto es aquella que afirma que el criterio de productividad enfatiza a la escuela como un mecanismo que disciplina las fuerzas del mercado: por eso es excluyente. Esto es presentado como una panacea para las economías y como una salida para el mundo del trabajo. En ningún momento se habla de derechos humanos, sabiendo que la oferta del mercado es para un país diverso donde la discriminación aún subsiste y la dominación cultural se evidencia.

 

Por ello es necesario articular las políticas públicas y los «procesos de desarrollo» con una reformulación de los propósitos educativos, para que cada día estén más y mejor conectados con la generación de oportunidades y derechos  y el bienestar para todas las personas.

 

No dejarse cautivar por ofertas, que la educación pública no está en el quirófano,  se viene organizando y lo sembrado en estos  primeros años, y empezará a fluir. No se forman ciudadanos estandarizados, se educan personas en un país diverso pluricultural, bilingüe así no lo quieran aceptar muchos. Necesitamos profesionales comprometidos con la realidad y no con el mercado, con el país y no sólo con la empresa, Basta de contrabando ideológico en el discurso. Pensemos en el desarrollo del país y no sólo en las capitales de regiones.  No permitamos que se trate a la educación como una herramienta, con visión utilitarista, que la convierte en servicio. La educación es un derecho que tiene la finalidad de “desarrollar la personalidad humana y el respeto a los derechos humanos”. La educación es un espacio de libertad para el ejercicio y el aprendizaje de todos los derechos, responsabilidades y capacidades humanas. No neguemos a nuestros niños y jóvenes este derecho ni  lo cambiemos por la competitividad, el mercantilismo. Pensemos mejor que nuestra educación es una Odisea donde aparece el concepto pedagógico que más nos importa, el de la paideia como formación del hombre, que nos debe importar y no los “cantos de sirena” que  nunca fueron buenos consejeros.  (18.01.14)

Competitividad y Educación: a propósito de la CADE

3 diciembre 2010

Nos quieren gobernar, y aquí lo que nos falta es ética y moral. (bis)
De nada vale salir a protestar
si dentro de algunos años todo vuelve a ser igual,
para arreglarlo hay que ir a la raíz,
sólo un cambio en nuestras mentes salvará a éste país.
LA SARITA- CD Danza de la Raza)

Estos versos provienen de una canción interpretada por el grupo –LA SARITA- en un álbum que se titula “El rock nuevo del Perú”. En su presentación expresan algo muy en boga en una realidad que se debate entre el desarrollo y la corrupción, entre la protesta sin propuesta, entre el querer y el poder: “Somos fruto del cambio y transformación que produjo la continua e incontenible corriente migratoria sobre el paisaje físico y social de la ciudad. Desenlace de los encuentros y desencuentros que generó el contacto de las múltiples tradiciones del país entre sí, y con la cultura oficial de la metrópoli, que de ese modo, quedó convertida en el gran crisol donde se forjó, y continua forjándose, una nueva cultura y conciencia nacional.”

Este mensaje de una generación nueva que empezó en los 70 y se desarrolló en los últimos treinta años, fruto de una educación pública que desde la escuela pública va forjando nuevas filiaciones, a pesar de la poca voluntad de los gobiernos de dedicarle mayor y mejor atención en los servicios sociales de manera sustentable sobre todo el educacional. En el Perú existe talento, conocimiento –a pesar de los problemas-, también inventiva, indudablemente. Los estudiantes peruanos que participaron en la XX Feria Escolar de Ciencia y Tecnología-FENCYT 2010, dan crédito de su inventiva y madurez.

Este marco y contexto quiere servir para referirnos a un tema que se volvió consigna en la semana que pasó en la Conferencia Anual Empresarial (CADE): “la competitividad” y frente al cual mucho se ha opinado, mucho se ha escrito tratando de esclarecer esta nueva jerga que empezó a utilizarse en educación, sin haberse digerido qué es lo que encerraba su significado en las canteras donde se acuñó. Pero “es la moda” y hacia allá vamos, también en educación, sin preocuparnos si están dadas las formas y contenidos pedagógicos y educativos. Así pasó y pasa con la calidad de la educación donde todos hablan y exigen y los maestros son los últimos en enterarse y en prepararse. Y también en imágenes y dichos como aquel de un exministro de Economía que dijo en la CADE que “…necesitábamos convertirnos en un “país de ingenieros” antes que un “país de cocineros”. ¿Por qué esa expresión? El señor Gastón Acurio, reconocido chef peruano le ha respondido “El Perú necesita ser un equipo unido de triunfadores. Diseñadores de moda, artistas, cirujanos, deportistas, agricultores, empresarios, investigadores y por supuesto, por qué no cocineros e ingenieros…”. (Diario16.19.11.10) Más adelante hemos recogido otras palabras de un dirigente regional que desde otra perspectiva habla del decir y proceder de profesionales capitalinos. ¿Vivimos aún la época de de los primeros años de la República cuando Valdelomar acuñó su célebre frase “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo.”? Pero nos recuerda Sánchez “Ya no hay Palais Concert ni lo podría haber, porque no lo permiten ni la condición económica en general ni la condición cultural en particular. Pero el jirón de la Unión sí sigue siendo el Perú de hoy, no por suntuoso ni por alegre sino por sombrío, mísero y abigarrado” (Luis Alberto Sánchez. El Perú: nuevo retrato de un país adolescente. Lima, 1983 Mosca Azul editores). Sin duda una reflexión que sigue siendo válida.

Hubo en la CADE una suculenta carta de variaciones sobre un mismo tema en donde todos o casi todos prometieron apoyar la educación, otros se disputaban en planteamientos como aquel de hacer “una revolución en educación”. Nos preguntamos si de estos “fuegos artificiales”, promesas que las sabemos fatuas, se recordarán cuando lleguen al poder. Esperemos que no sea una frustración más, como tantas veces las hemos sufrido. Es que tantas veces han mentido y tantas otras han justificado omisiones.

Pero ¿qué se entiende por competitividad? ¿Qué tiene que ver esta con educación? Es complejo definir el término, pero existe una matriz que nos dice que responde a un modelo económico, y las teorías económicas clásicas dieron forma al marco conceptual de la competitividad y la definieron en términos más que todo economicistas. Pero con el paso del tiempo y la presencia de nuevas tendencias de la economía internacional surgen diversas condiciones a las que deben adaptarse los participantes en el comercio tanto a nivel internacional como el doméstico, nos dicen Patricia Rojas y Sergio Sepúlveda (Cf. ¿Qué es la competitividad? / Patricia Rojas, Sergio Sepúlveda. — San José, C.R.: IICA, 1999). Así el término competitividad evoluciona e incorpora nuevos elementos tales como cambios tecnológicos, productivos y organizacionales. Surgen una serie de definiciones desde las específicas hasta las generales, que involucran grandes temas como la calidad de vida.

En términos educativos la competitividad está referida al desarrollo de habilidades y conocimientos y, por ello, comprende los temas de educación y capacitación. Es casi una regla que plantea que existe una relación directa y positiva entre el grado de educación de un pueblo o de un ciudadano y su posición de mejora continua y nivel de ingresos.

En la perspectiva de la teoría del capital humano, la educación juega un papel muy importante ya que se convierte en el mecanismo a través del cual los trabajadores adquieren los conocimientos y las habilidades necesarias para ingresar al mercado de trabajo y desempeñar una actividad laboral; además de que sus salarios estarían en función de sus niveles educativos. A nivel macroeconómico, la
educación es considerada como el motor del crecimiento económico, de la equidad social y de la integración cultural. Amplios sectores de la sociedad han visto a la educación como el vehículo de movilidad social. Esta concepción ha permitido que una parte importante del gasto social fuese invertido en el sector educativo. Las instituciones educativas por su parte, sobre todo las del nivel superior, reconocieron y aceptaron como uno de sus objetivos la formación de cuadros calificados para el trabajo.

¿Estamos en esta situación de competitividad en el país? Nos falta mucho como sociedad para aspirar a ser competitivos. Padecemos muchas “taras” en concepciones y formas de gobernar y de desarrollar la ciudadanía para aspirar a ser competitivos.

Hemos dejado pasar dos décadas –creo que me quedo corto- para poner las bases, a pesar de los discursos e intenciones de gobernantes y funcionarios de estado. Prometer la revolución en educación e interpretar ello como duplicar los sueldos de los docentes es una insensatez. ¿Qué concepción de educación se tiene? Desde la época de las tensiones y discusiones de educación y desarrollo –años 60- se dijo, se diagnosticó, pero no hubo voluntad política para despegar buscando una mejor educación sintonizada con los cambios, una equidad educativa, que no sea sólo cobertura, sino una auténtica educación de las niñas y niños, sobre todo de las zonas más deprimidas y rurales, una mejora en la formación docente, un mejoramiento en la infraestructura y dotación de materiales educativos escritos y no escritos. Existían y existen tantas carencias.

Se clama hoy por tener mejores recursos humanos para afrontar los procesos de desarrollo de las regiones, sin embargo el sistema educativo no acompaña este proceso y menos descentraliza realmente la función educativa. Se enrostra al actual gobierno el haber rebajado los sueldos de los principales funcionarios del estado propiciando una fuga de talentos, pero ¿qué se hizo antes? ¿Por qué estos funcionarios no hicieron lo que debieron? Es triste reconocerlo una vez más, pero no hubo voluntad política para empezar los cambios y sostenerlos.

Las noticias de los días posteriores nos advierten de lo mucho que nos falta y que pocos analistas repararon: “Sólo 4 de cada 10 peruanos tiene acceso al agua potable según el Banco Mundial y que esta carencia repercute en la educación, nutrición y salud de los pobladores especialmente de los niños…” (RPP.16.11.10). También que “Hacen falta más técnicos en el Perú”. El crecimiento del país demanda profesionales especializados que los centros de educación superior no están dando.” (PERÚ 21. 17.11.10). El boom de la construcción, que impulsa el crecimiento de la economía y abre la posibilidad de empleo a técnicos especializados que no se encuentran en el mercado. Se requieren unos 80 mil de estos profesionales por ejemplo sólo en construcción. Y el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Nacional de Industrias expresa que el 50.8% de empresas de 100 o más trabajadores no encuentra personal calificado de calidad. Según una Encuesta del Ministerio de Trabajo el 26% de la PEA ocupada posee una formación técnica, superior o universitaria, mientras el 74% carece de la misma. (PERÚ 21, 17.11.10). La Sociedad Nacional de Industrias afirma que “Las brechas existentes en cuanto oferta y la calidad de la oferta (de trabajadores) se comience a cerrar, es necesario vincular efectivamente la educación con la empresa…” (PERÚ 21, 17.11.10).

Un hecho que hizo sonar la alarma, pero nadie le hizo caso y fue el año 1981 cuando la Shell firmó contratos con Petroperú para explorar y explotar determinados lotes en la selva en busca de petróleo. Los años 86 y 87 se descubrieron los yacimientos de gas de Camisea. Entonces una de las demandas de los contratistas era que no podían contar con personal profesional ni de mando medio especializado nacional. Fueron contratados profesionales de los países vecinos. ¿Qué se hizo en el sector educación? Mutis por el foro. Se siguió planificando de espaldas a las demandas de la realidad nacional. ¿Fueron los maestros los que tuvieron la culpa o los ministros y funcionarios de los gobiernos de entonces, muchos de los cuales están en funciones aún?

Los fracasos en educación nacional tienen nombre y apellido, por ello el recurrir al Sindicato –como culpable del atraso- es no querer tener memoria de hechos y tiempos en donde no se supo prever, no se quiso interpretar el signo de los tiempos. Todo lo contrario. Por ello el discurso de la CADE sobre competitividad y la reacción de políticos y empresarios es un llanto sobre leche derramada. Si queremos recordar algo más cercano, la conferencia del APEC en aquella oportunidad se habló también de competitividad y la firma de acuerdos para formar recursos. ¿Qué se hizo?

Sin embargo es bueno rescatar las ideas y propuestas hechas en torno al tema desde la perspectiva de la educación. Lamentable la mayoría de los diarios no le hayan dado el espacio que se requiere para decisiones que se deben tomar, pero que pasan por un nuevo enfoque de la gestión de una institución que ha promovido reformas y reformas, sin que ella sea reformada: el Ministerio de Educación, esa –parafraseando a Illich es “(…), esa vieja y gorda vaca sagrada…”.

La premisa que relaciona positivamente a la educación con el crecimiento económico y la competitividad ha sido revisada y ha adquirido otra dimensión sobre todo a partir de la década de los setenta (en los 60 estudiantes de la educación plantearon el tema educación y desarrollo en el país y las recomendaciones nunca fueron tomadas en cuenta), momento en la que el mundo empezó a experimentar grandes transformaciones económicas, políticas y sociales como resultado del desarrollo y aplicación de la Tercera Revolución Científico Tecnológica, de la globalización comercial y de la sustitución del Estado benefactor por el Estado neoliberal. Hasta aquí la historia y las frustraciones.

En este escenario es bueno resaltar el artículo publicado en el Suplemento de CADE 2010, en lo referido a la política educativa. Se ha dicho que “no se puede avanzar en innovación ni ser competitivos, por lo que requiere un tratamiento especial en cualquier plan de gobierno.” (SUPLEMENTO CADE 2010. Política Educativa. Clave para el desarrollo. El Comercio, 15.11.10)

Lo “descarnado” de la realidad que vivimos y de la complacencia del gobierno por su falta de voluntad política y apertura para acoger propuestas importantes en el campo, está reflejado en lo señalado por Hugo Díaz, Vice-presidente del Consejo Nacional de Educación: “Las estadísticas de los últimos años muestran un avance de varios gobiernos en términos de escolarización, pero estamos fallando en los rendimientos de los estudiantes. Las pruebas latinoamericanas muestran que el Perú está, en la mayor parte de los grados evaluados y cursos, en el tercio inferior, lo cual no es bueno para un país que está creciendo de la manera en que lo hacemos”.

Añade a lo enunciado “que el crecimiento del país hace necesario profesionales con habilidades no rutinarias, principalmente interactivas, creativas, de capacidad de negociación y de emprendimiento. Sin embargo estos requerimientos se encuentran ausentes dentro de las propuestas curriculares que se están trabajando en el país”. ¿Cuántas veces se ha dicho lo expresado por Díaz? ¿Por qué no existió una respuesta? Es lamentable reconocer que la política educativa no esté centrada en el Proyecto Educativo Nacional (PEN) sino sólo en lo referente a la Carrera Pública Magisterial (CPM). ¿Y las perspectivas de política educativa de corto y mediano plazo? Esto indica la miopía de quienes han dirigido la educación en el país en los dos últimos quinquenios y en la pasividad de los gobiernos anteriores, quienes satanizaron la Reforma Educativa que marcaba rutas en la perspectiva de prepararnos para el desarrollo. Nadie ha hecho un mea culpa. Todo lo contrario se han subido al carro de la euforia señalada en el evento del Cusco, aderezado por las próximas elecciones en donde anuncia hacer una “revolución educativa», sin explicar el qué ni el cómo, sino expresado en la proclama “duplicar los sueldos de los maestros”. ¿Otra vez se juega con la necesidad de los docentes y no se reconoce la capacidad que tienen para un desempeño profesional de acuerdo a los tiempos? Es irónico pensar que unos piensan y otros aplican sin ser tomados en cuenta en el análisis, el diseño de alternativas y en la aplicación de lo que podría ser concordado. Se repite nuevamente la vieja historia que conduce al fracaso.

El especialista plantea tres cambios que deben hacerse para mejorar el sistema educativo superior: 1) eliminar la dicotomía universitaria – no universitaria, siguiendo el ejemplo de los países donde un egresado de un instituto tecnológico puede acceder a una maestría; 2) simplificar el sistema educativo y lograr que en los consejos académicos universitarios y en los institutos superiores tecnológicos existan representantes del sector gremial, señala; 3) motivar a las empresas a capacitar a sus trabajadores con, por ejemplo, la posibilidad de deducir parte de este gasto como incentivo tributario. .” (SUPLEMENTO CADE 2010. Política Educativa. Clave para el desarrollo. El Comercio, 15.11.10)

Esperamos que estas recomendaciones y deseos del especialista, no sean flor de un día, como tantas flores y propósitos se hicieron en torno a la educación nacional y cómo debería ser la política educativa. Sin duda hubo y habrá propuestas, pero tengo a mano un texto redactado por Raúl Haya de la Torre de la Rosa titulado ¿Qué estudiar? Profesiones Técnicas en Lima (Serie Educación y empleo CEDAL – INFOSTEL. Lima, 1998). En la presentación de la investigación se dice “Cada año en el Perú cientos de miles de jóvenes concluyen sus estudios secundarios con gran incertidumbre de lo que será su futuro”. Ya entonces nos decía que “Existe…, una enorme gana de educación superior técnica existente: pública privada, buena/cara y privada barata/deficiente; instituciones serias y estafas semiencubiertas; carreras de un año o de cuatro años; trampolines informales a universidades en creación; centenares de carreras y especialidades diversas.” Sin duda que este trabajo es un reflejo y reflexión sobre una realidad que se debate entre la oferta y demanda laboral y que nos muestra cómo a pesar de los esfuerzos poco se hizo por su calidad, su consolidación. La historia de la educación peruana no habla de “colegios industriales; colegios técnico-agropecuarios pasando por las ESEP de la época de Velasco, hasta el boom de los CENECAPE, CEO e IST de los ochenta y noventa.

Existe esta experiencia de haber intentado de responder a las demandas, pero no existe una política educativa que promueva de lineamientos generales con sus respectivos presupuestos. ¿Por qué?

Hoy se hace un elogio a la competitividad y la educación no da talla a las demandas propuestas. Si no ¿cuál es la propuesta educativa en la perspectiva de desarrollo, de responder con calidad a la competitividad?

Lo reseñado nos presenta una cuestión enredada donde las tensiones son evidentes y las brechas siguen ahondándose. ¿Por qué? “En Lima viven en otro mundo y están ebrios de crecimiento”, dice Carlos Milla Vidal, Presidente de la Cámara de Comercio del Cusco en su intervención en la CADE. Esto puede resumir el sentir de profesionales del interior del país. En Lima, se sigue decidiendo el quehacer de las regiones (o los departamentos) a pesar de que se vive un proceso de descentralización (al menos esa es la voz oficial, pero la realidad es otra). Todo se piensa en función de “las fuerzas vivas” que moran en la capital. ¿Y el resto del país no cuenta? Milla expresa esta realidad diciendo “…lo que veo es que hace falta buena voluntad para entendernos.”…”La buena voluntad te abre los espacios de diálogo y de ahí hay que entender muchas cosas más.” Sin duda los conflictos que se viven en el Cusco y en otras zonas del país, no son comprendidos pues no se entienden los códigos de cada región. “Estamos en una sociedad autodiscriminada, esto no sólo es el caso de los cusqueños, que también discriminan a los limeños y no los queremos escuchar por temas hasta personales. Ese lenguaje achorado que tienen, por ejemplo, choca aquí. Las empresas que quieren invertir en Cusco tienen que entrar a conversar con los códigos locales, entender la idiosincrasia del lugar, tender puentes y dar señales de buen entendimiento. Esto es lo único que nos va a hacer prever conflictos. Milla recuerda como ejemplo que entre el 2008 y 2009 se paró una inversión de US$300 millones de una hidroeléctrica simplemente “porque no supieron leer los códigos locales y hasta ahora no pueden invertir.” Preguntado si alguna empresa lo había logrado, expresó: “Claro, el ejemplo bueno diría que es la carretera interoceánica. Ahí se avanzó a una velocidad de un kilómetro por día y ha tenido una intervención social totalmente ejemplar. Cero conflictos. Y esto simplemente porque supieron leer los códigos locales. Yo he visto señoras de polleras y calzadas con ojotas de Ocongate y Calca que se transformaron y antes de tres meses estaban manejando cargadores frontales gigantes con toda la eficiencia del mundo. Fueron incluidas al progreso, eso es saber hacer.” Al preguntársele si “¿Leer los códigos locales, no es el abc de la responsabilidad social? Sí claro, pero la soberbia de éxito que tenemos los peruanos nos impide leer ese abc.” (EL COMERCIO Negocios & Economía.17.11.10. Entrevista por Manuel Maticorena a CARLOS MILLA VIDAL. (PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO DEL CUSCO).

Qué duro y largo es el camino para construir la competitividad, si se dejó de hacer lo que se debió, hace décadas. De repente son muy sesudas las propuestas de la CADE, pero qué lejanas las respuestas en su construcción con los profesionales del interior del país.

Desde la perspectiva educativa es bueno dejar sentado que contamos con un Proyecto Educativo Nacional (PEN) y algunos Proyectos Educativos Regionales (PER) y últimamente un documento poco reseñado y ponderado, elaborado por el Consejo Nacional de Educación que pensando en perspectiva expresa que “los próximos años se presentan como una preciada oportunidad para que la población de los estratos y sectores económicos más vulnerables mejore su calidad de vida, y para que el país logre los niveles de desarrollo humano sostenible que le permitan asegurar la continuidad del crecimiento económico.” (CNE. Educación para la sostenibilidad del crecimiento económico y la mejora de la calidad de vida de los peruanos. Período 2011-2016. Lima, octubre 2010). Se plantea en este documento propuestas políticas –que las llama banderas- consideradas prioritarias e impostergables. Se propone “los recursos y esfuerzos prioritarios que deben hacerse sobre los puntos críticos en el siguiente quinquenio para romper la inercia que mantiene a grandes sectores de la población al margen del logro educativo, y se continuarán asentando las bases que permitirán alcanzar, en los menores plazos posibles, un sistema educativo que nos coloque en el nivel de los países de mayor desarrollo económico y social.” (CNE. Op.cit.).

Existe además lo que plantea el CIES (Consorcio de Investigación Económica y Social) la necesidad de articular políticas públicas y labor académica. Se viene preparando 15 políticas que se presentarán a cada partido. Ojalá que este esfuerzo sea valorado y no se le de la espalda una vez en el gobierno.

Educación y competitividad, tema y problema que los gobiernos han soslayado en su política. Es difícil establecer esta relación y abordar los temas sin un debate previo sobre el tipo de sociedad que deseamos, qué tipo de sistema económico se promueve y qué tipo de educación requiere el país hoy y a futuro. Existe crisis a nivel mundial en la economía. El documento titulado “Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio” es una síntesis del Congreso realizado el 2009 por la OCDE en Bruselas sobre las Competencias del Siglo XXI. El Proyecto tiene como objetivos generales conceptualizar y analizar desde la perspectiva comparativa los efectos de las nuevas tecnologías digitales en el desarrollo cognitivo de los jóvenes así como en sus valores, estilos de vida y expectativas educativas y, por otro lado, examinar respuestas al surgimiento de este fenómeno en términos de política y práctica educativas.

Las cartas están sobre la mesa. No hay que enredarse en la política doméstica que también demanda una nueva manera de análisis y de toma de posición. En educación por el hecho de seguir –y está bien- con la implementación de la Carrera Pública Magisterial, se ha dejado de ver el horizonte; se sigue sembrando cemento y promoviendo proyectos que no tienen el soporte tecnológico ni pedagógico que requieren.

Concluyo recordando lo que nos dice La Sarita en el álbum referido: “Somos de un Perú que mantiene, adapta, y fusiona sus innumerables tradiciones locales y regionales (…). Somos testigos de un cambio de piel irreversible, hijos de una cultura urbana emergente producto de las conquistas populares. Somos imagen del nuevo rostro que asoma, de la nueva voz que canta. Somos el rock del nuevo Perú.” ¿Alguien escuchará esta voz que es la nueva generación que está poblando el país? ¿Podemos aspirar a la competitividad si no partimos de solucionar problemas y respetar códigos y avizorar el futuro con una perspectiva realmente inclusiva, solidaria y equitativa? Todos tenemos la responsabilidad. ¡Asumámosla! (20.11.10)

Cuando la transparencia no debe ser un discurso solamente

19 diciembre 2009

En la política nacional se ha vuelto deporte jugar con palabras y conceptos. Se habla de calidad, de competitividad, de equidad, de inclusión, de descentralización, de pobreza, de analfabetismo y otras cosas sin reparar en quienes las pronuncian, sin reparar en quienes las escuchan. En un país diverso como el nuestro no podemos “estandarizar” la comprensión de las palabras y los conceptos. Todo lo contrario. Reflexionar en cada una de las palabras y conceptos pensando en el país en que nos encontramos debe ser tarea fina cuando de política se trata.

Lo que viene sucediendo desde la entidad que dirige la educación del país: el Ministerio de Educación y el caso de una Universidad que dice cumplir con todos los requisitos, pero se salta la valla de la ética para poder cumplir con otros fines menos con el educativo. ¿Qué espectáculo estamos dando a las generaciones que decimos educar? De un lado el responsable del sector educación se niega a reaccionar ante evidencias, ante fiscales que levantaron las denuncias de “venta de respuestas” de la prueba a docentes aplicada el 15 del mes pasado, y sigue como si nada hubiera pasado, justificando que se trata del SUTEP y por lo tanto no merece tomarse el tiempo, pues sus antecedentes lo condenan. Y de otro lado un rector de la universidad Alas Peruanas, que le parece de lo más natural obsequiar/financiar pasajes aéreos a congresistas y a vocales de la Corte Suprema del país.

Estos son los hechos. Las reacciones han sido diversas. Pero se sigue hablando de calidad de la educación, de inclusión, de equidad, de ética, de transparencia y tantas palabras que ya saturan porque suenan huecas en boca de quienes las pronuncian. Si el modelo económico utilizado es exitoso, con algunos reparos de parte de los dueños del capital, porque no pueden acumular como antes, en lo social estamos muy retrasados. Debemos admitirlo que no existe calidad y menos competitividad, no porque no se hayan alcanzado ideas sino porque al modelo sólo le interesa una mano de obra ilustrada para seguir manteniendo la política de exportador de materias primas sin producto agregado.

La educación peruana tiene un sino demasiado fatalista. Nos contentamos con poco, todavía quienes conducen la educación nacional no aciertan ni en el diseño, ni en la concepción de lo que debe ser una política educativa que se desarrolle al ritmo del crecimiento económico. Quienes sí lo entendieron pero mal han sido quienes amparados en el DL 882 se enriquecieron a costa de ofertar una educación de baja calidad, pero que sí les reportaba buen dinero. El caso de Alas Peruanas es la evidencia de la “criollada” en la forma cómo se gestiona la formación de los futuros profesionales. No importa el rigor académico, lo que interesa es “captar” a la mayor cantidad de alumnos para “mas que sea darles una profesión”. Pero allí no termina el escándalo, sino que otra universidad fundada en Trujillo, que se precia de formar parte del más grande Consorcio de Universidades del país (Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima Norte y Lima Este) pertenece al alcalde de Trujillo y al líder máximo del Partido Alianza para el Progreso. Este modelo educativo que da visto bueno para que la primera franquicia educativa sea empleada en la educación secundaria de un publicitado colegio de la capital, es un indicador de que algo más allá de los maestros está sucediendo en el país. La orfandad de una política educativa de educación superior (¿hasta cuándo se debe esperar el Reglamento de la Ley 29394 – Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior?) Ya se pasó el tiempo legal, que era de 90 días a partir del 31 de julio. En enero se cumplirá el plazo para presentar el proyecto de ley de carrera pública para los docentes de los Institutos y Escuelas de Educación Superior. ¿Se incumplirá también este plazo?

El silencio de las autoridades del Ministerio de Educación casi es un escándalo por llamarlo de alguna manera y para no aceptar aquello de “quien calla otorga”. Ante una tema de actualidad y central como es la educación superior se le quiere sólo hacer responsable al CONAFU y a la ANR… ¿y la franquicia educativa para aquel colegio secundario tan promocionado, de quién depende? Sólo se hace una advertencia que los colegios secundarios no son preuniversitarios.

En este escenario, aunque las comparaciones son odiosas, quiero compartir lo que ocurrió el 4 de diciembre por la tarde en Bogotá y en todos los departamentos colombianos enlazados por televisión, por Internet, facebook y el twitter para presenciar la audiencia pública de rendición de cuentas mediante una videoconferencia. 17 secretarías de educación y 9 Instituciones de Educación Superior –IES- de diferentes regiones de Colombia participaron. Se permitió el envió de preguntas o comentarios que fueron respondidas por la Ministra, por la viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media o el viceministro para la Educación Superior El objetivo de la audiencia fue informar a todos los colombianos acerca de los logros y avances de la política de Revolución Educativa durante la vigencia 2009. También la Ministra además de exponer las metas alcanzadas en el último año, abordó los retos que enfrentará la cartera de educación para consolidar las cinco acciones que están transformando la educación en Colombia: ‘Educación para toda la vida’, ‘Educación para la innovación, la competitividad y la paz’, ‘Fortalecimiento de la institución educativa’, ‘Modernización permanente del sector’, y ‘Gestión Participativa’. La Viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media y el Viceministro de Educación Superior, presentaron un informe sobre los avances alcanzados por cada uno de los Viceministerios durante el último año. Luego respondieron las preguntas y comentarios de la comunidad educativa y, en general, de todos los colombianos.

Con esta audiencia busca el sector educación colombiano propiciar un espacio de participación ciudadana, docentes, estudiantes, padres de familia, secretarios de educación, directivos, personas jurídicas, organizaciones, gremios y ciudadanía en general, participaron enviando sus preguntas, comentarios o sugerencias a través de los diferentes medios habilitados para tal fin. Sin duda una ausencia a pesar de que estaba previsto su comentario, fue del representante del FECODE (Federación colombiana de educadores). Representantes de estudiantes de básica y un delegado del consejo de participación estudiantil de universidades completaron los comentarios, juntamente con rectores o vicerrectores de universidades y de la Asociación Colombiana Universitaria y de empresarios por la educación. Sin duda un ejemplo de participación democrática a pesar de la situación colombiana.

Volviendo a nuestros menesteres. En la Directiva para el año escolar 2010 comentada en la entrega pasada decíamos cómo en el acápite VII Moralización y Transparencia, punto 4. Rendición de Cuentas, transparencia y vigilancia de la gestión la responsabilidad debe ser asumida por “Las direcciones de las IE, DRE y UGEL… quienes son las responsables de promover y desarrollar una gestión y acción educativa y transparente y de calidad…”. Nos preguntábamos ¿Y el Ministro, los Vice ministros y los Directores Nacionales? No están incluidos ¿por qué? ¿No tienen nada que decir sobre moralización y transparencia del sector? ¿No les alcanza la rendición de cuentas? Hasta el Presidente de la República una vez al año se dirige al Congreso de la República a dar cuenta a la nación de su gestión. De qué sirve hablar de transparencia y otras palabras en política educativa, si quien las pronuncia se burla de su significado.

El caso de la burla a los reclamos de los maestros que se presentaron al concurso y que han denunciado las irregularidades y nadie los escucha; y, la concepción que se tiene de la rendición de cuentas, para los demás pero no para el principal responsable, nos dice bien a las claras que no son de fiar quienes hoy están dirigiendo la educación del país..

Sorprende por ello la visita del Presidente de la República al ministro de educación en su prestado local de la Biblioteca y la posterior conferencia de prensa donde entre otros puntos y sin hacer caso de las denuncias de la venta d los códigos de respuesta para la prueba de reciente concurso de profesores, dijo muy orondo que la falla humana que produjo tanta confusión en la publicación de las notas de los maestros que postulan a la CPM, había permitido que de 41 mil docentes aprobados inicialmente 30 mil docentes más pudieran acceder a la siguiente fase del concurso. Así de triunfalista y con un ministro al costado, en silencio. De igual forma pero con severidad se refirió al caso de la Universidad Alas Peruanas. Ambos casos merecen condena, pero en uno protege e ignora los reclamos y en el otro, denuncia. ¿Eso es equidad? Quedamos notificados quién dirige la educación nacional, quién es su promotor y protector. Así se atropellen elementales derechos de los maestros. Es lamentable. (05.12.09)