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Guía de habilidades infantiles

16 agosto 2013

Isabel Ferrer / EL PAÍS. España.

Nota: en el año 1999, el gobierno británico enumeró a las guarderías los objetivos que deberían alcanzar los niños de 3 a 6 años. Consideramos importante compartir esta nota y compararla con nuestra realidad.

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El Gobierno británico prescribe a las guarderías los objetivos que deben alcanzar de 3 a 6 años
El juego bien aprovechado, nuevo lema educativo del Gobierno británico, se ha convertido ya en una polémica versión del viejo adagio «aprender deleitando». Adaptado esta vez a las guarderías, fija las metas que deben alcanzar los menores de tres a cinco años en su primer contacto preescolar. Presentado como una forma de prepararles para afrontar la primaria con la mejor preparación posible, el hecho de que enumere las habilidades y conocimientos que el niño debe adquirir ha provocado malestar entre los propios educadores encargados de organizar este «juego estructurado», propuesto por el Ejecutivo laborista.
A partir del próximo septiembre, para apuntarse a la lista de los ganadores los pequeños deberán ser capaces de desarrollar sus aptitudes y sociabilidad con ayuda de una guía brindada a sus educadores por el Ministerio de Educación. Así, a los tres años tienen que saber contar hasta tres (cálculo), preparar una tarjeta de cumpleaños (concentración), darle de comer a un pez en una pecera (destreza) y agitar unas escamas de jabón hasta conseguir espuma (ciencias). Si lo logran habrán aprendido, por este orden, los rudimentos del cálculo y a prestar atención a una tarea. Serán más diestros con sus manos y descubrirán además que la ciencia puede ser muy divertida.
A los cuatro años aumenta algo la dificultad de las tareas. El cálculo debe ser más elaborado, con canciones y objetos traídos de casa. Uno de los ejemplos brindado por el ministerio describe cómo los menores pueden organizar un café en la propia guardería. Anotando los nombres de los clientes en un trozo de papel y haciendo las reservas de las mesas habrán convertido el juego en un sencillo ejercicio matemático y de memoria.
Cuando cumplan cinco años y estén a punto de acceder a la educación primaria propiamente dicha -en Inglaterra y Gales ésta comienza a los seis años-, los niños tienen que retener y explicar a su manera el equivalente al cuento de Los tres cerditos. Las sumas y las restas empiezan a esta edad, y lo mismo ocurre con la percepción del entorno familiar y ciudadano. Otra de las actividades propuestas consiste en dibujar su barrio y hablar de los vecinos.
Entre los cinco y los seis años, es decir, al final de la fase preescolar, se espera de los pequeños que puedan hablar en grupo sin ruborizarse y tengan iniciativa intelectual. Darse cuenta de las necesidades de sus compañeros y respetar sus diferencias culturales o de raza es también relevante. Leer el alfabeto y palabras comunes, escribir sus nombres, utilizar un lenguaje imaginativo y haber aprendido a escuchar y hacerse oír son cualidades asimismo apreciadas. Según el ministerio, cada una de estas listas trata de fomentar el desarrollo intelectual y físico de los menores, para que no pierdan el tiempo en actividades que nadie supervisa.
Para los críticos de las nuevas normas, entre ellos pedagogos y responsables de guarderías, controlar de una forma tan estrecha los juegos infantiles puede ser excesivo para la mayoría de los pequeños. «Afortunadamente, la guía que ahora recibimos ha sido aligerada y ya no presenta el carácter estricto de los primeros borradores. Sigue siendo, sin embargo, muy ambiciosa para los hijos de familias con pocos recursos que reciben poca atención en casa. Un grupo muy numeroso de pequeños puede sentirse forzado a lograr cosas demasiado pronto», ha señalado David Hart, secretario general de la Asociación Nacional de Directores de Centros Docentes.
Margaret Hodge, secretaria de Estado laborista de Educación, le ha respondido con firmeza que está equivocado. «Me canso de escuchar que los niños necesitan jugar en libertad y sin restricciones. Muchos llegan a las guarderías a los tres años y son incapaces de hablar con propiedad o comunicarse siquiera. Carecen de entusiasmo por el aprendizaje. No les vamos a enseñar latín, pero deben jugar de una forma estructurada si esperan triunfar luego en el colegio».
Según Hodge, el nuevo programa educativo puede parecerle poco a las familias de clase media. A otras menos privilegiadas les ayudará a recortar distancias desde el principio. Cuando sus hijos accedan a la primaria, afirma Hodge, estarán en igualdad de condiciones para beneficiarse de la enseñanza obligatoria. Al arropar la polémica guía educativa infantil con estos apoyos oficiales, Margaret Hodge espera apagar del todo las críticas que le llovieron en mayo pasado cuando presentó el borrador del proyecto.
Un adulto por cada 15 niños
El Ministerio de Educación no ha querido dejar cabos sueltos, y la nueva iniciativa contempla también la redistribución de las aulas en las guarderías, algo que consideran indispensable para que la propuesta funcione realmente. El próximo curso académico tiene que haber en ellas un adulto por cada 15 niños hasta los cinco años. En estos momentos, muchos centros de primaria británicos que abrieron las llamadas «clases de acogida» a partir de los cuatro años, cuentan ya con un titular y un ayudante.
Los 1.800 asistentes adicionales que son esperados en septiembre en Inglaterra y Gales (Escocia dispone de su propio sistema) serán adiestrados con una subvención oficial de 13 millones de libras (3.250 millones de pesetas). Para los niños de tres años que asisten aún a la guardería habrá más niñeras y supervisores cualificados.

¿Por qué aprender música en la escuela?

22 abril 2013

Por Liliana Mazza (Maestra nacional de música, arquitecta

La preparación musical tiene un papel relevante en la formación integral: favorece el estado emocional y la capacidad creadora.

Aún recuerdo la emoción que me produjo hace ya tantos años, el haber escuchado por primera vez en la clase de música de mi escuela primaria «Canción para tomar el té» de María Elena Walsh y la alegría con la que volví a mi casa y conté la experiencia a mis padres.
A ese recuerdo se suma mi experiencia como docente, que me ha llevado a pensar que la meta más importante de la educación musical en el ámbito escolar tendría que ser despertar el asombro de los más chicos. Esto puede ocurrir movilizando el capital musical que trae un niño desde su casa, que muchas veces es desarrollado por su familia, que escucha música en su vida cotidiana, o en otros casos, porque la oye en los medios de comunicación a su alcance. Por esta razón es muy importante que los niños encuentren en la escuela un docente entusiasta, que les haga descubrir algo distinto y que les otorgue la posibilidad de ampliar su mundo sonoro.
Los estímulos que enriquecerán esta experiencia se pueden dar a través del juego corporal, de la ejecución de instrumentos, de la fabricación de objetos sonoros, de explorar los sonidos del propio cuerpo, de escuchar música con serenidad, de la improvisación, de la danza y sobre todo de la voz cantada.
La incorporación del dibujo, ya sea acompañando la audición de canciones o como conclusión de una actividad realizada, me ha persuadido de la importancia de asociar el sonido a la imagen y podría ser un interesante punto de contacto con el área de plástica, que tanto se vincula con la música en muchos aspectos.
Esta práctica guiada por un docente con formación sólida, comprometido con su tarea, debería contar con el espacio físico apropiado, los instrumentos musicales, los equipos de reproducción de sonido y el apoyo institucional necesarios, para que la experiencia sea significativa, gratificante y motivadora para el niño y se integre a otras áreas. Esto no debe ser un hecho aislado, ya que a veces ni siquiera cuenta con la frecuencia semanal indispensable para desarrollarla con continuidad.
Formación integral. Mucho han escrito ya los pedagogos sobre la importancia de la educación musical, que juega un papel fundamental en la formación integral del individuo, no sólo en las actividades específicamente musicales, sino además en la ampliación de su percepción general, visual y auditiva, favoreciendo el estado emocional, el desarrollo físico y la capacidad creadora.
Aprender música en la escuela, con sus pares, donde el niño es partícipe de una experiencia musical grupal, donde las individualidades, las pequeñas lucecitas, se integran en una producción rica y variada, que lo asombre y alumbre en un descubrimiento cotidiano, hará que el niño tenga más posibilidades de desarrollar interés por la música, la danza, la plástica, o cualquier otra actividad creativa.

Literatura en el Nivel Inicial

6 abril 2013

Publicado en la Revista Zona Educativa, Julio 1998 – Ministerio de Cultura y Educación Argentina

En el ámbito de la escuela, el Nivel Inicial es el espacio en el que se genera el primer vínculo entre los niños y la literatura. Por eso, que mejor que los chicos se lleven una buena experiencia de este espacio de iniciación a la lectura y la motivación necesaria para seguir leyendo, lo cual favorecerá la posibilidad de convertirlos en lectores competentes en cualquier área del conocimiento.

Dentro de la variedad de textos de circulación social con los que los niños de Nivel Inicial deben ponerse en contacto con los textos literarios tienen un lugar privilegiado. Cuando en la sala de Nivel Inicial se leen cuentos, poesías, se juega a producir trabalenguas, se inventan historias disparatadas, se está acercando a los niños a una de las formas privilegiadas del lenguaje humano: la literatura. El contacto asiduo con la literatura influye en la formación estética de los niños: les posibilita un contacto lúdico y creativo con la lengua.
El placer que encuentra el niño en la lectura de textos literarios que incluyen aventuras, humor, fantasía, suspenso es para él una motivación importantísima para seguir leyendo, por lo tanto desde lo motivacional se constituye como fundamental en la formación inicial de lectores.
¿Qué literatura?
Aquella manifestación de la lengua como hecho estético, que juega con los múltiples significantes y significados de las palabras, que inventa mundos más allá de lo real, que recrea situaciones y conflictos humanos. Una literatura que entretiene, que conmueve, que moviliza la sensibilidad, que propicia el desarrollo de la imaginación. Definida así, la literatura infantil comparte con “la literatura” en general los mismos principios, sólo que atiende a un público diferente, porque son niños.
Aprender a cepillarse los dientes o a contar hasta diez no es un objetivo del discurso literario. La literatura, como fenómeno artístico diferenciado de la didáctica o de la psicología evolutiva, es el espacio privilegiado del placer, de la imaginación, de la fantasía, del disparate, del juego sonoro y la melodía. La actividad de leer “buena” literatura adecuada al nivel, es una actividad que encuentra la finalidad en sí misma.
Literatura oral
En el Nivel Inicial se promueve la escucha atenta de textos del folklore local, regional, nacional y latinoamericano y la iniciación en la identif8icación de distintos tipos de textos de la literatura oral: copias, canciones de cuna, rondas, canciones, leyendas, crónicas familiares y del lugar; fábulas, sucedidos, adivinanzas, trabalenguas, dichos, refranes. Es bueno tomar conciencia de que todos estos textos orales están presentes en el imaginario de la comunidad y resultan materiales sumamente significativos para ser recuperados por la escuela. El trabajo con estos textos permite recuperar los conocimientos que los niños traen de su casa, de su comunidad, permite un espacio de recuperación y valoración de la cultura familiar, local, regional.
El trabajo con la literatura oral en la escuela tiene que favorecer la participación de todos los niños averiguando en sus casas, reproduciendo, re-narrando en la escuela aquello que saben, que le han contado sus mayores, explorando en la producción de las diversas formas de organización de los distintos géneros.
El contacto frecuente con la literatura desarrolla y amplía el capital simbólico del niño, lo acerca al patrimonio cultural oral de su país, de su comunidad.
¿Narrar o leer?
Narrar y leer. Estrategias diferentes para que el acercamiento del niño a la literatura sea placentero. Entre el vínculo del niño pequeño y el texto literario hay siempre un adulto mediador y en las buenas experiencias de iniciación a la lectura hay siempre registrada una matriz de afecto. De ahí la importancia de los espacios de lectura placentera que construya la escuela.
Un maestro que narra, que “dramatiza” los rasgos más notables de un personaje, que representa un conflicto, propicia la escucha atenta, la identificación. Un maestro que lee se muestra como modelo lector fluido, expresivo, que disfruta al compartir con otros las lecturas que prefieren. Enfatiza los conceptos claves del texto para facilitar la comprensión. La lectura cotidiana por parte del docente de textos de literatura escrita, cuentos, poesías, leyendas, pone en contacto a los niños con modelos de lengua escrita.
Selección de textos
El criterio estético; es necesario que los criterios de selección del corpus de libros de literatura infantil atiendan fundamentalmente a los valores estéticos, ficcionales y culturales tanto de la comunidad, del país, como universales. Se prestará atención no sólo a la calidad del código lingüístico sino también a la de las ilustraciones, que son para los chicos un atractivo en sí mismo.
La identificación: además de ser bellos, los textos seleccionados para los niños atenderán a sus mundos, sus fantasías, sus preferencias. Personajes, problemas y soluciones con los cuales puedan identificarse.
Una visión del mundo: ¿es lo mismo la justicia que la injusticia? ¿La cooperación y la solidaridad que el individualismo? Nadie se atrevería a decir que sí. Lejos de los estereotipos a los que gran parte de la llamada “literatura infantil” ha recurrido durante mucho tiempo, cabe reflexionar acerca de que existe una responsabilidad adulta frente a la infancia y que con cada texto seleccionado se está ofreciendo también una visión del mundo. Seleccionar es valorar.
La biblioteca: tocar, hojear, mirar dibujos, intentar lecturas, compartir libros de la biblioteca es requisito de la formación de los pequeños lectores en el ámbito de la escuela.
Establecer criterios de ordenación de los libros de la sala, por colección, por género, por tipos de personajes, por tipos de temas, requiere de una tarea sostenida de trabajo en el aula que organiza las lecturas, que ejercita en la distinción entre real e imaginario, que pone en contacto a los niños con distintos portadores de textos, que promueve e instala, desde el comienzo de la escolaridad, hábitos de lectura y modelos de comportamiento lecto

Jugar con los libros para estimular la lectura

8 marzo 2013

NOTA: Este artículo es tomado de la siguiente dirección digital:
(http://www.guiainfantil.com/libros/Lectura/libroJuguete.htm). Esperamos que sirva en este año escolar que recién se incia. No se trata de «obligar» a leer, sino inducir, estimular la lectura y la creatividad en los niños. Es una invitación a ser creativos en función de nuestros alumnos y alumnas.
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El libro es un juego desde el nacimiento del bebé
Un libro en manos de un niño lo puede llevar a volar por mundos de fantasía, de imaginación, de magia… y llegar a transformar este encuentro en un verdadero torbellino de sensaciones, de voces y ruidos. Es que un libro es también una gran herramienta de juego, y como tal, tiene que estar presente en la vida de un niño desde su nacimiento. Un gesto tan sencillo como leer un cuento a un niño puede eternizar una afición enriquecedora durante toda su vida.
GuíaInfantil.com encontró un material importante sobre cómo convertir el libro en un juguete.

CINCO IDEAS PARA JUGAR CON UN LIBRO
EL JUEGO DE LAS VOCES
Cualquier cuento por pequeño que sea puede trasformarse en un juego de voces y ruidos. A los más pequeños les encanta escuchar los cambios de tono: las voces agudas, las graves, las que imitan a los niños, a una bruja, los sonidos del agua, del viento, de los animales… Así aprenden a identificar a los distintos personajes: los buenos, los malos, los más jóvenes o los más ancianitos. ¡Lo cierto es que cualquier elemento creativo captará su atención!

Nota: Para niños y niñas de 0 a 8 años.

DIBUJA LA HISTORIA
Sólo se necesitan lápices de colores, cartulinas y un narrador. El juego consiste en que los niños y niñas representen las distintas secuencias del cuento: el principio, el nudo y el desenlace. Pueden hacer tantos dibujos como quieran, lo importante es dejar libre su creatividad. Además, observando sus dibujos se pueden aprender cientos de cosas: lo que más llama su atención será lo más grande, lo que menos le gusta lo omitirá o será muy pequeñito… ¡Les encantará tener sus propias ilustraciones de los cuentos!
Nota: Para niños y niñas de 3 a 8 años. A partir de los 6 años también se puede proponer que escriban pequeños textos al pie de los dibujos, así fabricarán sus propios cuentos clásicos.

HACIENDO TEATRO
Es hora de sacar del baúl de los recuerdos: un sombrero, unos guantes, collares de plástico, cinturones o un chaleco. Cualquier ropa antigua será el perfecto disfraz, también ayudará un set de maquillaje infantil para caracterizar unos bigotes, una cicatriz o unos coloretes. ¡Representarán su cuento favorito!

Nota: Para niños y niñas de 5 a 8 años. A partir de los 7 años también se puede proponer que escriban un pequeño guión para adaptar la historia del libro.

EL SUPER DETECTIVE
Si lo que se quiere es desarrollar su atención, sólo hay que proponerles que sean un «Súper detective». El juego consiste en buscar pistas secretas: pueden ser colores, palabras que empiecen por la «A», la «B», palabras en plural, en femenino, en masculino, palabras que se escriben con «H». Puede establecerse un límite de tiempo o de palabras y al final pensar en una gran recompensa… ¿Qué tal su postre favorito? ¡Es fantástico para la ortografía, el vocabulario y el lenguaje!

Nota: Para niños y niñas de 7 a 12 años. Cada detective tiene que tener su propia libreta de detective y un bolígrafo para poder anotar todas las pistas. Si participan varios niños, cada uno puede utilizar un bolígrafo de un color diferente.

INVENTANDO OTRO FINAL
Seguro que hay algún libro con un final poco divertido, así que la solución es tratar de inventar entre toda la familia el desenlace perfecto. Cada uno aporta su idea y entre toda la familia se decide que «trocito de historia» es el mejor. Es una forma de conversar sobre un libro: los personajes, el contexto, las distintas situaciones, etc. El juego se puede complicar en función de la edad de los participantes.

Nota: Para niños y niñas de 5 años en adelante. Este juego no tiene edad y seguro que hay cientos de finales para modificar.
Fuente: http://www.imaginarium.es