Posts Tagged ‘inclusión’

Carlos Skliar: «La inclusión no es un paraíso de iguales»

22 abril 2014

LA CAPITAL. Rosario, 10 de agosto de 2013-08-11

Por Gastón Felman

—————————————————–

Skliar es doctor en fonología, ha sido profesor adjunto y visitante en distintas universidades, entre ellas de Brasil, Barcelona, Alemania, Chile, Bogotá y Caracas. Actualmente es investigador independiente del Conicet y del área de educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Argentina. Afirma que la idea de inclusión no es sólo escolar y que ésta «no es un paraíso de iguales».

—————————————————-

—¿Cuál será su tema de disertación en «Encrucijadas de la inclusión»?

—Recuperar historias de algunas personas cuyas voces no son muy escuchadas en estos temas. Madres, padres, niños, jóvenes, adultos; aquellos que han pasado por experiencias de inclusión y tienen mucho para contar. De escuchar testimonios de exclusión hasta llegar a la subjetividad, al relato de personas que «están dentro». Desde relatos de niños, cuyas madres me cuentan que ahora sí están en las escuelas, hasta adultos que han sido incluidos en grupos de trabajo. Gente de la calle, mendigos, gente que recogía basura. La idea de inclusión no es sólo escolar. Son historias que ponen en tela de juicio o matizan la idea de inclusión en la Argentina, el paraíso supuesto en el que todos al fin somos iguales, igualitos.

—¿Cuál puede ser la radiografía del «estar juntos» en las instituciones?

—Nunca pensé los vínculos por sí mismos, y sí en pos de lo que significa «hacer cosas juntos». El vínculo educativo incluye una búsqueda del hacer cosas juntos, ello excede cómo nos llevamos, cómo estamos juntos, quiénes somos vos y yo. Enseñar es una tarea de recuperación, de realizar permanentemente un giro hacia atrás. Es ocupar tres tiempos al mismo tiempo: el pasado, el presente y el futuro. En el presente ubicamos lo más importante. No creo en el presente como un aquí y ahora, como algo inequívoco traducido, sino como en el que se pueda compartir lo producido por la humanidad. El maestro es un artista del tiempo. De dar tiempo, de buscar y provocar otros tiempos.

—¿La formación docente actual contempla en lo curricular la conversación y reconocimiento del otro?

—La actual formación está haciendo maestros productivos, emisores, hablantes, investigadores. En general, en los planes educativos observo una complicidad acrítica de estos tiempos; en aceptar que los niños son digitales y que los jóvenes están en su mundo sin interferencias. La formación tendría que ver con: cómo hago yo para tomar la palabra frente a generaciones. Para eso hay que escuchar, estar atentos, ser pacientes, hay que mirar con buenos ojos, hay que tener algo para decir. La educación consiste en una conversación larga, sostenida, que pueda incorporar al interior de la conversación todos los ciclos disponibles de las culturas. No debe ser como la que proponen los noticieros, ni las de las industrias de la información.

—Acerca de otras funciones de los medios masivos, ¿qué ejemplos rescata en cuanto a difusión de imágenes educativas?

—Vaya todo mi enamoramiento, respeto, sorpresa y cariño por todos los que hacen Paka Paka y Canal Encuentro, donde no importa la búsqueda de la masividad por sí misma. Se instalan allí otro tipo de imágenes reales sobre la infancia y la juventud, que en la televisión se ven sistemáticamente abortadas. Para luchar contra los estereotipos, la escuela debe profundizar las imágenes, las palabras, multiplicar los signos, no renunciar a ellos.

—¿Cómo observa a las políticas educativas actuales referidas a la inclusión?

—Los últimos años han sido de notable expansión de presupuesto, de obras, de inserción de tecnología, de acceso universal a la enseñanza. Su traducción o desdoblamiento en las instituciones supone pensar en otra cosa: en la vida propia de las escuelas, de sus comunidades. Podemos hablar de un país inclusivo, sí, como intención política, jurídica, pero ¿es inclusiva la vida en las escuelas? ¿Y qué quiere decir «inclusivo»? ¿Lo es para las familias, los maestros, los alumnos, los directivos, el barrio? Hay que volver a pensar los pequeños gestos, a generar pequeñas formas de convivencia, de contacto, de mirar y de escuchar en el cotidiano de la gente.

 

El liderazgo sustentable y el cambio en tiempos de confusión (III)

5 febrero 2014

Andy Hargreaves[1]*

Traducción por Verónica Hollman[2]**

Los límites de la estandarización

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2001) abogó en los inicios de este siglo por un cambio en la estrategia de las reformas educativas orientado hacia el desarrollo de estas nuevas competencias y capacidades. Mi libro Teaching in the knowledge society (Hargreaves, 2003) se basa en este argumento y expone el caso de las escuelas de la sociedad del conocimiento que se focalizan en habilidades como la creatividad, la innovación, la flexibilidad, la resolución de problemas y el trabajo en equipo como motor de iniciativas empresariales, así como de habilidades y disposiciones hacia la inclusión, el desarrollo emocional, la creación de comunidades y una conciencia cosmopolita como parte integral de una democracia social.

 Tony Wagner en su libro The Global Achievement Gap (2008) se hace eco de la promoción de las habilidades empresariales para el siglo XXI, aunque dedica menor atención a las virtudes democráticas que deberían acompañarlas. Una destacada comisión convocada por el Centro por la Educación y la Economía (New Commission on the Skills of the American Workforce, 2007),4 formada entre otros por supervisores, directores ejecutivos y dos ex ministras de Educación, también señala que la obsesión estadounidense con las pruebas y el tratamiento estandarizado de contenidos básicos de lengua y matemática estaría destruyendo la capacidad para ser económicamente creativos y competitivos.

 En su libro Under Pressure, Carl Honore (2008) examina una serie de evidencias internacionales para analizar la efectividad de la hiperpresencia de los padres, el seguimiento excesivo de los niños más pequeños hacia la excelencia deportiva y el exceso de actividades programadas, la sobreinversión y exceso de tecnologías, “las pruebas y los estándares de referencia. ¿Contribuye todo esto en una mayor felicidad, salud e inteligencia de los niños? ¿Los mejores resultados en las pruebas significan que los estándares académicos están mejorando?”.

Como respuesta, Honore señala que: “en todo el mundo, los padres y educadores están llegando a la conclusión que la respuesta a todo lo anterior es no” (Honore, 2008:116). El juego libre y desestructurado está desapareciendo, la lectura por placer está en declinación y la creatividad que requiere tiempo, libertad, flexibilidad, exploración y conversación, está en rápido retroceso.

Gran Bretaña y Estados Unidos, las naciones con mayor preocupación por la evaluación, están en los últimos lugares o muy cerca de estos en la última clasificación de UNICEF (2007) dentro del listado de veintiún países sobre el bienestar de los niños. Una revisión extraordinaria y de gran influencia sobre la educación primaria en Gran Bretaña realizada en la Universidad de Cambridge (BBC, 2009) concluye que la dirección establecida por la reforma inglesa ha vaciado el currículum de la innovación, la creatividad y las necesidades más básicas de los niños de exploración y desarrollo, pues toda la energía de los maestros ha sido orientada a las evaluaciones gubernamentales. Hasta el gobierno británico en su propia revisión ha señalado algunas de estas mismas conclusiones (BBC, 2009).

En un contexto de colapso económico global, sólo los que se niegan a ver la realidad o que huyen de ella toman el camino siempre dudoso de la estandarización.5 Paradójicamente, el interés internacional en las reformas a gran escala ha mostrado que los países que han tenido mayor éxito educativo y económico son aquellos que promovieron mayor flexibilidad e innovación en la enseñanza y el aprendizaje, aquellos que invirtieron mayor confianza en docentes altamente calificados y que valorizaron un currículum amplio y “aireado”, sin intentar dirigir absolutamente todo desde arriba (McKinsey, 2007; Darling Hammond et al, 2009).

En Singapur, con altos niveles de desempeño, se remarca “enseñar menos, aprender más” y se deja un diez por ciento de “espacios en blanco” a los maestros para promover la iniciativa individual y creatividad en su enseñanza. En Finlandia, el líder mundial en los resultados obtenidos en el Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes (PISA),6 se evitan por completo las pruebas nacionales estandarizadas. Asimismo han alcanzado altos niveles de rendimiento atrayendo maestros altamente calificados a través de condiciones de trabajo favorables, un alto grado de confianza profesional y la misión inspiradora de inclusión y creatividad (Hargreaves, Halasz y Pont, 2008). La provincia canadiense de Alberta, ubicada luego de Finlandia en las clasificaciones internacionales de PISA, en parte, ha asegurado su éxito a través de la asociación con el gremio docente con el objetivo de desarrollar una iniciativa de nueve años de innovación en la escuela que incluye el noventa por ciento de las escuelas de la provincia (The Alberta Initiative for School Improvements).7 Con los colegas Denis Shirlye y Lori McEwen (2009), estoy evaluando precisamente cómo esta iniciativa asegura efectos asombrosos en el aprendizaje.

 En estos contextos de alto rendimiento, el liderazgo se concibe de manera muy diferente a la gestión operativa. En Finlandia, por ejemplo, cuyo caso he analizado con un equipo de colegas de la OCDE en el año 2007, los directores de las escuelas fueron capaces de liderar comunidades de maestros altamente calificados con quienes desarrollaron su curriculum escolar en el marco de una guía nacional amplia. Luego del colapso económico de 1992 y con niveles de desempleo que alcanzaron prácticamente el 20%, los directores fueron capaces de trabajar en culturas de confianza, cooperación y responsabilidad concibiéndose a sí mismos como parte de una sociedad de expertos para lograr reconstruir su nación basada en una sociedad del conocimiento con principios de creatividad (Hagreaves, Halasz y Pont, 2007).

La tendencia hacia la estandarización parece estar en retirada inclusive en las naciones anglosajonas. En Gran Bretaña, muchos padres se oponen a que sus hijos sean los más examinados en el mundo. El gobierno de este país ha puesto fin a todos los exámenes estandarizados en las escuelas secundarias. Gales ha abolido las pruebas nacionales hasta los catorce años (Hargreaves y Shirley, 2009). Estamos al final de un período de quince años de fracaso de las reformas estandarizadas y a gran escala. El interrogante que se presenta es qué podría emerger a continuación y cuáles son las implicancias para el liderazgo educativo.


[1] PhD. in Sociology (Univeristy of Leeds, Inglaterra). Thomas More Brennan Chair in Education. Lynch School of Education. Boston College. e-mail: hargrean@bc.edu

[2] Dra. en Ciencias Sociales. Becaria Posdoctoral CONICET. Profesora del Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, Argentina. e-mail: vhollman@gmail.com

[4] N. de T.: Nueva Comisión sobre las capacidades de la fuerza de trabajo de Estados Unidos.

[5] N. de T.: el autor utiliza aquí la metáfora “educational and economic ostriches and lemmings” para describir a las personas que en términos educativos y económicos se comportan fanáticamente siguiendo lo que dicta el grupo sin mucha conciencia del desenlace desastroso de sus acciones.

{6} N. de T.: las siglas en inglés PISA significan Program for International Student Assessment.

{7} N. de T.: iniciativa por el mejoramiento escolar de Alberta

La educación intercultural entre el deseo y la realidad: reflexiones para la construcción de una cultura de la diversidad en la escuela inclusiva

17 mayo 2013

Juan José Leiva Olivencia / Departamento de Didáctica y Organización Escolar / Universidad de Málaga
En: Revista Docencia e Investigación Nº 20 . Nº 20ISSN: 1133-9926
NOTA: Por ser un artículo extenso se publicará en 3 o 4 partes. Espero contribuya a un esclarecimiento. La experiencia es española, pero los conceptos son universales.
(I)

RESUMEN:
Educar para la diversidad cultural y en la interculturalidad supone una actitud de valoración positiva hacia la comunicación e interacción entre culturas, y hacia la comprensión de lo diverso como un factor de aprendizaje positivo y necesario en las actuales organizaciones escolares. Ahora bien, el reto es complejo, y en la actualidad la educación intercultural se encuentra entre el deseo de ser una propuesta educativa crítica, y la realidad de encontrarse en una encrucijada de caminos que van desde la exaltación folclórica de las culturas del alumnado de origen inmigrante al enfoque curricular compensatorio. Precisamente, el presente artículo tiene dos objetivos fundamentales. Por un lado, indagar en el pensamiento educativo del profesorado sobre la interculturalidad en el contexto escolar, y, por otro, suscitar el debate aportado reflexiones pedagógicas críticas acerca del sentido y orientación de la interculturalidad desde una cultura de la diversidad que impregne la convivencia y la práctica docente.
PALABRAS CLAVE: Educación intercultural, Profesorado, Escuelas inclusivas.

1. La Interculturalidad en la escuela
En nuestro país, y según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, y recogidos en el Informe Anual “Datos y Cifras. Curso escolar 2009/2010”, el número de alumnos de origen inmigrante pasó de 460.518 en el curso 2004-2005 a 762.746 en el 2009-20010, representando el 9,6 % de la población total de alumnado escolarizado en las enseñanzas de régimen general no universitarias en este último curso. En Andalucía, Comunidad Autónoma donde el fenómeno de la inmigración ha sido muy significativo en los últimos años los datos son ciertamente relevantes y esclarecedores. Según los datos publicados por la Unidad Estadística de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en Septiembre de 2010, en el curso 2009/2010, los centros educativos andaluces acogían ya a un total de 101.565 escolares inmigrantes. Concretamente, en el caso de la provincia de Málaga, sus centros acogían ya a 30.084 alumnos inmigrantes, casi el doble de escasamente hace cuatro cursos académicos, cuando acogía a 16.994 (curso 2005/2006). Estos datos hablan por sí solos, de la emergencia y pujanza de la inmigración y, por tanto, de toda esa diversidad cultural que está transformando el panorama educativo de nuestras instituciones escolares.

Hoy en día, nadie pone en duda que la atención a la diversidad cultural supone un reto de primer orden para fortalecer la equidad y la igualdad en nuestro sistema educativo. Su importancia la entendemos en el esfuerzo que toda la comunidad educativa viene desarrollando por garantizar la promoción positiva de la diversidad cultural como una garantía de cohesión social, de solidaridad y, por tanto, una respuesta a la necesidad de mejorar la convivencia educativa y también social (Santos Rego, 2009).

Verdaderamente nuestras escuelas están afrontando el reto de la convivencia intercultural, y no cabe lugar a dudas cuando afirmamos que aulas y escuelas hayan pasado en poco tiempo de ser espacios monoculturales a multiculturales, y con la intención de aspirar a construir de manera cooperativa una educación intercultural que ahonde en la inclusividad escolar. Según Aguado (2003), la educación intercultural nutre e impregna los principios de una educación inclusiva, donde el referente pedagógico por excelencia es la vivencia y convivencia de la diferencia cultural y social como factor de enriquecimiento educativo.

Aprovechar educativamente la diversidad cultural pasa por reconocer que lo común es la diversidad y la diversidad debe ser, desde la perspectiva pedagógica, lo común en los diseños y propuestas de intervención educativa que se consideren, ya no sólo oportunos y adecuados, sino imprescindibles en una sociedad democrática como la nuestra (López Melero, 2004). Una sociedad que afronte el trascendental reto de dar respuesta educativa a la diversidad cultural, y sobre todo, que necesita de propuestas pedagógicas que hagan posible la premisa básica de aprender a vivir juntos.

Para Jordán (2007), los sistemas educativos deben asegurar unas bases sólidas para la igualdad de oportunidades en la escuela, el trabajo y la sociedad, atendiendo a la diversidad de géneros, etnias y culturas a partir de un reconocimiento entre iguales basado en el respeto a la diversidad. Así pues, la educación intercultural, entendida como actitud pedagógica que favorece la interacción entre las diferentes culturas, se convierte así en la mejor forma de prevenir el racismo y la xenofobia, así como de promover una convivencia basada en el respeto a la diferencia cultural como legítima en su diferencia. Decir esto no significa que obviemos los conflictos que pueden acontecer en los contextos en los que la diversidad cultural tiene una mayor presencia. No obstante, defendemos la idea de que los conflictos denominados interculturales tienen un menor peso en la realidad escolar de lo que los medios de comunicación pretender transmitir, o incluso de las ideas preconcebidas que en
un momento dado podemos tener (Leiva, 2010). Es más, son muchos los docentes quienes consideran que los conflictos escolares tienen una vertiente más social que cultural, y que los conflictos que se desarrollan en contextos educativos caracterizados por una significativa diversidad cultural hunden sus raíces en problemáticas sociales y familiares más que en cuestiones identitarias o culturales.
En todo caso, cabe señalar que el nuevo marco normativo que establece la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) de fine a la escuela pública como un espacio de convivencia y aprendizaje, que ofrece un servicio que garantiza el derecho a la educación de todos los ciudadanos y ciudadanas, y que atienda a la diversidad cultural como un elemento educativo de primer orden. La LOE, en sus fines y principios, opta por un modelo de persona y de sociedad que se fundamenta en un conjunto de valores -justicia, tolerancia, libertad, paz, cooperación, solidaridad, no discriminación, etc.- y en los principios democráticos de convivencia: pluralismo, participación y respeto. Así, podemos compartir la idea de que nos encontramos ante un marco normativo favorecedor del desarrollo práctico de la educación intercultural en la escuela, no sólo porque implica el respeto y aprovechamiento de la diversidad cultural,
sino que además posibilita el planteamiento de focalizar una cultura de la diversidad en la escuela que significa ir más allá de la interculturalidad en términos de conocimiento cultural. Estamos haciendo referencia a que la educación intercultural es un vehículo de apertura y de fomento de la formación para la participación de todos los miembros de la comunidad educativa (Banks, 2008). Esto supone que cualquier acción o medida educativa denominada intercultural y concebida en el contexto escolar, puede y tiene la potencialidad de influir y generar procesos educativos de carácter comunitario. Así, la institución escolar se convierte así en un lugar fundamental de formación para la convivencia intercultural, por ser un contexto ideal para que alumnos y adultos (profesorado y familias) concreten y se ejerciten en los valores democráticos y de la diversidad en un escenario que promueve la inclusión y la no discriminación (Echeita y Otros, 2004).

Desde este enfoque, la escuela intercultural es inclusiva y viceversa, ya que debe ser una institución donde hombres y mujeres aprendan valores y actitudes que aseguran una convivencia en la diversidad personal y cultural libre, pacífica, respetuosa y no discriminatoria.

2. El profesorado ante el escenario escolar de la diversidad cultural

El profesorado es el agente clave para la construcción de una escuela inclusiva de calidad, ya que es el instrumento pedagógico por excelencia (Jordán, 2007). En el caso de la construcción de una escuela intercultural, cuya calidad esté definida precisamente por la perspectiva intercultural de la propia diversidad cultural de su alumnado y de sus familias, su importancia es si cabe mayor, pues el reto actual de la diversidad cultural, fenómeno que está configurando un nuevo escenario educativo en nuestras aulas y escuelas, es cada vez más emergente e ineludible. Hasta hace escasamente una década, pocos eran los profesores que tenían en mente como un elemento prioritario de la educación la diversidad cultural. En este sentido, el docente, como profesional comprometido con el análisis de los cambios sociales, viene observando en los últimos tiempos cómo sus aulas y escuelas están pasando de ser espacios culturales más o menos homogéneos a nítidamente plurales y heterogéneos, lo cual ha suscitado importantes inquietudes e interrogantes pedagógicas y didácticas entre los profesores.

No es nuevo afirmar que el papel del profesorado en esta nueva configuración de la escuela es absolutamente trascendental. Ningún equipo directivo ni ningún docente bien formado y con ilusión por trabajar más y mejor obvia la necesidad de educar en y para la interculturalidad en su centro educativo (Essomba, 2006). Esto se hace más inexcusable cuando los docentes desarrollan su labor formativa en contextos educativos donde la diversidad cultural es lo común y lo característico. Es más, el papel de los docentes como educadores y no como meros transmisores de información (y de cultura) escolar monolítica ha cambiado profundamente y ha supuesto unas nuevas responsabilidades sociales en el campo de la educación, puesto que han asumido el deber de fomentar en la escuela un espíritu tolerante, de respeto y convivencia en el marco de los principios democráticos de igualdad de oportunidades y de respecto en la construcción identitaria. Sin embargo, hemos de admitir, que en este escenario claramente multicultural, de diversidad cultural del alumnado en las escuelas actuales, hay profesores que todavía permanecen pasivos –aunque cada vez son menos– , lo cual tiene significativas repercusiones en el funcionamiento de una escuela democrática, plural y heterogénea (Bartolomé, 2002).

En efecto, muchas actitudes de inhibición o de pasividad ante esta realidad de diversidad cultural es una clave negativa si las escuelas quieren convertirse en espacios donde el aprender a convivir en la diferencia cultural sea una clave fundamental de buenas prácticas docentes.

En este punto, cabe destacar la importancia de diferentes estudios que se han desarrollado en nuestro país sobre la perspectiva de los docentes ante la interculturalidad (Bartolomé, 2002; Essomba, 2006; Jordán, 1999 y 2007; Leiva, 2008 y 2010; Montón, 2004; Soriano, 2008), tanto a partir de investigaciones realizadas en contextos educativos de diversas regiones y provincias españolas, como de revisiones teóricas de estudios desarrollados en países de nuestro entorno europeo.

Estas investigaciones han estudiado principalmente las actitudes y las concepciones educativas de los docentes ante la existencia y pujanza de la diversidad cultural en la escuela, y si la presencia de alumnos de culturas minoritarias constituyen un elemento significativo para el establecimiento de procesos de reflexión pedagógica y de incorporación de nuevas prácticas educativas en su quehacer cotidiano (García Castaño y Otros, 2008). Así pues, resulta fundamental hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué ideas pedagógicas podemos obtener de estos estudios? ¿Qué percepciones tienen los docentes sobre la diversidad cultural? ¿Cuáles son las concepciones educativas que tienen los profesores que trabajan en contextos educativos de diversidad cultural?

Pues bien, la primera respuesta que podemos ofrecer es sencilla: el profesorado tiene una perspectiva diversa sobre la diversidad cultural. Esto implica que existen visiones o enfoques pedagógicos distintos que, en su traducción en la práctica se pueden distinguir de una manera más o menos definitoria. En este punto, en un trabajo anterior (Leiva, 2008), descubrimos la existencia de cuatro “miradas” sobre educación intercultural desde el punto de vista del profesorado: técnica-reduccionista, romántica-folclórica, crítica-emocional y reflexiva-humanista.

– En primer lugar, tendríamos la perspectiva técnica-reduccionista. Sería aquella que plantean los docentes que consideran que la educación intercultural es, más que otra cosa, una educación que se imparte en contextos educativos donde hay muchos alumnos inmigrantes y especialmente dirigida a ellos y a sus familias. La diversidad cultural es vista como un problema, y las acciones educativas interculturales se contemplan como una respuesta educativa a problemas fundamentalmente lingüísticos, conductuales y de índole de curricular con alumnado inmigrante con problemas de incorporación tardía o desfase curricular significativo.

– En segundo lugar, la perspectiva romántica-folclórica, especialmente predominante en centros educativos acogidos a planes de compensación educativa. Es aquella donde el profesorado percibe y siente la interculturalidad como una propuesta fundamentalmente utópica y cuyo reflejo real en la práctica escolar es exaltar el mero conocimiento cultural de determinados aspectos de las culturas de los alumnos inmigrantes de sus centros escolares a través de fiestas y jornadas escolares específicas. Es la típica perspectiva de iniciación a la educación intercultural cuyo riesgo o déficit radica precisamente en que sólo permanezca en la valoración y conocimiento del folclore (baile, música, ropa, gastronomía, etc..) en momentos puntuales de la vida escolar, sin ningún tipo de vinculación o imbricación curricular por parte del profesorado. Además, en esta perspectiva resulta curioso que muchos docentes alaban la necesidad de contar con diferentes entidades socioculturales para la realización de actividades puntuales de carácter lúdico o formativo, pero no existe un claro compromiso por parte del docente en su colaboración o coordinación.

– En tercer lugar, el enfoque o mirada crítica-emocional en educación intercultural. Se asocia a un profesorado comprometido con la diversidad cultural como un elemento de motivación educativa para la transformación, el cambio y la innovación curricular. La interculturalidad no se plantea como una propuesta dirigida a toda la comunidad educativa, y se trasciende el marco lectivo y de clase para dinamizar la escuela como un espacio donde tengan voz familias y alumnos autóctonos e inmigrantes para aprender a convivir juntos, y donde el contagio emocional del intercambio cultural es un elemento clave para la promoción positiva de la autoestima de los jóvenes inmigrantes, y, también, de la crítica constructiva de las diferentes identidades culturales grupales. En esta perspectiva lo importante es el fomento de la participación comunitaria y el empleo de todos los recursos educativos al alcance de la institución escolar, pero siempre con un compromiso crítico, ético y político del profesorado con las minorías étnicas y a favor de un curriculum contrahegemónico e intercultural.

– En cuarto y último lugar, tendríamos el enfoque o perspectiva intercultural que denominamos humanista o reflexivo. Esta perspectiva también tiene el apoyo de un nutrido grupo de docentes que considera que la interculturalidad es un cambio actitudinal y de educación en valores. En esta perspectiva se defiende la importancia de manejar competencias interculturales en una comunicación que debe ser auténtica y empática por parte del docente hacia el alumnado y las familias inmigrantes, pero abriendo la necesidad de que educación intercultural sea un ejercicio de compartir significados culturales, donde lo importante no es tanto las actuaciones prácticas sino el sentido y sensibilidad que subyace en dichas prácticas (abiertas, colaborativas,…)

Sin ánimo de ser excesivamente exhaustivo en el análisis de estos modelos, sí es importante destacar que el estudio del pensamiento pedagógico intercultural del profesorado implica conocer las percepciones educativas en sus diferentes dimensiones: cognitiva, procedimental, ética y emocional. Así pues, mientras en el enfoque técnico-reduccionista la interculturalidad tiene un fuerte componente de acción educativa de carácter compensatorio, la perspectiva crítica defendería la vertiente crítica de la interculturalidad como herramienta dirigida a transformar el curriculum escolar hegemónico en un curriculum intercultural, que sea útil y funcional para todos los alumnos, donde la diferencia cultural sea un valor educativo en la planificación e intervención didáctica (Sleeter, 2005).

Desde este enfoque es obvia la consideración de que la interculcuralidad es una respuesta educativa dirigida a todo el alumnado, esto es, no es una educación específica ni especial para el alumnado de origen inmigrante, sino que debe encararse desde la colaboración y participación crítica de todos los miembros de la comunidad educativa. En este punto, la posición reflexiva-humanista es similar a la crítica, y la única diferencia que podamos expresar se sitúa en el plano de la comunicación y de la innovación curricular. En el caso de la postura romántica folclórica, los docentes perciben la interculturalidad como una respuesta educativa dirigida a toda la población escolar, pero haciendo especial hincapié en la dimensión cognitiva de la cultura En síntesis, podemos afirmar que, a pesar de que existe un desfase entre la teoría y la práctica de la interculturalidad, y aunque persista cierta idea de compensación educativa en el concepto de educación intercultural, son cada vez más los profesores que optan por la interculturalidad como alternativa pedagógica para construir una escuela más optimista y solidaria. La interculturalidad no tiene por qué centrarse exclusivamente en conocer al otro, sino en legitimar esa diferencia cultural y aprovecharla educativamente para enriquecer la convivencia y el aprendizaje cooperativo. Desde nuestro punto de vista, las actividades interculturales son realmente interculturales en la medida en que responden a un intento consciente y planificado de aprender a convivir en la diversidad como algo absolutamente ineludible.

“…nosotros hemos cogido una opción que es la interculturalidad, porque la multiculturalidad es solamente hacer cuentos, banderas.., y teníamos bastante…, mira, sinceramente, nosotros queremos quedarnos ahí por opción, es decir, creemos la interculturalidad como tú me das y yo te doy…, y es mucho lo que yo puedo aprender de tu cultura, y es mucho lo que puedes aprender de la mía…, y ahí está la riqueza, porque vamos en realidad a una sociedad plural, en la cual, tenemos que ver todo lo que podemos compartir…” (Fragmento de Entrevista a Directora de CEIP).

Por tanto, es fundamental plantear la interculturalidad desde su desarrollo práctico en los tres agentes claves de la comunidad educativa, es decir, profesorado, alumnado y familias. La educación intercultural implica además el conocimiento de la realidad de los países de origen de este alumnado y su acercamiento a las aulas españolas, la apuesta por el mantenimiento de la lengua y cultura de origen del nuevo alumnado y la apertura del centro escolar a formas distintas de ver, mirar, sentir y comprender la realidad social y educativa. Es necesaria una mayor y mejor participación familiar, una formación intercultural reflexiva y crítica de los docentes, una optimización del uso de los recursos y apoyos que plantean las entidades sociales a los centros escolares, y, no menos importante, un apoyo decidido y contundente por parte de las administraciones educativas a aportar más recursos didácticos, materiales y humanos para que las escuelas puedan desarrollar en la práctica
los principios y objetivos de la educación intercultural (García y Goenechea, 2009). Principios y objetivos que deben ser construidos a partir de nuevas formas de participación escolar, con proyectos de innovación curricular y con apoyo decidido a los grupos de profesores que crean materiales educativos interculturales así como proyectos críticos de interculturalidad en su contexto escolar.

El éxito de la inclusión del alumnado inmigrante en los centros educativos de nuestro país depende en buena medida de las actitudes y los comportamientos que se desarrollen en el aula y en el centro escolar en su conjunto por parte de alumnado, familias y profesorado, y en este caso, el papel del profesorado como agentes dinamizadores de la educación intercultural es trascendental. Ya ha pasado la época de la moda intercultural, y ya hoy las escuelas ofrecen recursos más o menos eficaces de compensación educativa y de apoyo a las dificultades lingüísticas en el caso de los alumnos inmigrantes no hispanoparlantes. El reto de la inclusión del alumnado inmigrante pertenecía y pertenece al ámbito de la atención a la diversidad cultural del alumnado, pero la educación intercultural va más allá, tiene que ver con la construcción de la convivencia y la promoción de la participación y la innovación curricular y comunitaria. Hay, por tanto, una evolución conceptual y procedimental que se observa con nitidez al analizar el pensamiento pedagógico y la propia práctica educativa intercultural del profesorado.

Así pues, si tendríamos que decantarnos por defender una opción plantearíamos la necesidad de obviar dogmatismos y discursos retóricos, y sí seríamos comprensivos con las múltiples responsabilidades y funciones que tienen los docentes del siglo XXI. Esto no implica la renuncia a una perspectiva de indagación crítica en la interculturalidad, sino aceptar y comprender que la educación intercultural debe avanzar por los caminos trazados por equipos creativos de docentes preocupados y ocupados en aprovechar la diversidad cultural como un factor prioritario del curriculum y de la práctica docente, partiendo siempre de pequeñas acciones que vayan afianzando nuevas estrategias e innovaciones didácticas. Lógicamente esto supone abrirse a una perspectiva inclusiva y holística que aglutine lo positivo de las diferentes miradas educativas interculturales de los docentes con el objetivo de ir construyendo la interculturalidad en la escuela de manera eminentemente práctica, sin caer en activismos ni en posicionamientos idealizados, y sí en acciones educativas que fomenten el intercambio, la participación, el aprendizaje compartido, la innovación curricular y, sobre todo, la mejora de la convivencia escolar.

EPÍSTOLA A LOS TRANSEÚNTES (Poemas Humanos, César Vallejo)

20 abril 2013

1. “REANUDO MI DÍA de conejo/ mi noche de elefante en descanso”. Estos tiempos de tránsito de una estación a otra en el Perú, de surcar las semanas escolares, del desarrollo curricular, de evaluaciones, de carencia de docentes en las zonas más recónditas del país, de decisiones postergadas en todos los niveles educativos, de ver pasar los días que suman y que se acercan a resultados previsibles. Y sin respuesta a muchas preguntas que se desgranan en el día a día y nos queda la coronta de una mazorca promisoria de promesas, cuyos granos fueron esparciéndose, perdiéndose sin dejar que la semilla brote por experimentar nuevos enfoques y actividades.

La educación es un proceso y el sistema educativo lo regula. Este proceso no se puede interrumpir porque es un continuum que articula de manera transversal disciplinas, conceptos, contenidos que los alumnos deben procesar y asimilar, transformándolos en conocimientos. De acuerdo a ello se elaboran sistemas de evaluación de procesos y de contenidos para cada nivel.

Pero el sistema educativo tiene una dinámica donde la gestión es la cadena que produce el movimiento, atiende las demandas, provee los servicios y da el soporte necesario para cumplir con los objetivos de aprendizaje determinados en el currículo y en la política educativa a desarrollar en cada nivel y según lo determinado en cada región . Si ello no ocurre la imagen del conejo inquieto y nervioso aparece buscando alimento y algún espacio donde esconderse para evadir a quien lo quiere atacar. Este símil es lo que presiento se da cuando se escuchan voces del interior, voces lejanas, que sienten que no se les atiende, que la democracia es para los que están en las capitales regionales, que lugares tan lejanos pasan como ignorados, teniendo los mismos derechos.

En este escenario que forma parte del sistema educativo, está el docente, el principal responsable de la educación y formación de los alumnos en el país. Pero ser maestro en la capital de la región, de la provincia o la república es una cosa, otra ser director de una escuela unidocente o multigrado del interior. Escenarios y formas de ver el sistema educativo y los procesos de manera diferente. Se le ha motejado con “enfoque provinciano” a quienes lejos de exponer lo central de sus carencias educativas, dibujan el contexto en que se encuentran. Al docente, no de ahora, sino desde siempre se le ha considerado como un cumplidor de normas y directivas, de exigencias administrativas, antes que un profesional de la educación que tiene “ciencia y virtud”, que tiene creatividad, que tiene afán de superarse, que desea ser innovador. ¿Pero qué se le da? ¿Tiene tiempo para desarrollarse personalmente? Quien es maestro en el Perú asume una responsabilidad no sólo laboral, sino personal, espiritual con la sociedad y esta crece “como el mus guitó en la piedra” conforme se desarrolla en el aula, en el diálogo con sus alumnos, en el interactuar en su institución educativa con otros colegas, con los padres de familia, con la comunidad educativa toda. El docente en el Perú, como los elefantes sabe también descansar y muere en paz, como miles de ellos en el anonimato, sin reconocimiento por el aporte –por pequeño que sea- a la educación nacional, regional, local.

2. “Puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
convalezco yo mismo, sonriendo de mis labios.” Escojo los versos de Vallejo en este mes de su recuerdo y en esta semana, pues podría ajustarse a los sucesos de estos días tanto políticos como educativos. Nuestra educación subsiste a pesar de los ladrillos que pone la política educativa nacional y la que la realidad concreta obliga a realizar en las instituciones educativas en todos los estratos de nuestro Estado peruano en el Perú. Es una verdad que debemos aceptar y tratar de romper con un Estado que piensa que se alcanzarán objetivos altos siempre y cuando se apliquen las normas. Y no es así. A la norma debe ponérsele vida, darle espíritu y ganas de hacerlas vivencia para que dinamizando el quehacer educativo generen una actitud distinta en los docentes, y con ello un mejoramiento en los aprendizajes y conocimientos de nuestros niños y niñas.

En este escenario es bueno resaltar las cosas que desde el Ministerio de Educación se vienen dando y en otras llamar la atención para poner énfasis en las acciones que se denuncian y que no se sabe si tendrán respuesta o se manejan con la pertinencia que imponen las relaciones interinstitucionales y los protocolos, que no siempre van al ritmo de las demandas e inquietudes de quienes están comprometidos con las acciones en sus localidades:

Es bueno resaltar el esfuerzo que se hace por ejemplo con el momento 2 de la Campaña por los Aprendizajes Fundamentales y las escuelas que queremos: Movilización Nacional por la Transformación de la Educación, que convoca a nivel nacional a todos los actores sociales, institucionales y políticos para que participen en actividades que contribuyan a la mejora de los aprendizajes de los alumnos de su localidad. Este es un proceso permanente y sostenible para los próximos años, con el fin de transformar nuestra educación. ¿Cuántas regiones vienen cumpliendo con este compromiso? ¿Y las instituciones educativas locales? ¿Existen reportes?

Sin embargo debemos reconocer el esfuerzo que se hace para hacer realidad los objetivos planteados y que se encuentran en el portal del MED (http://www.cambiemoslaeducacion.pe/interna/0-12-220/momento-2) y que proponen: “Posicionar en la Opinión Pública que el logro de los aprendizajes de los estudiantes es un elemento central de la calidad educativa y que compromete la acción de diferentes actores a nivel nacional, regional y local/ Posicionar en la Opinión Pública nacional y regional el beneficio de evaluar los aprendizajes (ECE 2012) para definir metas, implementar acciones pedagógicas para la mejora y para dar cuenta a la sociedad de los avances logrados. /Revalorar el rol transformador del docente y del director propiciando un mejor desempeño pedagógico (cambios de comportamiento) para incrementar el logro de aprendizajes (Matemática y Comprensión Lectora), en el marco de una escuela motivadora.”

Subsisten algunos problemas que obstaculizan el proceso y causan incomodidad y desánimo en los docentes.

– Sobre el Sistema de Información de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa (SIAGIE), sin duda un importante esfuerzo que permite contar con la construcción de una data inmediata sobre educación nacional, Últimamente avisaron que el Canal SIAGIE MINEDU ha puesto a su disposición, mediante You Tube, los siguientes videos: http://ow.ly/k799F. Pero no está funcionando a cabalidad, existe disconformidad y hasta denuncias como la que proviene de La Libertad que informa que “Si bien ese software es muy útil para ahorrar tiempo al subir notas, datos personales e información académica de los alumnos en tiempo real, al estar abierto a nivel nacional, llega un momento en que colapsa por la gran cantidad de usuarios y el sistema se cuelga. Por ejemplo, en nuestra región hay 100 colegios que tuvieron problemas para matricular a niños provenientes de otros lugares; tal es así, que un total de tres mil menores aún se están sin estudiar este año” (LA INDUSTRIA.pe 13.04.13). ¿Qué se viene haciendo para subsanar esta realidad? ¿No existe en otras partes del país este mismo problema? ¿Y en Lima, acaso no han recibido las mismas consultas? ¿Dónde está el problema que demanda tantas angustias a directores y docentes?

– “Casi 500 colegios en la mira del Indecopi” (Correo, 17.04.13) dice la nota que a la vez amplía “detectaron cobros indebidos y otras infracciones en 489 colegios privados del país e iniciaron investigaciones que concluyeron en el inicio de procesos sancionadores.” ¿Y las instituciones educativas estatales, cómo van? En este sentido si bien la educación es gratuita pues es un derecho, lo poco que se aporta, es manipulado por dirigentes que asumen la representación de los padres de familia como un botín. La alianza institución y padres de familia en la educación pública debe ser auspiciosa y no conflictiva, pero para ellos cada cual debe asumir sus responsabilidades y no sólo reclamar, cuando se es parte del problema y la solución.

– En Satipo, localidad de Pangoa 72 colegios no inician clases por falta de docentes para los niveles inicial, primaria y secundaria (RPP. 15.03.13) El director de la Ugel Pangoa, Domingo Casancho, indicó que los centros educativos afectados son de gestiones comunales que fueron reconocidas como Instituciones Estatales. Asimismo, manifestó que no se cuenta con presupuesto del Ministerio de Economía y Finanzas para la contratación de los docentes que faltan. ¿Qué hacer con tal denuncia? ¿Interviene el MED? ¿Quién no previó este problema? ¿Falta de eficiencia, de eficacia de funcionarios que no atendieron la directiva para el año 2013? ¿El ECE 2012 recoge los datos de estas escuelas comunales?

– Educación en Loreto debe ser declarada en emergencia (Perúinforma.com 16.04.13) El congresista Víctor Grandez Saldaña solicitó al Ejecutivo que declare en emergencia al sector Educación en Loreto, a fin de superar los bajos índices de sus escolares en matemáticas y comprensión lectora, que desde el 2007 al 2012, ocupan el último lugar de todas las regiones del país, conforme lo reveló la ministra del sector al dar a conocer los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes de Segundo Grado 2012. En un oficio dirigido a la ministra Patricia Salas, el parlamentario señaló que es urgente que el ministerio realice reuniones de trabajo en Iquitos, conjuntamente con todos los que tienen responsabilidad en este gravísimo problema, a fin de encontrar soluciones rápidas y efectivas. Esperamos sea atendida con un equipo especializado del Ministerio esta petición urgente. Mientras su presidente regional desarrolla otras actividades en la Federación Peruana de Fútbol y publica avisos pagados por petroleras, desatiende lo esencial para la población de esta parte del Perú tan lejana y tan nuestra, tan rica por su diversidad y tan pobre de dirigentes natos, comprometidos realmente y no expectantes y especuladores en las decisiones. La educación de la selva requiere de una atención preferente. No basta prepararse para el próximo año elaborando cuaderno de trabajo en ashánica, shawi, shipibo y awajún, se require revisar la política educativa y diseñar un enfoque acorde con un territorio diverso, diferente; desarrollar las capacidades de profesionales y funcionarios en lo que debería ser una cruzada para una verdadera inclusión.

– Resolución Ministerial 0175-2013-ED “Lineamientos para la Organización y Desarrollo de los Programas de Especialización y Actualización Docente.” Sin duda un importante documento que responde a tantas demandas de los docentes para superarse en su formación profesional. Fue aprobado el 15 de abril último. Está dirigido a los docentes de las distintas áreas del desempeño laboral que establece la Ley Nº 29944, Ley de Reforma Magisterial y demás profesiones que ejercen la docencia en los programas e instituciones públicas. Se realizarán con la participación de universidades, institutos y escuelas de educación superior, así como de otras instituciones de prestigio públicas y privadas. Esta RM se puede bajar o consultar en la siguiente dirección digital: http://www.minedu.gob.pe/files/6052_201304160940.pdf.

Si bien esta es una medida importante para los docentes, no se le ha dado la difusión conveniente.

3. “En tanto, convulsiva, ásperamente…” como el verso de Vallejo (que en este 15 de abril se cumplieron 75 años de su muerte y pocos se acordaron). Pareciera que fuera actual aquello de “le pegaban / todos sin que él les haga nada; / le daban duro con un palo y duro.” (Piedra negra sobre Piedra blanca)); seguiremos señalando aquello que haya menester con el ánimo de que lo que se está desarrollando en la gestión actual se consolide con enfoque intercultural, que siembre el desarrollo de la ciudadanía democrática, los valores de equidad, de solidaridad. Es necesario más presencia y prestancia en el discurso educativo, en las acciones que se planifican y se desarrollan, en la previsión de conflictos. No seamos transeúntes en nuestro propio país. (19.04.13).

“No basta” A propósito de la Movilización Nacional por la Transformación de la Educación y el Buen Inicio del Año Escolar 2012.

21 diciembre 2011

“no basta con llevarlos a la escuela a que aprendan
porque la vida cada vez es más dura
ser lo que tu padre no pudo ser
no basta que de afecto tu le has dado bien poco
todo por culpa del maldito trabajo y del tiempo
no basta
porque cuando quiso hablar de un problema
tu le dijiste niño será mañana es muy tarde, estoy cansado”
(Franco De Vita: NO BASTA))

Hacia una ilusión.
El martes 13 de diciembre se dio inicio a la llamada “Movilización por la Transformación de la Educación y el Buen Inicio del Año Escolar 2012. Indudablemente se requiere romper la inercia que el gobierno pasado dejó en el sector.

La movilización supone poner en marcha en este caso actividades dirigidas a un fin determinado que es la transformación de la educación y el buen inicio del año escolar. Significa convocar y promover un acompañamiento de la sociedad por parte de instituciones y organizaciones, al proceso que se inicia.

¿Quién no puede estar de acuerdo en centrar todo el proceso del cambio educativo en el sistema de aprendizaje del educando, cómo lograr que los estudiantes aprendan y cómo se puede llegar a un acuerdo en lo que se quiere que aprendan? Además, ¿quién no puede estar de acuerdo con el deseo de iniciar el año escolar 2012 donde todos los niños, niñas y adolescentes del país cuenten con maestros oportunamente contratados, textos y materiales educativos distribuidos, y aulas seguras, saludables y en buen estado?

Poniendo limón al dulce
No dudo que es un esfuerzo grande el haber elaborado esta propuesta en la que todos deseamos que la educación mejore para todos en un país diverso e intercultural. Sin embargo, cuando no se parte de una evaluación de cómo se encontró el sector y cómo ello no se conoce y menos se denuncia, es como poner toda la basura debajo de la alfombra. Y en un espacio poco limpio no puede ponerse nuevas ideas y conocimientos porque corren el riesgo de contaminarse.

En un gobierno que se dice transparente y en un sector como el educativo que exhibe su portal de Transparencia, no puede permitirse pasar desapercibido lo que los docentes y la comunidad educativa sienten lo que se hizo en el gobierno anterior en aras de la calidad de la educación. Nunca se tuvo una política educativa y se fue de tumbo en tumbo, merced a la “inspiración megalómana” del Presidente de la República que “iluminaba” a su ministro y sus vices para que deambulen en el camino a seguir. Porque no quisiéramos que esta ilusión y esperanza diseñada y presentada fracase es necesario denunciar y proponer.

Había en las jornadas de protesta magisterial una consigna que se repetía: “protesta con propuesta”. Al principio se decía que eso debilitaba la denuncia, que debería forzarse y tensionarse hasta que “la patronal” cediese. Que construir la propuesta era como hacerles la tarea. Mucho hubo que bregar en sentido contrario. Hasta que se comprendió que los maestros podíamos plantear propuestas viables desde un enfoque magisterial.

La propuesta e invitación para la “Movilización Nacional por la Transformación de la Educación….” no debe quedarse sólo en anunciar una estrategia para lograr mejores aprendizajes en los estudiantes y el cumplimiento de las metas para mejorar la educación en el país.

Es necesario precisar, enfatizar cuáles son las ideas centrales que guiarán las acciones y decisiones hacia futuro. Habrá que explicar por qué se hace el nuevo enfoque. ¿Qué cambios se hacen de acuerdo al contexto? ¿Qué respuestas a nuevas demandas se dará para enfrentar las exigencias de este nuevo siglo? ¿De qué supuestos parte este llamado a la movilización para la transformación de la educación?

En una entrevista a un diario local, esta semana (EL COMERCIO.12.12.11) al vice ministro de gestión pedagógica nos enteramos de los cambios de la nueva propuesta educativa. “Hay un cambio desde las actividades y en el enfoque mismo, centrado en los aprendizajes. Lo fundamental es el traslado de una serie de acciones que siempre ha tenido el Estado en educación, en dar infraestructura, textos y capacitaciones, a una acción que busca centrarse en los aprendizajes de los estudiantes y eso implica una renovación de la dinámica que existe en las instituciones educativas. En términos de enfoque es el cambio principal.” Del lanzamiento anunciado sólo el diario oficial da cuenta escueta de lo realizado, opacado por declaraciones de la Primera Dama sobre un tema de coyuntura. :

También dijo el vice ministro que “En lugar de centrarnos solo en matemática y comunicaciones, estamos ampliando a ciudadanía, ciencias y actividades técnico-productivas. Por otro lado, cerrar las brechas de desigualdad que hoy existen en educación. Estamos buscando una reinversión de la institución educativa, que casi no ha variado en un siglo. Queremos una institución que promueva la actividad y la creatividad de los estudiantes, y que tenga un buen clima de convivencia”.

El discurso de la Ministra el día del lanzamiento de la campaña “Cambiemos la educación: cambiemos todos” estuvo salpicado por anuncios que requerirían un orden para poder analizar la política educativa que se quiere impulsar con esta movilización. Enumeramos según el reporte del Portal del Ministerio de Educación y el diario oficial algunas medidas: – se fortalecerán las capacidades básicas de 160 mil docentes en el país; – se brindará acompañamiento pedagógico a 21 mil instituciones educativas el año 2012. Además se señaló que a estas estrategias para mejorar la calidad de la enseñanza se suman otras: – organizar concursos de especialización docente para 10,000 profesores; realizar concursos para 10 mil maestros de Primaria, profesores y promotores de Educación Intercultural Bilingüe,; – acompañamiento pedagógico que busca un proceso de aprendizaje colectivo donde los docentes con mejor desempeño y preparación ayuden a los demás maestros, para que al final todos se beneficien y mejoren la enseñanza en su conjunto; – la gestión educativa tiene que ver con ser efectivos, en el sentido que el Ministerio se organice para todas las cosas sucedan bien; – textos escolares que lleguen a los colegios del país antes del inicio de clases 2012:; – el sector se organiza para que los maestros estén a tiempo en las escuelas y que tengan contratos oportunos; – contar con sistemas de información y de planificación que permitan aligerar los trámites administrativos, para ello se está realizando un proceso de reingeniería que permita una gestión más ágil, planificada y transparente; – contar con una infraestructura digna; – hacer que la gestión escolar se responsabilice por los aprendizajes y se garantice un clima de convivencia respetuoso; – se buscará un diseño curricular que priorice no sólo los aprendizajes de las áreas lógico-matemáticas y comprensión lectora, sino también de ciudadanía para que los estudiantes sean conscientes de sus derechos y responsabilidades en la sociedad.” (EL PERUANO,14.12.11).

Expresó también que la campaña busca una profunda transformación de la educación en el país con la participación de docentes alumnos, padres de familia, sociedad civil y autoridades. También expresó la ministra que “…para lograr el cambio se establecieron compromisos básicos como convertir los salones de clase en aulas abiertas e inclusivas, centradas en el estudiante, respetuosas de su diversidad y alentadoras de su creatividad.”

Sin duda, una enumeración basta. Pero nos preguntamos cuánto tiempo llevará poner esto en clave de ley, de directiva, de norma en el marco de una política educativa inclusiva, intercultural, bilingüe.

También queremos poner en evidencia que más allá de las propuestas novedosas existe un olvido del maestro. No basta decir que se revaluará al aula, a la institución educativa, que se capacitarán miles de docentes, sino qué hacer para revertir años de cierto desprecio por este profesional que hace todo lo posible por que el aprendizaje de los alumnos responda a los objetivos nacionales, regionales, locales. ¿No merece un gesto? ¿Por qué convocarlo a que cumpla y no para que aporte?

¿Y el maestro cómplice o adversario?
El maestro no debe ser considerado sólo como un trabajador del proceso educativo. Es el actor del que depende que el proceso educativo sea realizado. Sin duda la literatura sobre el perfil, la formación del docente, y demás calidades que se requiere, es abundante y las propuestas para que retome el liderazgo son diversas. Pero casi nunca del agrado de quien ejerce la dirección nacional de la educación. Todo lo contrario existe una leyenda negra como sino pues al ejercer el derecho a sindicalizarse, como si lo volviese “enemigo” de la educación. ¿Por qué? No es el caso de hacer un recuento de hechos, sino todo lo contrario, empezar a construir un tratamiento diferente para el docente acorde con lo que un profesional demanda y una persona merece.

Por ello en medio de este enunciado de medidas tender puentes de diálogo para los docentes es importante. Además deben tenerse claras las providencias a tomar y no desconcertarlos con anuncios que denotan promesas y no un panorama concreto donde puedan planificar su vida ciudadana, de familia, de miembros de una comunidad.

Una buena educación debería entenderse como un proceso formativo, contextualizado, pertinente e integral que piensa en el alumno y en el docente en consonancia con todas sus potencialidades para pensar, hacer, decir y sentir. No sólo a los alumnos también a los maestros debe continuárseles formando en la práctica como sujetos para un proyecto colectivo de presente y de futuro; como ciudadanos que ejercen sus derechos y que aportan a la construcción de una sociedad democrática. Por ello la educación es un derecho humano y es responsabilidad del Estado, de los docentes y de la sociedad garantizarla para todos. No debería establecer denominaciones de malos docentes y otros adjetivos que degradan por diferencias políticas antes que profesionales. Por ello es preciso diseñar una manera de formarlos adecuadamente, en instituciones dignas, en modos colectivos de funcionamiento y en evaluaciones que tengan un sentido pedagógico y no punitivo. Un gesto en ese sentido promovería una modificación en la forma de concebir lo que debería ser la formación del docente que el sistema educativo requiere. Un modo de configurar el trabajo de enseñar y aprender y los mecanismos de la evaluación. Asimismo en recuperar el liderazgo que tuvo en la comunidad.

Poco favor se hace cuando el maestro se entera por algunos medios de determinadas medidas que debe cumplir o de determinadas decisiones que implican un cambio en su quehacer profesional. ¿Por qué no existe un trato preferencial con quien es el principal motivador del proceso educativo?

Concluyendo
Los dados están jugados y llama la atención la indiferencia de los medios y de la comunidad ante la convocatoria a la Movilización. Hace falta un diseño de la difusión y comunicación de la política educativa en serio. Se ha establecido una manera de jerarquizar las comunicaciones en contra de los derechos a estar informados de la persona. Y lo vemos diariamente. Eso también debe cambiarse. La movilización se desarrollará a contracorriente. Es necesario tener un discurso coherente y hacerle llegar a los docentes para que se sientan copartícipes del proyecto.

Finalmente todo esto sería posible si se da un cambio en la forma y manera de gestionar el Ministerio de Educación, las Direcciones Regionales, las UGEL y la forma de dirigir una institución educativa.

No basta anunciar los cambios que se harán. Es necesario dejar la verticalidad y acoger la horizontalidad, la comunicación, saber escuchar, ser tolerantes, democráticos. Los compromisos se ganan con gestos antes que con anuncios e innumerables normas. La inclusión social en educación empieza con la voluntad política, decisión y gestos. Alain Tourraine decía “Hemos abierto nuestras economías; ahora hay que volver a abrir las puertas de la sociedad a todos los que fueron excluidos y arrojados a espacios donde se reúnen la desesperación y la violencia”.

La inclusión en educación debe palparse parafraseando a Hopenhayn, (Revista Pensar Iberoamérica Nº 0 Madrid. 2002) “… con una presencia más equitativa de los múltiples actores socioculturales en la deliberación pública, y con un pluralismo cultural encarnado en normas e instituciones. ¿Será posible? (17.12.11)

EDUCACIÓN e INCLUSIÓN

9 noviembre 2011

Muy sesudos artículos se ha escrito últimamente sobre el tema inclusión. Pocos referidos a su relación con educación a política a seguir si se quiere transformar el sistema educativo..

Ya la UNESCO en su Cuadragésima octava reunión de noviembre de 2008 elaboró un documento de referencia titulado “LA EDUCACIÓN INCLUSIVA: EL CAMINO HACIA EL FUTURO”. En su introducción plantea “La educación inclusiva es un proceso que entraña la transformación de las escuelas y otros centros de aprendizaje para atender a todos los niños, tanto varones como niñas, a alumnos de minorías étnicas, a los educandos afectados por el VIH y el SIDA y a los discapacitados y con dificultades de aprendizaje. El proceso educativo se lleva a cabo en muchos contextos, tanto formales como no formales, en las familias y en la comunidad en su conjunto. Por consiguiente, la educación inclusiva no es una cuestión marginal, sino que es crucial para lograr una educación de calidad para todos los educandos y para el desarrollo de sociedades más inclusivas.” (http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/Policy_Dialogue/48th_ICE/CONFINTED_48-3_Spanish.pdf).

Quienes desde el campo educativo han abrazado este enfoque no deben olvidar que es un proceso que conlleva la transformación de las escuelas para atender a niños y niñas y no se quedan sólo en la atención a los discapacitados. Quienes así lo vienen haciendo, están distorsionando el sentido de la inclusión desde la educación.

La justificación que se da para el tema del desarrollo y la inclusión, debe ajustarse también el sistema educativo como parte de la estrategia de lucha contra la pobreza y la reducción de brechas que la desigualdad produce entre los sistemas y las personas. Haciendo la educación más inclusiva se contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, a garantizar que la enseñanza primaria sea universal. Por ello preocupa, por ejemplo, cómo la articulación con los objetivos de la EPT, nos aleja de alcanzarlos en 2015. En este sentido la UNESCO advierte que no se entiende aún lo que es educación inclusiva y lo que ella involucra.

La educación inclusiva se fundamenta en el derecho a la educación. Este es un derecho humano básico que está en la estructura de una sociedad más justa, que supone un impulso a la agenda de la Educación para Todos, desarrollando formas de habilitar a las escuelas para que atiendan a todos los niños y niñas de su comunidad, como parte de un sistema que no excluye ni asimila. Se centra en todos los alumnos, prestando especial atención a aquellos que tradicionalmente han sido excluidos de las oportunidades educativas, tales como los alumnos con necesidades especiales y discapacidades, niños pertenecientes a minorías étnicas y lingüísticas, y otros. ¿Este concepto está en el discurso y se percibe en el sistema educativo nacional?

Consideramos que falta mucho aún para apropiarnos de los conceptos y del espíritu que conlleva la educación inclusiva. No es compasión, tampoco es sólo compartir con los demás aquello que consideramos que les hace falta. Todo lo contrario, es velar porque todos los niños y jóvenes puedan gozar del derecho a la educación. ¿Están nuestras escuelas habilitadas para atender a todos los niños y niñas, cualquiera que sean sus características, desventajas y dificultades? ¿Está nuestra política educativa adecuada a la educación inclusiva? ¿Cómo se fomentan las prácticas de la educación inclusiva para atender a todos los niños y jóvenes sean cuales fueren sus características personales. ¿Se cuenta con los docentes preparados para asumir esta tarea?

La educación inclusiva es un concepto en evolución y no la “varita mágica” para que se termine la exclusión, la inequidad. Es una concepción para orientar las políticas y estrategias causantes de la discriminación, la desigualdad, la exclusión. No se crea que es la fórmula para eliminar los obstáculos a partir de la participación de todos los educandos en el aprendizaje. Lo central es que se fundamenta en los derechos de la persona y a partir de ellos debe exigirse revisar y reformular aspectos del sistema educativo, de la política educativa. Por ello la educación inclusiva es un proceso continuo en un sistema educativo que evoluciona de manera permanente, que establece prioridades para detectar a los que no pueden acceder a la educación y aquellos que no aprenden estando escolarizados. ¿Esta concepción se viene manejando?

Nuestro país requiere una educación inclusiva que parta de valorar la diversidad, de aceptar que existe inequidad, que no todos los niños y jóvenes tiene acceso pleno a la educación. Centrarse y quedarse sólo en atender la discapacidad y hacer creer a la comunidad que en eso consiste la educación inclusiva es pura demagogia. Y ese es el mensaje que ha quedado en la comunidad, pues se sigue considerando la inclusión como una manera de atender a los niños con discapacidades en el contexto de la educación regular. ¿Acaso este no es el mensaje que nos han venido dando? ¿Qué tanto se han preocupado de hacer un esclarecimiento sobre el contenido del término y de la política a seguir?

La tarea de hablar de educación inclusiva implica un compromiso muy fuerte que se decida a trabajar por construir una sociedad más justa, equitativa, solidaria. También que se diseñen políticas sectoriales que aborden el abanico de factores sociales, económicos, políticos, culturales que vienen generando exclusión en el sistema educativo. ¿Estamos conscientes de esto? No nos parece. Una reforma educativa con enfoque inclusivo apoya y atiende la diversidad de todos los educandos, con el objeto de eliminar la exclusión social generada en términos de raza, clase social, origen étnico, religión, género y aptitudes.

La conferencia de UNESCO referida nos dice que “Esto implica que todos los que se desempeñan en un contexto determinado (país, distrito, comunidad o escuela) trabajen juntos y apliquen los datos de la investigación para sortear las barreras que enfrentan varios educandos para acceder a la educación. ¿Qué significa todo ello en términos de políticas? ¿Qué debe hacerse para que los sistemas educativos fomenten prácticas que puedan efectivamente atender a todos los niños y jóvenes, sean cuales sean sus circunstancias y características personales?” (ED/BIE/CONFINTED 48/3). Al respecto es necesario revisar la literatura que se ha difundido sobre educación inclusiva y sobre todo el aporte de la UNESCO y también las experiencias en su desarrollo. Existen muchas formas de entender el concepto de educación inclusiva así como múltiples políticas, estrategias y experiencias que se vienen dando.

En este sentido, la educación inclusiva como política educativa debería basarse en los derechos fundamentales inherentes a todo individuo independientemente de las diferencias, para desarrollar plenamente su potencial; ampliar los servicios educativos y de atención a la primera infancia; prolongar la educación básica más allá de la enseñanza primaria a fin de incluir el primer ciclo de enseñanza secundaria, prestando atención a aspectos tanto de equidad como de calidad; ofrecer oportunidades de educación no formal de calidad con posibilidades de reconocimiento formal de las competencias adquiridas en marcos no formales y otras formas de transición entre la educación formal y no formal; adoptar estrategias más dinámicas y diversificadas de enseñanza y aprendizaje y currículos flexibles que respondan a la diversidad de las necesidades de aprendizaje; y mejorar los programas de formación y perfeccionamiento profesional de los docentes. En conjunto, los resultados iniciales de estas actividades preparatorias indican claramente que el fomento de la inclusión, tanto en la educación como en la sociedad, es una preocupación común en todos los países y regiones. (ED/BIE/CONFINTED 48/3).

Por ello la tarea de construcción de una educación inclusiva requeriría de un sistema educativo renovado, abierto y fundamentado en el derecho de las personas a tener una educación que involucre a todos los niños y niñas del campo y de la ciudad. No se trata de “programas parche” sino de un cambio en la concepción y enfoque de la educación, de las estrategias a desarrollar y que trascienda la temporalidad de un gobierno.

El inicio del presente gobierno en el sector educación debería centrarse, además de las tareas prioritarias del sistema, en diseñar la estrategia para que nuestra educación sea realmente inclusiva y pase del discurso a la operación. No se puede promover una educación inclusiva a partir de un discurso que enumera lo antagónico a la inclusión, si todo el sistema está diseñado para hacer de la política educativa efectista, basada en la amplia cobertura, en la donación de textos escolares, en el diseño curricular centralista y no que contenga los saberes básicos que debe tener un alumno de acuerdo a su desarrollo cronológico solamente; el currículo debe enriquecerse con el aporte de las demandas regionales, reconceptualizar términos como aprendizaje (¿qué significa esto para el niño rural, andino, de la selva?); conocimientos fundamentales (¿cuáles? ¿los del mundo desarrollado, occidental? ¿y los nativos?). Es decir recuperar lo que EPT planteó en Jomtien (1990) y lo reiteró en Dakar (2000) que “… establecer una visión de conjunto: universalizar el acceso de todos los niños, jóvenes y adultos y fomentar la equidad. Se trata de identificar activamente los obstáculos que tienen que enfrentar algunos grupos para acceder a las oportunidades educativas. También es cuestión de identificar todos los recursos disponibles a nivel nacional y de la comunidad y de ponerlos en juego para superar esos obstáculos.” (Op.CIt).

Precisa además, que “debe tener en cuenta las necesidades de los pobres y los desfavorecidos, en particular los niños que trabajan, los habitantes de zonas rurales distantes y los nómadas, y las minorías étnicas y lingüísticas, los niños, los jóvenes y los adultos afectados por conflictos, el VIH y el SIDA, el hambre y la mala salud; y los que tienen necesidades especiales de aprendizaje”. (Op.Cit).

¿Vamos en esa dirección en el discurso y en las decisiones que se vienen tomando? ¿En qué momento se romperá la inercia y se abrirá una capacitación y debate pedagógico sobre lo que encierra la educación inclusiva?

Este enfoque debe guiar al sistema educativo para realizar los cambios que a darse en la política educativa. Diseñando escuelas que respondan a una estrategia global de la educación inspirada en nuevas políticas sociales y económicas. Todo ello exigiría un cambio considerable en la institución educativa, en las Unidades de Gestión Local, en las Direcciones Regionales de Educación y en el propio Ministerio de Educación. Nada se logra con declaraciones sobre la inclusión como política social, si esta no se ve, no se palpa, no se aprecia en la vida escolar cotidiana. La apuesta es crear un sistema educativo inclusivo que haga posible la orientación integradora, se combata la discriminación, se logre una influencia para crear una sociedad integradora y se logre una educación para todos.

El trabajo es intenso y quienes lo critican –como ha ocurrido esta semana- no admiten que se pueden tener otros enfoques, se quedaron en que “todo tiempo pasado fue mejor”. Y eso en educación es un error. Todo es perfectible, por ello las tendencias y enfoques que da cuenta la historia de la educación. Además existen experiencias notables que vienen aportando y de las cuales deben tomar sus resultados quienes dirigen la política educativa nacional, para renovar nuestro sistema educativo ensimismado en preparar los “recursos humanos” para el proceso de desarrollo, para ser más competitivos, para responder a los requerimientos de los TLC, sin tener en cuenta que en un país de inequidades, la persona es primero.

El tránsito a un sistema educativo inclusivo es inevitable si queremos responder al compromiso asumido en EPT, a los Objetivos del Milenio. La UNESCO nos dice que este tránsito se justifica por varios motivos: “Hay una justificación educativa: la exigencia de que las escuelas inclusivas eduquen a todos los niños juntos significa que tienen que desarrollar formas de enseñanza que respondan a las diferencias individuales y que, por lo tanto, beneficien a todos los niños; una justificación social: las escuelas inclusivas tienen la posibilidad de cambiar las actitudes respecto de la diferencia al educar a todos los niños juntos y constituir la base de una sociedad justa y no discriminatoria; y una justificación económica: es probable que sea menos costoso establecer y mantener escuelas en las que se enseña a todos los niños juntos en lugar de establecer un complejo sistema de distintos tipos de escuela que se especialicen en la atención a diferentes grupos de niños.” (ED/BIE/CONFINTED 48/3 – Pág. 13)

Las ofertas que invitan de fuera a seguir determinados modelos o enfoques no debemos recibirlas a “fardo cerrado”, pues han sido diseñadas para otra realidad y otra población. Las agencias y los bancos encandilan con ofertas y modelos que luego fracasan al no responder a un contexto como el nuestro.

El Informe de Desarrollo Humano 2011 contribuye a reforzar los cambios a realizar en el sistema educativo del que tanto se pavonean funcionarios de la gestión anterior. Increíble que nos hayan dicho que se va camino a la erradicación de la pobreza, pues por el crecimiento económico de los últimos años el Perú escaló en el Índice de Desarrollo Humano y se ha ubicado en el puesto 80 de 187 países. Pero la información es engañosa, pues la desigualdad baja el avance del desarrollo (Gestión 03.11.11). Las carencias se observan en educación y en los ingresos que se muestran con un comportamiento de país de desarrollo humano medio o bajo al “…cruzarlo con variables como desigualdad (pierde 23,2% de valor) y sigue descendiendo si se considera carencias en salud y educación y daños al ambiente” (EL COMERCIO.03.11.11). Indudablemente que este informe da pie para hacer cambios y no regodearse en que hacerlos sería negativo, pues habría que empezar de nuevo. Sin embargo, la realidad va demostrando que las medidas tomadas requieren una nueva concepción de la oferta, que las pautas delineadas por agencias y bancos no han respondido a lo que sucede en la realidad concreta de los más pobres, de los excluidos. No se puede pensar en una educación sólo para quienes tienen acceso a un buen servicio, que son los menos, dejando a los más fuera de una mejor educación. Quedarnos en la medición de aprendizajes con categorías estandarizadas es estar de espaldas a una realidad que exige y demanda atención.

No se puede ignorar que existe una íntima relación entre el crecimiento de la inequidad social y el aumento de daños colaterales, sus secuelas y costos, como dice como dice Zygmunt Bauman. No podemos seguir viviendo en una sociedad signada por la pobreza y orientada al consumismo y las ganancias. (DAÑOS COLATERALES. Desigualdades sociales en la era global. Fondo de cultura-Argentina 2011). Y parece que eso nos vendieron como humo mágico para salir de la pobreza, del atraso, del fracaso educativo. Pero ¿Cuáles serán los daños colaterales de una mala educación, mejor de una educación que se dice de calidad y no lo es?

La nueva gestión educativa, ha elegido bien, pues en silencio planifica sin desatender lo realizado. Se trata de construir un sistema inclusivo de educación es una tarea ardua, pasa por la concepción del Estado, por la asignación de recursos, por valorar los aportes de la comunidad, identificar los contenidos básicos que deben aprender los educandos de acuerdo a un currículo adecuado y diseñado en lo básico a nivel nacional e incorporando los aportes regionales. Otro desafío es formar educadores que sintonicen con la educación inclusiva y la hagan suya para poder desarrollar sus potencialidades. Qué bueno sería que pudiésemos comprender la forma de pensar, su concepción del mundo, de la cultura de los niños de las ciudades, de las zonas rurales, de las urbano-marginales, de la selva. Estamos dando los primeros pasos con voluntad política y eso es bueno. (05.11.11)

LA SALUD MENTAL: no es un tema policial sino social

29 octubre 2011

La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

La dimensión positiva de la salud mental se destaca en la definición de salud que figura en la Constitución de la OMS: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Hace varios meses viene hablándose del bullying entre los escolares. Los efectistas salen al paso diciendo que cada institución educativa debe contar con un psicólogo y denuncian que el Ministerio de Educación no cumple la ley que se dio hacia junio de este año. Sin duda un despropósito que no se han tomado el tiempo suficiente para “investigar” el por qué del proceder de determinados alumnos; por qué la agresividad de unos y la pasividad de otros. La denuncia por la denuncia, el escándalo, y la sanción. Ese es el mensaje ante un mal que tiene raíces más profundas.

Los que somos docentes no somos ajenos a este problema. Paco Yunque (1931) de César Vallejo allá por los años 30 nos reflejaba las vicisitudes de un niño tímido y de origen humilde, Paco Yunque, durante su primer día de clases, en el cual debe soportar los maltratos y humillaciones de otro niño, Humberto Grieve, hijo de los patrones de su madre. ¿Cuántos Paco Yunque hemos tenido y tenemos en nuestras aulas en el desempeño de nuestra profesión? ¿Cuántos Grieve existen en nuestra sociedad que creen tener licencia para todo pues sus padres los defienden en última instancia?

En nuestra formación docente cuando leímos este cuento la reflexión fue por el lado literario, ideológico, pero no por el lado de lo que significaba para la salud mental. En algún momento de la violencia que asoló el país nos preguntamos si lo que sucedía no era lo que Vallejo expresó en Los Heraldos Negros como si fuera el resultado de “Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma.”

Conversando con profesionales docentes de provincias, de zonas rurales, hablaban ya de suicidios de niños por la desesperanza de haber perdido a sus padres, abuelos, hermanos en la lucha fratricida de entonces. Cómo esto iba produciendo una serie de cambios en el desarrollo de los niños y niñas, silenciosos unos, otros distraídos, otros rabiosos, vengativos. Estas manifestaciones ocurrían en el aula, en el recreo o en el regreso a casa. ¿Qué ocurría en esos niños y niñas? ¿Qué de sus sentimientos infantiles? ¿Cómo interpretar el silencio, retraimiento, perturbación para escribir, para expresarse, para participar con sus compañeros? Es tímido, nos decían unos, otros “es chuncho”. Presentíamos que no era sólo eso, que había otras explicaciones más complejas. Qué le pasaba a los distraídos que siempre respondían otras cosas, que su imaginación estaba fuera de la escuela, no en su casa que casi siempre evitaban referirse a ella, menos a sus padres; que estaban en “otro sitio” ¿cuál? ¿dónde? ¿por qué? Suposiciones eran las que nos querían aproximar a ese mundo infantil diferente. ¿Y los rabiosos? Eran un hervidero de desquites, de agresiones a quienes osaran interferir en sus intereses, en sus territorios. ¿Y los vengativos? Buscaban “desquitarse” de aquello que ellos suponían les hacía daño, interferían en sus preferencias, en sus deseos. Había los que hacían “justicia” con sus propias manos sin importarles que luego llamasen a sus padres, pues casi nunca asistían a las citaciones, o estaban ausentes de casa. El “chócala parta la salida” era la consigna y el aviso que luego de clases habría una pelea a puño limpio, con barras, hasta que pasara o llegara un adulto y los separase. Seguro que hoy son otras las consignas y otros los retos.

En encuentros vacacionales entre educadores empezamos a encontrar una respuesta a todo ello contando con el conocimiento especializado de psicólogos que empezaron a hablar de un tema nuevo que llamaban salud mental. Y este fue un campo en el cual un grupo de educadores -hoy disperso- empezó a impulsar su reflexión desde la perspectiva pedagógica, del clima del aula, del ambiente familiar, del entorno comunitario. Se encontraron respuestas y realidades lacerantes en los educandos, que desde la perspectiva de un profesional que proviene de una familia constituida, de una cultura diferente, de valores, era imposible imaginarse. Estos estigmas cómo se manifestaban en el rendimiento escolar, evidenciado en lo que hoy llamamos evaluación. ¿Podría haber una comprensión lectora o un rendimiento en lógico matemáticas teniendo su personalidad tan atormentada? Se volvía realidad aquello que dice el poeta que “Abren zanjas obscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte./ Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.”

Y qué poco se ha hecho en educación sobre esta realidad. Se piensa que un psicólogo es la solución. ¿Y la formación de los docentes está acorde con la realidad mental que tienen los educandos que encontrarán en las aulas? El tema del bullying lo miramos con ojos urbanos, de una cultura occidental sin ponernos en el “pellejo” de los que lo sufren y su entorno, sin preguntarnos quiénes son, de dónde provienen. Se piensa que con una ley se solucionará el problema. ¿Qué dice la ley? En general busca promover la convivencia escolar pacífica; que los colegios contarán con sicólogos para prevenir los casos de violencia escolar; que los planteles reportarán los casos de ‘bullying’ en un libro de registro de incidencias donde se ingresarán todos los casos de ‘bullying’ que se presenten, el mismo que deberá incluir las acciones adoptadas y las sanciones impuestas en cada caso; que establece que todas las instituciones educativas deberán contar con al menos un psicólogo para la prevención y tratamiento de casos de violencia escolar. La norma busca promover de esta forma la convivencia sin violencia ni acoso en las comunidades educativas y busca dar al Ministerio de Educación una herramienta legal para prevenir y combatir el maltrato entre estudiantes. Plantea en su art. 7º que el director de la IE tiene la obligación de orientar al Consejo Educativo Institucional (CONEI) para los fines de una convivencia pacífica de los estudiantes. Deberá convocarlo de inmediato cuando ocurran incidentes de acoso o violencia. Informará asimismo a los padres o apoderados de los estudiantes o del estudiante que son víctimas de violencia o casos en cualquiera de sus modalidades. También convocarán a los padres o apoderados del agresor o agresores. Las sanciones acordadas deberán ser comunicadas por el director, cuando se determine la responsabilidad de un estudiante agresor. (Ley 29719).

¿Qué hacemos con leyes y reglamentos si no se cuenta con recursos y menos con el conocimiento de lo que se debe hacer más allá de una sanción represiva? La Ley 29719 requiere un Reglamento. ¿Pero esa Ley contiene todo lo que debería? ¿Por qué no hacerla revisar por quienes están en el tema y pedirle que hagan sus aportes? Así como está queda la impresión de que esto se soluciona con la provisión de psicólogos en cada escuela. Así de simple como aquello que “muerto el perro, se acabó la rabia”. Y eso no es así. Debe haber un enfoque sobre la salud mental en el país y de manera especial en las escuelas, que estudien qué sucede con los docentes, con los alumnos, con la comunidad educativa. No es policial el tema y menos represivo, como se le presenta ante la complacencia de muchos y el pavor de pocos.

Una mirada por el mundo sobre el tema de la salud mental con motivo de su conmemoración el 10 de octubre, nos dice que cerca de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años. Se calcula que aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes del mundo tienen trastornos o problemas mentales, y en todas las culturas se observan tipos de trastornos similares. Sin embargo, las regiones del mundo con los porcentajes más altos de población menor de 19 años son las que disponen de menos recursos de salud mental. La mayoría de los países de ingresos bajos y medios cuentan con un solo psiquiatra infantil por cada millón a cuatro millones de personas. ¿Qué nos dirán quienes exigen que en menos de dos meses el Estado provea de psicólogos para todas las instituciones educativas públicas?

Existe en el aula y en el trato con los niños y niñas una serie de manifestaciones que es necesario conocer. Por ejemplo la OMS nos habla de algunas que es necesario tener en cuenta: la depresión que se caracteriza por una tristeza y una pérdida de interés constantes, que se acompañan de síntomas psíquicos, comportamentales y físicos. A nivel mundial está clasificada como la causa más importante de discapacidad.

Una cifra que debe preocuparnos es que en el mundo por término medio unas 800,000 personas se suicidan todos los años, el 86% de ellas en países de ingresos bajos y medios. Más de la mitad de las personas que se quitan la vida tienen de 15 a 44 años. Los trastornos mentales, una de las principales causas de suicidio, son tratables.

Las guerras y otros desastres de gran envergadura tienen un gran impacto en la salud mental y el bienestar psicosocial. La incidencia de los trastornos mentales tiende a duplicarse después de las emergencias. ¿No tendremos en la juventud actual alguna secuela de la guerra que se vivió en el país hace unos 20 años? ¿Se diseñó una política sobre este problema más allá de la reparación material? Existen pocas instituciones que lo realizan, pero con muchas dificultades, porque el tema es desconocido y se le ha trabajado desde la perspectiva del castigo antes que de la recuperación de la persona.

El estigma que pesa sobre los trastornos mentales y la discriminación de los enfermos y sus familiares, una falsa vergüenza o simplemente ignorancia hacen que las personas no soliciten atención de salud mental. En Sudáfrica- dice la OMS- , un estudio del gobierno mostró que la mayoría de la gente pensaba que las enfermedades mentales estaban relacionadas con el estrés o con la falta de fuerza de voluntad más que con trastornos médicos. Contrariamente a lo que se podría pensar, los niveles de estigma son mayores en las zonas urbanas y entre las personas con un nivel de educación más alto.

El tema de la violación de los derechos humanos de los pacientes psiquiátricos en la mayoría de los países es frecuente. Esas violaciones incluyen la coerción física, la reclusión y la privación de las necesidades básicas y la intimidad. Pocos países cuentan con un marco legal que proteja debidamente los derechos de las personas con trastornos mentales. ¿Cuántos de nuestros niños y niñas han sido evaluados psicológicamente? ¿Pueden el Estado/la Escuela contar con los recursos pertinentes? ¿Estamos preparados para ello? La Ley 29719 es insuficiente, requiere que se le trabaje más y que no sea fruto de una “carrera contra el tiempo” su aprobación como dijeron los congresistas del gobierno anterior. La aprobaron sin pensar en la trascendencia. ¿Consultaron acaso o contaron con la asesoría de especialistas como el Instituto Especializado de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Católica (IDEHPUCP) el Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Coordinadora Nacional de DD.HH. (GTSM) y otros que vienen trabajando el tema?

Otro de nuestros problemas es no contar con profesionales especializados. La OMS nos dice que existen grandes diferencias en cuanto a la distribución de los recursos humanos para la atención de salud mental en el mundo. La escasez de psiquiatras, enfermeras psiquiátricas, psicólogos y trabajadores sociales es uno de los principales obstáculos que impiden ofrecer tratamiento y atención en los países de ingresos bajos y medios. Los países de ingresos bajos cuentan con 0,05 psiquiatras y 0,42 enfermeras psiquiátricas por cada 100 000 habitantes, mientras que en los países de ingresos altos la tasa de los psiquiatras es 170 veces mayor y la de las enfermeras es 70 veces mayor. ¿Y en nuestro país? Exigimos un psicólogo por IE sin tener la certeza de que si se podrán cubrir las plaza que se requieren. ¿Aceptarán ir a la sierra, a la selva, a los pueblos de la costa los psicólogos?

Frente a ello y en la perspectiva de que aumente la disponibilidad de servicios de salud mental, hay que superar cinco obstáculos claves: la no inclusión de la atención de salud mental en los programas de salud pública y las consiguientes consecuencias desde el punto de vista de la financiación; la actual organización de los servicios de salud mental; la falta de integración de la salud mental en la atención primaria; la escasez de recursos humanos para la atención de salud mental, y la falta de iniciativa en el terreno de la salud mental pública.

En cuanto a los recursos financieros que se necesitan son relativamente modestos. Según la OMS se requieren US$ 2 por persona y año en los países de ingresos bajos y US$ 3 a 4, en los de ingresos medios. ¿Se ha realizado un estudio económico de lo que significaría dotar a cada escuela de un psicólogo?

La literatura que circuló el 10 de octubre no dice que la salud mental tiene que ver con la vida diaria de todos. Es decir, cómo cada uno nos relacionamos con otros en el seno de la familia, en la escuela, en el trabajo, en las actividades recreativas, en el contacto diario con nuestros iguales, y en general en nuestra comunidad. También comprende la manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida. Sin duda líneas generales que deben ser asumidas por quienes deben legislar pensando en la salud pública. El tema del bullying, la violencia, el suicido y acoso en los escolares se acrecienta. El Estado debe de dejar de ser espectador y bueno sólo para lo inmediato y no pensar a futuro.

Se recomienda que estemos atentos a cómo nos sentimos nosotros mismos. Es decir si no estamos abrumados por nuestras propias emociones (celos, temores, sentimientos de culpa, angustias, tristezas, depresiones); si podemos aceptar las decepciones de la vida sin alterarse en exceso; si tenemos una actitud tolerante respecto a la propia persona y hacia los demás; no subestimar ni sobrevalorar nuestras habilidades; conocer y aceptar nuestras propias limitaciones. Finalmente pensar si nos sentimos capaces de enfrentar la mayoría de las situaciones y tener respuesta para casos de emergencia.

También debemos estar pendientes para analizar cómo nos sentimos en el trato con otras personas. Es decir si somos capaces de amar y tener en consideración los intereses de los demás; valorar sus relaciones personales si son satisfactorias y duraderas; si les gusta confiar en los demás y sentir que los otros confían en nosotros, si respetamos las diferencias individuales de la gente.

Estar pendientes, además, en qué forma respondemos a las exigencias de la vida. Si enfrentamos los problemas a medida que se van apareciendo; si aceptamos las responsabilidades. Si planeamos para el futuro para enfrentarnos sin temor. Si tenemos la mente abierta a nuevas experiencias. Si nos fijamos las metas ajustándolas a la realidad. Si somos capaces de tomar nuestras propias decisiones.

La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la definición de salud que da la OMS: «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos.

El día mundial de la Salud Mental que se conmemoró el 10 de octubre tiene por objeto sensibilizar a la población acerca de los problemas de salud mental. Su celebración contribuye a fomentar un debate más abierto sobre los trastornos mentales y a promover la inversión en servicios de prevención, sensibilización y tratamiento. La falta de tratamiento de los trastornos mentales y neurológicos, y de los relacionados con el consumo de sustancias es enorme, en especial en los países con recursos escasos. El lema de este año es “Invirtamos en salud mental”. ¿Lo hemos visto en los medios? Una entrevista al Ministro de Salud sobre el tema, y nada más. Los recursos económicos y humanos que se asignan a la salud mental son insuficientes, en especial en los países con recursos insuficientes. La mayoría de los países de ingresos bajos y medios dedican menos del dos por ciento de su presupuesto sanitario a la salud mental. Hay que aumentar la inversión en salud mental y dirigir los recursos disponibles hacia servicios más eficaces y humanitarios.

Lo escrito debemos de ponerlo en la perspectiva de lo que significa la Salud Mental en la educación. No son las medidas efectistas y para mermar denuncias policiales las que formarán conciencia en la comunidad. Todo lo contrario. Una política educativa sobre Salud Mental a desarrollar nos hará trascender de lo policial a lo social. Seremos más equitativos y haremos que la inclusión sea más auténtica. (15.10.11)

Educación e inclusión cambio radical en el enfoque

21 septiembre 2011

Palabras que se vienen utilizando mucho en estos días de cambio de gobierno y que deben tener un contenido diferente de aquellos que el modelo económico nos ha querido saturar.

Debemos ser conscientes de que hasta ahora los prototipos que nos han inculcado en educación han sido la adopción de valores ajenos, extraños que han alterado los propios. Es común escuchar en las familias, en la sociedad, que “se han perdido los valores, que antes la jóvenes respetaban”, y otros dichos que demandan a valorar una forma y tipo de educación que hoy no concuerda con los nuevos tiempos y desarrollo de la sociedad.

La ausencia de valores tradicionales, los nuevos hábitos y desempeños en la sociedad se deben al tipo de educación que hoy el estado promueve. El educando ya no se preocupa de su propia educación, todo lo contrario, cada cual elige la forma de educarse en la familia, en la sociedad, en el ejercicio de una profesión.

Se le achaca a la educación que se promueve los desajustes que se patentizan en la falta de formación cívica, ciudadana, para la vida. Nadie se ha puesto a pensar sobre el tipo de educación que se ha venido ofertando. Todos critican la educación pública que el estado promueve, pero nadie trata de profundizar si es la que se adecúa a nuestro país diverso, a nuestra sociedad pluricultural y plurilingüe.

¿Hemos pensado alguna vez que el sistema educativo en el cual fuimos educados fue un cierto adoctrinamiento, y no un acto de afirmación en valores? Si analizamos hoy lo que recibimos y reciben nuestros alumnos vemos que no existe una relación global en el conjunto de contenidos educativos y la vida cotidiana. Los contenidos están diseñados pensando en una sociedad prototipo que no guarda relación con la diversidad de la que procedemos y vivimos. Está dirigida para conformar una sociedad cuyo prototipo no tiene nada de histórico ni guarda relación con nuestra identidad y cultura.

¿Qué valores se nos va inculcando? Valores que llamamos de la sociedad occidental, sin pensar que ellos deben tener un referente histórico que parte de nuestras raíces culturales. ¿Conocemos estos valores?

La educación actual se deriva de paradigmas ilustrados, europeos, de países desarrollados, sin pensar que la distancia no sólo es geográfica sino histórica. Los prototipos que nos ofrece el mercado van depredando la identidad que debe tener nuestro sistema educativo. Con ello no queremos dejar de reconocer los adelantos científicos y tecnológicos y la capacidad de los niños y jóvenes de conocerlos, asumirlos y desarrollarlos. Todo lo contrario, los valoramos. Pero lamentablemente no a todos se les da la misma oportunidad y menos se les oferta si no cuentan con los recursos. De ahí que las brechas no sean sólo sociales, sino económicas, culturales, éticas. Muchos ofertan hoy como prototipos de educación de calidad aquellas instituciones educativas en donde los niños y jóvenes pueden desarrollar sus capacidades y de hecho eso está muy bien, pero lamentablemente no puede ser ejemplo mientras existan fisuras en las oportunidades que se le brindan a una sociedad diversa.

¿Será que este tipo de educación de corte liberal es superior a cualquier otro tipo de educación pública? ¿Será que nuestros valores nativos no son capaces de erradicar los males de la sociedad moderna en la que vivimos? ¿Será que no podemos enhebrar teorías, enfoques y metodologías que se nutran de lo que nos brinda la sociedad actual y aquello que es nuestro? Esfuerzos ha habido, pero todos no continuaron, fracasaron porque no hubo voluntad política de darle continuidad a la oferta pedagógica que se iba construyendo. Fuerzas externas atentaron contra nuestros esfuerzos y así se fueron perdiendo propuestas pedagógicas del interior del país y de la misma capital.

En este escenario hoy se nos habla de inclusión. Otro elemento que quiere calificar la educación. ¿Qué significa la educación inclusiva? Puede decirse que es el modelo idóneo que acoge a todos los alumnos en las mismas aulas, poniendo especial énfasis en aquellos que tradicionalmente han sufrido alguna forma de marginación. En este sentido, cuando vemos que nuestra educación es excluyente, a pesar de contar con una Ley de Educación que quiere abarcar a todos los niños y jóvenes de nuestra realidad diversa, se empieza a hablar de educación inclusiva. Existe una voluntad política que ha puesto el énfasis en la asignación de recursos para que ellos se inviertan de manera especial en las zonas rurales y en las zonas en donde se desarrollan poblaciones en un contexto intercultural bilingüe. Pero ¿será eso suficiente? La inclusión no se realiza sólo con recursos, es algo más.

Consideramos que la educación inclusiva desde esta perspectiva y la voluntad política expresada debe constituirse en la base para construir una sociedad justa, democrática y solidaria donde se considere a la educación como derecho humano principal y elemento central para aspirar al desarrollo, la consolidación de la democracia y puede ser articuladora de las tendencias sociales en esta época de globalización en que pretendemos vivir.

En este sentido una educación inclusiva exige cambios radicales en el planteamiento del enfoque educativo, pues se trata de promover nuevos planteamientos extensivos a todos mediante el desarrollo de fórmulas que habiliten las escuelas para que puedan atender a la población estudiantil de cada comunidad como parte de un sistema integral e inclusivo. Esto es una invitación para recrear una escuela que no impone requisitos de entrada ni formas de selección o discriminación; que se fundamenta en el derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación.

A ello debe adicionarse que todos los alumnos y la comunidad se beneficien de una educación ajustada a sus necesidades. El discurso que promete alcanzar una educación de calidad, equidad y pertinencia, no sería posible si no abarcara a toda la comunidad respetando su condición y contexto.

La educación inclusiva debería llevarnos a repensar un modelo de escuela donde toda la comunidad educativa participe y desarrolle su sentido de colectividad. En este tipo de escuela el aula debería constituirse en la unidad básica de organización, de atención donde las clases deberían establecerse de manera variada, de forma que estimule a los alumnos y docentes a una interacción constante. En estas aulas se crearían redes de apoyo, de relaciones, de aprendizaje, de investigación. También debería comprometer a los maestros para que se constituyan en redes entre colegas y miembros de la comunidad.

La UNESCO en el año 2004 en un denominado “Temario Abierto sobre educación inclusiva”, decía que existen tres justificaciones que garantizan el avance hacia las escuelas. Consideramos importante recordarlas para tenerlas cuenta: a) desde el campo educativo: “la necesidad de que las escuelas integradoras eduquen a todos los niños juntos las obliga a idear modalidades de enseñanza que se adaptan a las diferencias individuales y, por tanto, benefician a todos los niños”; b) el campo social: “las escuelas integradoras pueden cambiar las actitudes hacia la diferencia educando a todos los niños juntos, sentando así las bases de una sociedad justa y no discriminatoria que anima a la gente a vivir junta en paz”. c) desde el campo económico: “es probable que resulte menos costoso crear y mantener escuelas que imparten enseñanza a todos los niños juntos que establecer un sistema complejo de distintos tipos de escuelas especializadas en la educación de determinados grupos de niños. Las escuelas integradoras que ofrecen una educación eficaz a todos sus alumnos constituyen un medio más rentable de garantizar la “Educación para Todos”

En síntesis la educación inclusiva es un proceso bastante amplio que supone la aceptación de todos los alumnos, valorando sus diferencias; la transmisión de nuevos valores, promoción de la participación activa, de forma que se vaya disminuyendo la exclusión que se da muchas veces en el aula con los alumnos que no son del barrio, con los que proceden de las zonas rurales. Se trata de crear un clima para el aprendizaje inclusivo a partir del PEI. Significa, en suma, una reestructuración de la escuela, del sistema educativo desde el marco del currículo nacional, regional, local. Es un proceso vivo que trasciende las rutinas escolares y se desarrolla en la vida ciudadana de los alumnos, de la comunidad.

En la 48º reunión de la Conferencia Internacional de Educación realizada en Ginebra entre el 25-28 de noviembre de 2008, se recomendaba a los Estados Miembros (tomado casi textual del ítem B. Conclusiones y Recomendaciones) 1.Que reconozcan que la educación inclusiva es un proceso permanente, cuyo objetivo es ofrecer una educación de calidad para todos, respetando la diversidad y las distintas necesidades y aptitudes, características y expectativas de aprendizaje de los educandos y de las comunidades, eliminando toda forma de discriminación; 2. Que luchen contra la desigualdad social y los niveles de pobreza como prioridades, puesto que constituyen serios obstáculos para la aplicación de políticas y estrategias de educación inclusiva; y que afronten dichos problemas en un marco de políticas intersectoriales; 3. Que promuevan culturas y entornos escolares adaptados al niño, que sean propicios para un aprendizaje efectivo y que integren a todos los niños y niñas, que sean saludables y protectores y que respeten la igualdad entre los géneros; asimismo que se promueva el rol activo y la participación de los propios educandos, sus familias y sus comunidades.

Quiénes ejercieron gobierno anteriormente si bien hablaron de inclusión en educación, consideramos que estuvieron ajenos a estas recomendaciones y a las políticas que debían diseñarse e implementarse. Por ejemplo en el campo de Políticas Públicas, la ya referida 48º Conferencia Internacional de Educación entre otras medidas recomienda (Punto II Políticas Públicas): que se formulen políticas para proporcionar apoyo pedagógico a las distintas categorías de educandos, con el fin de facilitar su desarrollo en las escuelas regulares; que consideren que la diversidad lingüística y cultural en el aula es un recurso valioso, y que promuevan el uso de la lengua materna durante los primeros años de escolarización; que insten a las partes interesadas en la educación a diseñar marcos curriculares efectivos, que incluyan todas las etapas, desde la infancia en adelante, adoptando al mismo tiempo un enfoque flexible para dar cabida a las necesidades y situaciones locales; y que diversifiquen las prácticas pedagógicas.

Además la Conferencia hace hincapié en que la promoción de la inclusión implica el compromiso activo de todos los actores sociales, en el que el gobierno desempeña un papel de liderazgo y las funciones de órgano normativo de conformidad con la legislación nacional, cuando proceda; que se refuercen los vínculos entre las escuelas y la sociedad, con el fin de permitir a las familias y a las comunidades de participar y contribuir en el proceso educativo; que desarrollen programas de atención y educación de la primera infancia (AEPI) que promuevan la inclusión, así como detecciones e intervenciones precoces relacionadas con todo el desarrollo del niño; que refuercen el uso de las TICs, con el fin de garantizar un mayor acceso a las oportunidades de aprendizaje, en particular en las zonas rurales, alejadas y desfavorecidas; que proporcionen oportunidades educativas no formales de gran calidad que puedan gozar del reconocimiento formal de las competencias adquiridas en estructuras no formales; que redoblen los esfuerzos para reducir el analfabetismo y así trabajar en aras de la inclusión, teniendo presente la importancia que tiene para la educación de los niños que padres y madres sepan leer y escribir.

En lo referido a los alumnos y docentes, la Conferencia recomienda que se refuerce el papel de los docentes mediante la mejora de su estatus y condiciones de trabajo; que desarrollen mecanismos y se seleccionen a los docentes calificados que estén sensibilizados con las distintas necesidades de aprendizaje; que formen a los docentes dotándoles de las capacidades y los materiales necesarios para enseñar a distintas poblaciones estudiantiles y satisfacer las distintas necesidades de aprendizaje de las diferentes categorías de educandos, mediante métodos como el desarrollo profesional a nivel de la escuela, la formación inicial sobre inclusión y una instrucción en la que se tenga en cuenta el desarrollo y los puntos fuertes de cada educando; que respalden el papel estratégico de la enseñanza superior en la formación inicial así como la formación profesional de los docentes sobre prácticas de educación inclusiva mediante, entre otros, la asignación de recursos adecuados; que promuevan la investigación innovadora sobre procesos pedagógicos y de aprendizaje relacionados con la educación inclusiva; que proporcionen a los administradores de las escuelas las capacidades necesarias para responder con eficacia a las distintas necesidades de todos los educandos y para promover la educación inclusiva en el seno de sus escuelas; que tengan en consideración la protección de los educandos, de los docentes y de las escuelas en situaciones de conflicto.

Es necesario traer a colación una última reflexión en el tema que podría convertirse en un error si no se analiza lo que sucede en esta sociedad de la información y nuevas tecnologías y que se produce al amparo de la globalización y que está ocasionando nuevas formas de exclusión. Inés Aguerrondo nos dice al respecto “El sistema educativo se ha quedado sin “sentido” porque un nuevo relato se impone desde el desarrollo de la sociedad de la información y de la comunicación, que conlleva una nueva definición de conocimiento, extraña a sus orígenes. La idea de “incluir” debe ser una idea-fuerza que se sostenga desde la necesidad de una sociedad más justa y democrática. Esto implica desarrollar diversos puntos de vista o dimensiones esenciales para hablar de educación inclusiva, tales como el político ideológico – desarrollar el ideal de justicia y democracia en el marco de la educación como un derecho –; el epistemológico – apoyar la nueva propuesta educativa en los novísimos desarrollos de la teoría de la complejidad-; el pedagógico – adoptar los avances las nuevas ciencias del aprendizaje para desarrollar una nueva “tecnología de producción de educación” (didáctica) que garantice la capacidad de pensar de todos – y el institucional – revisar la idea de “sistema escolar” y abarcar otros espacios institucionales entendiendo el conjunto de la sociedad como posibles “entornos de aprendizaje”. (Perspectivas 145, Educación Inclusiva, marzo 2008).

Sin duda la tarea de impulsar una educación inclusiva verdadera demanda esfuerzos, cambios, leer permanentemente los signos de los tiempos y darles críticamente una adecuación. Implica algo más de una mirada y un sentir piadoso por los marginados, por los excluidos. Implica hacer una revolución del sistema educativo. ¿Estamos en condiciones? (10.09.11)

Entre lo ideológico y lo programático: como en el pasado ¿quién no aprendió la lección?

27 septiembre 2010

Los docentes que fueron formados entre tensiones sociales, económicas y culturales de los años 70 y 80, en su reflexión profesional y política trataban siempre de tener un referente informativo y formativo por el cual optar. Éste procedía de una ideología político partidaria desde donde se simpatizaba o se militaba. Este marco de referencia permitía optar no sólo informado, sino con convicción por determinada preferencia. A partir de ello los partidos políticos formulaban programas que permitían desde la realidad determinar los problemas, analizarlos y contar con diversas soluciones.

En los momentos más intensos y tensos había y existía posiciones extremas o conciliadoras. Esto servía para esclarecer a la comunidad y en cierta manera formar políticamente a la ciudadanía.

Surgieron nuevas organizaciones políticas que se fueron convirtiendo en partidos de nuevo cuño que reflejan variaciones en las estructuras sociales existentes. Estas organizaciones han ido creando un nuevo universo conceptual que permite a las nuevas generaciones analizar y comprender la realidad. De esta manera frente a esas organizaciones, los partidos políticos gerontocráticos empezaron a anatematizar cualquier forma o manera diferente de analizar la realidad. Surgen así los adjetivos de “progresistas” y “retardatarios” para motejar sin analizar las propuestas de gobierno, las “ofertas” para cautivar a la población en épocas de elecciones. No aceptan los partidos tradicionales, en estos tiempos, contar con un marco referencial abierto como orientación sociopolítica que permita oxigenar la política en el país.

Quienes se han permitido el anatema son los que provienen de una manipulación de lo político desoideologizado y centrado sólo en los intereses personales y del mercado; de una década de despotricar de los partidos políticos tradicionales y de cualquier opción que se enfrente a la dictadura militar o democrática o democrático-militar que de eso también hemos tenido. No se permite la existencia de una organización política progresista que asuma la causa de los que tienen menos, que son excluidos, y que se centre en la promoción del desarrollo humano con una nueva visión de país, que promueva una auténtica ciudadanía que comprende la ciudadanía política y la ciudadanía social. No aceptan que se piense diferente. Tampoco afrontar temas fundamentales como participación, equidad, solidaridad, evitando ofrecer respuestas tradicionales, clientelistas.

La carencia de debate ideológico por más de una década ha dejado a algunos añorando etapas históricas hoy no obsoletas sino que requieren revisión y revitalización pasando por la autocrítica y otros huérfanos de argumentos se refugian en el dios mercado y lo que denominan modernidad, donde el centro no es el desarrollo humano, sino la inversión, la atracción de capitales, sin respeto por la persona. El debate ideológico es una plataforma de aprendizaje social. Nos hemos olvidado de ofrecer espacios para el debate que faciliten los procesos de aprendizaje público. Esto requiere una disposición a reformarse de manera continua y estar urgidos por producir ideas y soluciones a los problemas que se identifiquen en el proceso. Para esto sirve el debate y no para satanizar al otro.

La libertad y la igualdad son fundamentos de toda organización que se dice progresista y que quiere generar cambios. Esto demanda construir un consenso colectivo que permite a los ciudadanos identificarse como compañeros de vieja data, de sentirse en casa a pesar de las diferencias de intereses y experiencias. Este es un reto mayor para un movimiento progresista no basado en la diferencia de clases, sino en la construcción de una identificación ideológica y programática. Esto conlleva delimitar los conflictos ideológico-programáticos que se dan al interior frente a los que se den externamente. Se trata de identificar posiciones propias y las de los otros y respetarlas.

Lo programático requiere una mayor participación, pues mientras más ciudadanos participen en la elaboración de una plataforma, más la asimilarán y adoptarán como propia. Lo programático demanda claridad en los ejes temáticos que se elijan que deben ser pocos pero convincentes, derivados de creencias y convicciones que existan en los integrantes de la organización, movimiento, grupos de interés, expertos y el mundo académico.

Todo lo anterior viene a propósito del evento electoral municipal peruano del próximo octubre. La adjetivación, los golpes bajos, la satanización por pertenecer a una izquierda democrática, que aún se la quiere a direccionar a los bloques que habían en la guerra fría, para atemorizar a los votantes, la pobre sustentación de propuestas indican claramente que los nuevos-viejos líderes intolerantes que se presentan hablan de una democracia plena sólo cuando les conviene a sus intereses, de inclusión cuando la confunden con obras de caridad. Confunden valorar lo histórico con permitir que la inversión imponga el modelo de ciudad que le conviene.
Una campaña electoral poco pedagógica y educadora. Es lo que aprecian nuestros alumnos, es lo que leen en los diarios, revistas, escuchan y ven por radio y TV. ¿La escuela analiza estos acontecimientos? ¿Qué actividad permite decodificar y analizar los discursos políticos? En una sociedad que permite estos discursos políticos de campaña sin preocuparse de nada ¿sirven los anuncios de una educación de calidad que centra el interés en lo material (nuevas edificaciones, dotación de laptop, materiales) y los aprendizajes (preocupación sólo para matemáticas y lengua) descuidando la formación cívica? ¿Existe en la propuesta educativa oficial más allá de lo que indica la Constitución de la República una Educación democrática? Poco de lo conocido brinda pistas de construcción en esta perspectiva. ¿Alguien ha planteado una teoría política de la educación y para la democracia? Esto puede apreciarse en la forma violenta cómo se ataca a una candidata que representa a la izquierda renovada, democrática.

En lo educativo el debate, por decir algo, ha caído en la denuncia de que se va a entregar la educación al SUTEP. Esto denota ignorancia por decir lo menos, de quienes apuestan por el mercado. ¿No saben acaso que la educación se rige por la política nacional de educación a cargo del Ministerio de Educación y que el Sindicato es una agrupación de defensa de los educadores? Costumbre maniquea que ya hemos padecido anteriormente, donde se valen de la ignorancia de la comunidad para hacerle creer despropósitos.

Quien tiene temor de una opción que representa alternativa innovadora y no continuista, es porque (según Paulo Freire) en una educación alternativa el educador ya no es sólo el que educa sino que también es educado mientras establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. De este modo se quiebran los argumentos de «autoridad»: ya no hay alguien que eduque a otro sino que ambos lo hacen en comunión. La innovación en educación y un ordenamiento coherente desde los que tienen derecho a una educación pública que garantice una buena y excelente educación, hace a quienes piensan diferente que ofertan y enfatizan sólo en la enseñanza para la producción y no para el desarrollo de la persona; para el mercado y no para y con la comunidad. Por ello piensan que enseñando inglés –como dice una oferta- desde pequeños se garantizará el dominio del idioma y los jóvenes estarán aptos para la competividad.

Al final del camino electoral nos damos con la ausencia de un debate ideológico y programático; la aparición de una tendencia de la izquierda democrática con visión de futuro y no comprometida con relaciones comprometedoras que mediaticen principios, convicciones y acciones; la persistencia de otra tendencia continuista de una concepción de ciudad y comunidad excluyente, hipotecada al mercado y a valores económicos antes que humanistas.

Sin duda se tendrá una lid electoral entre una opción inclusiva y otra excluyente. Una opción que se identifica con el mercado y una visión que propone una visión educativa para la liberación en donde la característica de su propuesta educativa la “humanización”, que exige la liberación individual y social del hombre como sujeto cultural histórico, quiere innovar en democracia, con participación y respeto por las organizaciones institucionales. Otra opción que se basa en la intolerancia y más de lo mismo.

Así se puede seguir pauteando el antagonismo entre opciones democráticas y opciones autoritarias. Esta elección cual fuere el resultado es el preámbulo de lo que podría ser la elección presidencial de Abril de 2011.

Merecemos desde el campo educativo que triunfe la propuesta que apueste por una educación política (como toda educación es política, aún aquella que pretende ser neutral y está al servicio del poder), que sólo puede ponerse en práctica de manera sistemática cuando la sociedad se transforme radicalmente.

Nuestro sistema educativo forma parte de un sistema social más amplio. Ambos son fuente de desigualdades, injusticias, inequidades y frenos para el desarrollo personal y colectivo. ¿Cómo identificarlas, leerlas, interpretarlas? Sólo una ciudadanía formada desde una pedagogía crítica nos permitirá saber leer e interpretar los eventos con los de ahora que convocan y llaman a elegir. Por ello debemos saber elegir entre quien busca el bien para todos en condiciones de igualdad y de diversidad para todas las personas. (25.09.10)

Cuando la transparencia no debe ser un discurso solamente

19 diciembre 2009

En la política nacional se ha vuelto deporte jugar con palabras y conceptos. Se habla de calidad, de competitividad, de equidad, de inclusión, de descentralización, de pobreza, de analfabetismo y otras cosas sin reparar en quienes las pronuncian, sin reparar en quienes las escuchan. En un país diverso como el nuestro no podemos “estandarizar” la comprensión de las palabras y los conceptos. Todo lo contrario. Reflexionar en cada una de las palabras y conceptos pensando en el país en que nos encontramos debe ser tarea fina cuando de política se trata.

Lo que viene sucediendo desde la entidad que dirige la educación del país: el Ministerio de Educación y el caso de una Universidad que dice cumplir con todos los requisitos, pero se salta la valla de la ética para poder cumplir con otros fines menos con el educativo. ¿Qué espectáculo estamos dando a las generaciones que decimos educar? De un lado el responsable del sector educación se niega a reaccionar ante evidencias, ante fiscales que levantaron las denuncias de “venta de respuestas” de la prueba a docentes aplicada el 15 del mes pasado, y sigue como si nada hubiera pasado, justificando que se trata del SUTEP y por lo tanto no merece tomarse el tiempo, pues sus antecedentes lo condenan. Y de otro lado un rector de la universidad Alas Peruanas, que le parece de lo más natural obsequiar/financiar pasajes aéreos a congresistas y a vocales de la Corte Suprema del país.

Estos son los hechos. Las reacciones han sido diversas. Pero se sigue hablando de calidad de la educación, de inclusión, de equidad, de ética, de transparencia y tantas palabras que ya saturan porque suenan huecas en boca de quienes las pronuncian. Si el modelo económico utilizado es exitoso, con algunos reparos de parte de los dueños del capital, porque no pueden acumular como antes, en lo social estamos muy retrasados. Debemos admitirlo que no existe calidad y menos competitividad, no porque no se hayan alcanzado ideas sino porque al modelo sólo le interesa una mano de obra ilustrada para seguir manteniendo la política de exportador de materias primas sin producto agregado.

La educación peruana tiene un sino demasiado fatalista. Nos contentamos con poco, todavía quienes conducen la educación nacional no aciertan ni en el diseño, ni en la concepción de lo que debe ser una política educativa que se desarrolle al ritmo del crecimiento económico. Quienes sí lo entendieron pero mal han sido quienes amparados en el DL 882 se enriquecieron a costa de ofertar una educación de baja calidad, pero que sí les reportaba buen dinero. El caso de Alas Peruanas es la evidencia de la “criollada” en la forma cómo se gestiona la formación de los futuros profesionales. No importa el rigor académico, lo que interesa es “captar” a la mayor cantidad de alumnos para “mas que sea darles una profesión”. Pero allí no termina el escándalo, sino que otra universidad fundada en Trujillo, que se precia de formar parte del más grande Consorcio de Universidades del país (Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima Norte y Lima Este) pertenece al alcalde de Trujillo y al líder máximo del Partido Alianza para el Progreso. Este modelo educativo que da visto bueno para que la primera franquicia educativa sea empleada en la educación secundaria de un publicitado colegio de la capital, es un indicador de que algo más allá de los maestros está sucediendo en el país. La orfandad de una política educativa de educación superior (¿hasta cuándo se debe esperar el Reglamento de la Ley 29394 – Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior?) Ya se pasó el tiempo legal, que era de 90 días a partir del 31 de julio. En enero se cumplirá el plazo para presentar el proyecto de ley de carrera pública para los docentes de los Institutos y Escuelas de Educación Superior. ¿Se incumplirá también este plazo?

El silencio de las autoridades del Ministerio de Educación casi es un escándalo por llamarlo de alguna manera y para no aceptar aquello de “quien calla otorga”. Ante una tema de actualidad y central como es la educación superior se le quiere sólo hacer responsable al CONAFU y a la ANR… ¿y la franquicia educativa para aquel colegio secundario tan promocionado, de quién depende? Sólo se hace una advertencia que los colegios secundarios no son preuniversitarios.

En este escenario, aunque las comparaciones son odiosas, quiero compartir lo que ocurrió el 4 de diciembre por la tarde en Bogotá y en todos los departamentos colombianos enlazados por televisión, por Internet, facebook y el twitter para presenciar la audiencia pública de rendición de cuentas mediante una videoconferencia. 17 secretarías de educación y 9 Instituciones de Educación Superior –IES- de diferentes regiones de Colombia participaron. Se permitió el envió de preguntas o comentarios que fueron respondidas por la Ministra, por la viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media o el viceministro para la Educación Superior El objetivo de la audiencia fue informar a todos los colombianos acerca de los logros y avances de la política de Revolución Educativa durante la vigencia 2009. También la Ministra además de exponer las metas alcanzadas en el último año, abordó los retos que enfrentará la cartera de educación para consolidar las cinco acciones que están transformando la educación en Colombia: ‘Educación para toda la vida’, ‘Educación para la innovación, la competitividad y la paz’, ‘Fortalecimiento de la institución educativa’, ‘Modernización permanente del sector’, y ‘Gestión Participativa’. La Viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media y el Viceministro de Educación Superior, presentaron un informe sobre los avances alcanzados por cada uno de los Viceministerios durante el último año. Luego respondieron las preguntas y comentarios de la comunidad educativa y, en general, de todos los colombianos.

Con esta audiencia busca el sector educación colombiano propiciar un espacio de participación ciudadana, docentes, estudiantes, padres de familia, secretarios de educación, directivos, personas jurídicas, organizaciones, gremios y ciudadanía en general, participaron enviando sus preguntas, comentarios o sugerencias a través de los diferentes medios habilitados para tal fin. Sin duda una ausencia a pesar de que estaba previsto su comentario, fue del representante del FECODE (Federación colombiana de educadores). Representantes de estudiantes de básica y un delegado del consejo de participación estudiantil de universidades completaron los comentarios, juntamente con rectores o vicerrectores de universidades y de la Asociación Colombiana Universitaria y de empresarios por la educación. Sin duda un ejemplo de participación democrática a pesar de la situación colombiana.

Volviendo a nuestros menesteres. En la Directiva para el año escolar 2010 comentada en la entrega pasada decíamos cómo en el acápite VII Moralización y Transparencia, punto 4. Rendición de Cuentas, transparencia y vigilancia de la gestión la responsabilidad debe ser asumida por “Las direcciones de las IE, DRE y UGEL… quienes son las responsables de promover y desarrollar una gestión y acción educativa y transparente y de calidad…”. Nos preguntábamos ¿Y el Ministro, los Vice ministros y los Directores Nacionales? No están incluidos ¿por qué? ¿No tienen nada que decir sobre moralización y transparencia del sector? ¿No les alcanza la rendición de cuentas? Hasta el Presidente de la República una vez al año se dirige al Congreso de la República a dar cuenta a la nación de su gestión. De qué sirve hablar de transparencia y otras palabras en política educativa, si quien las pronuncia se burla de su significado.

El caso de la burla a los reclamos de los maestros que se presentaron al concurso y que han denunciado las irregularidades y nadie los escucha; y, la concepción que se tiene de la rendición de cuentas, para los demás pero no para el principal responsable, nos dice bien a las claras que no son de fiar quienes hoy están dirigiendo la educación del país..

Sorprende por ello la visita del Presidente de la República al ministro de educación en su prestado local de la Biblioteca y la posterior conferencia de prensa donde entre otros puntos y sin hacer caso de las denuncias de la venta d los códigos de respuesta para la prueba de reciente concurso de profesores, dijo muy orondo que la falla humana que produjo tanta confusión en la publicación de las notas de los maestros que postulan a la CPM, había permitido que de 41 mil docentes aprobados inicialmente 30 mil docentes más pudieran acceder a la siguiente fase del concurso. Así de triunfalista y con un ministro al costado, en silencio. De igual forma pero con severidad se refirió al caso de la Universidad Alas Peruanas. Ambos casos merecen condena, pero en uno protege e ignora los reclamos y en el otro, denuncia. ¿Eso es equidad? Quedamos notificados quién dirige la educación nacional, quién es su promotor y protector. Así se atropellen elementales derechos de los maestros. Es lamentable. (05.12.09)