1. Hábitos que se vuelven costumbre: Sin duda nos hemos acostumbrado a echar culpa de los males de la educación, de un lado a la organización gremial de los docentes, de otro al Estado a través de su Ministerio correspondiente. De manera maniquea se evade responsabilidades de los otros responsables de la educación nacional como la comunidad educativa y sus instituciones, de otras instituciones del Estado que tienen corresponsabilidad de lo educativo. Como el dicho popular “una lavada de manos” frente a problemas que competen a todos.
El debate educativo se ha reducido a lo que los medios levantan como preocupación general y hacen que lo necesario se postergue y lo urgente se desplace ad infinitum. Como que no hubiese coherencia en lo que se quiere, pues quienes toman la iniciativa de “levantar” lo educativo lo hacen a partir de hechos de poca trascendencia, dejando de lado lo esencial de la política educativa.
Existen esfuerzos desde el Ministerio de Educación, desde el Consejo Nacional de Educación, desde instituciones como Foro Educativo y otras ONG especializadas en educación y de especialistas, para debatir, proponer, desarrollar actividades relativas a la política educativa nacional. Pero lamentablemente, lo educativo no vende, lo educativo, no interesa, por ello si no viene con una denuncia no interesa difundirse. Lo educativo se vuelve invisible y es una realidad que involucra a más de 8 millones de peruanos que asisten a la escuela.
2. Lo visible lo vuelven invisible. El anatema contra la educación está desde hace varios años representado por la censura a la organización gremial del magisterio. Contra él se ha dedicado tiempo, recursos y decisiones con magros resultados. Ha salido ganando la intemperancia, la impertinencia que ha llevado a denigrar a la profesión docente. ¿Es que sólo los docentes tienen responsabilidad del estado en que se encuentra nuestra educación?
La educación, a pesar del trato que se le da, está ahí poniendo noticias que indican que se quiere caminar diferente en la manera de tratar los temas de política educativa. Sin anteojos de savonarolas criollos, sino de profesionales que dan todo de sí y que quieren que nuestros alumnos sean los ciudadanos que nuestro país se merece.
Si uno tiene la paciencia y ganas de visitar el portal del Ministerio se encontrará con un abanico de noticias educativas que indican que algo viene ocurriendo en la educación del país. Algo que de repente los citadinos, los capitalinos no nos damos cuenta, pero en los villorrios más remotos es síntoma que existe un trato diferente, no el deseable, pero existe un reconocimiento a ese otro que es el maestro rural andino, amazónico. Son los invisibles de la educación.
Esta invisibilidad hace que se nutra la indiferencia por la responsabilidad que debemos tener todos los ciudadanos por lo educativo. “…La educación no es solo instrucción. La instrucción le da un predominio al aspecto cognitivo, racional, consciente. La educación es algo integral. Incluye la subjetividad, los temperamentos, lo afectivo, lo emocional, lo ético, que permite desarrollar la otraedad.” (Entrevista a Saúl Peña. Psicoanalista. “El fanatismo y el dogmatismo impiden el diálogo”. Revista Somos Nº 13333. Lima, 23.06.129). ¿Cuántos entienden así lo educativo?
Lo evidente e importante en la educación no pasa por enfrentar a quienes deben ser aliados naturales en un proceso que requiere de la contribución de todos. Por tender puentes, por concertar, consensuar se denuncia a la autoridad y se le llega a acusar de condescendencia con el gremio. ¿Por qué no mirar más allá de las acusaciones trasnochadas? El Dr. Peña nos dice opinando sobre situaciones parecidas que se podrían aplicar a esta reflexión: “Existe una situación anómala, la cual puedo comprender, pero no justificar. Esa no es la manera. Pero contribuye a que se produzca una falta de diálogo y comunicación y la incapacidad para aceptar al otro como alguien que piensa diferente, pero que puede comprender y ser comprendido.” (Ibidem).
Comunicación y no sólo denuncia, escarnio. En democracia debemos ir encontrando formas para construir un tejido que permita que los derechos y obligaciones sean desarrollados con equidad, con pertinencia, con solidaridad. Esta nueva manera de tratar lo educativo y los compromisos asumidos debería ser el camino por donde transiten las intenciones de construir una educación de calidad.
Un ejemplo de nueva manera de trabajar por la educación lo está demostrando la Municipalidad Metropolitana de Lima que ha organizado, con el apoyo de ONGs dedicadas a la educación y del SUTEP, un conjunto de celebraciones por el Día del Maestro, desde el 28 de Junio al 22 de Julio, bajo el lema «Maestras y maestros Aportando al Cambio». Una serie de eventos culturales para la comunidad en torno al docente, a la educación, a su problemática. ¿Cuesta mucho cubrir esta información? ¿Por qué confundir los temas y problemas relacionados con los docentes, con hechos de la coyuntura política? ¿La profesionalidad del maestro no tiene el mismo peso específico que el de las otras profesiones? Qué pobre es el concepto que se tiene de la educación y de sus docentes. Qué triste es apreciar que con el pretexto de la oferta y demanda se denigre a la escuela pública y acreciente las diferencias e inequidades dentro de un común denominador de pobreza, de brechas económicas.
¿No merecen estas noticias una profundización y sacar conclusiones que permitan aportar, contribuir a la calidad de la educación? ¿Y la Movilización Cambiemos la Educación, cambiemos todos, que se encuentra en su 2º momento: Campaña por los Aprendizajes fundamentales y la escuela que queremos? Las noticias están ahí esperando que se las utilice y se comprometa a la comunidad en la mejora de la educación.
3. La educación encierra un tesoro. Es el título del Informe Delors sobre educación, escribió a fines del siglo XX. Pareciera que su contenido fue como una estrella fugaz, resplandeció en su momento y se perdió en el universo. Luego el silencio. Olvidamos su mensaje, que sería conveniente recordarlo periódicamente, pues contiene reflexiones que ayudarían a apreciar mejor lo educativo en nuestro país y en esta coyuntura. “El siglo XXI, que ofrecerá recursos sin precedentes tanto a la circulación y al almacenamiento de informaciones como a la comunicación, planteará a la educación una doble exigencia que, a primera vista, puede parecer casi contradictoria: la educación deberá transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognitiva, porque son las bases de las competencias del futuro. Simultáneamente, deberá hallar y definir orientaciones que permitan no dejarse sumergir por las corrientes de informaciones más o menos efímeras que invaden los espacios públicos y privados y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos. En cierto sentido, la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él. (DELORS, , Jacques. La Educación encierra un Tesoro. Segunda Parte. Cap. Cuarto. Los Cuatro Pilares de la Educación. Santillana-Ediciones UNESCO, 1996).
¿Profético? ¿Premonitorio? Sin duda contenidos y reflexiones para un ciudadano del siglo XXI. Un libro que no debe quedar en los anaqueles, sino de uso cotidiano. La educación debería ser una lámpara que se encienda siempre, y no guardarla, para utilizarla cuando el interés y el egoísmo lo indiquen. La educación debería ser la brújula que indique el camino. No la sigamos maltratando. El país no está para darse esos lujos del primer mundo. Todo lo contrario. (29.06.12)