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El Arte de la Narración – Algunos Apuntes

30 junio 2014

ANA PADOVANI inició su carrera como docente y psicóloga, pasó por el teatro para finalmente formarse en Francia como narradora. En el año 2002 recibió un premio ACE por su espectáculo ?La voz del terror?. En la actualidad, es miembro de la Comisión Organizadora de los Encuentros de Narración Oral, que se desarrollan en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

FUNDACIÓN LEER.

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Fundación Leer: ¿En qué consiste el arte de narrar?

 

Ana Padovani: Es difícil encontrar una palabra. Narrar es una actividad que se hace con artesanía, con amor, búsqueda y trabajo, es decir, con todo lo que conforma al arte. Luego, de esto se hace un oficio; se instrumenta, ya sea en el espacio escénico, en la escuela, en la biblioteca o en cualquier otro ámbito.

 

F.L.: Cuéntenos sobre su formación, ¿cuándo se convirtió la narración en su oficio?

 

A.P.: Soy docente y psicóloga y trabajé en ambas profesiones, pero siempre tuve mucha inclinación por lo artístico, la lectura, el piano, etc. Un día decidí estudiar teatro porque me di cuenta de que era mi pasión. Estudié durante algunos años, pero después no sentí interés por ser actriz de teatro. No sabía por dónde encauzar mi búsqueda. Entonces, un maestro, Augusto Fernández, un director reconocido, me habló de la narración de cuentos. A mí me sonó muy raro, sobre todo porque no tenía modelos en los cuales fijarme, más que lo visto en mi casa y en la escuela. Así empecé a investigar y comprobé que podría hacer un buen espectáculo. El tema me deslumbró y, al mismo tiempo, me daba la posibilidad de trabajar. Viajé a Europa porque acá no tenía referentes. Allí hice talleres y entré en contacto con la actividad de los narradores que desde tiempo atrás venían trabajando. Al cabo de un año, había dejado la otra profesión y me había instalado en ésta. Hace aproximadamente dieciocho años que me dedico a esto.

 

F.L.: ¿Dónde ubicaría las raíces de este movimiento?

 

A.P.: Obviamente, el primer lugar donde se desarrolló fue en la docencia. Por ejemplo, en nuestro país, se lo promovió desde el Instituto Summa. Marta Salotti fue una pionera en el campo, dándole carácter para la escuela. Sin embargo, no se trasladaba la actividad a otro ámbito. Más aún, en aquella época no era bien visto que un narrador se moviera de la silla, o si quiera que utilizara otros instrumentos. La escuela y la familia eran los espacios para esta práctica. En Europa también surgió primero en el ámbito educativo, sobre todo en los países nórdicos como Suecia, y de ahí pasó al escénico a partir de los setenta. En ciudades como en París y Londres comenzó un movimiento muy interesante. Nunca se sabrá en cuál de las dos primero. En Londres hubo una famosa locutora de origen indio que narraba historias, quien un día hizo una convocatoria para que la gente contara historias por radio. Fue una especie de bola de nieve. Eso es lo que pasa cuando la gente lo descubre: se magnifica rápidamente. Por otra parte, fue importante la influencia de otras culturas -como la árabe y la africana- que poseen una larga tradición en contar historias. Fue normal que pasara a ser un hecho escénico.

 

F.L.: ¿Con qué intensidad y cómo se manifiesta el interés por la narración en nuestro país?

 

A.P.: En Buenos Aires es donde más se ve, crece vertiginosamente, dado que hay muchos narradores interesados en aprender. En el resto del país también ocurre lo mismo, pero en menor magnitud, en ciudades como Córdoba, Rosario, Bariloche; hasta en la provincia de Tierra del Fuego. Desde hace diez años hacemos un encuentro de narradores en la Feria del Libro. Cuando empezamos, éramos muy pocos. Hoy la situación es diferente. Estar en la Feria nos impulsó aún más porque se entró en contacto con gente de todo el país, que sigue viniendo a formarse acá, en los talleres que se proponen.

 

F.L.: Además de sus espectáculos, usted se dedica a enseñar, ¿cómo es la formación de los narradores?

 

A.P.: Es uno de los grandes y difíciles temas de la narración: cómo se hace la transmisión de este saber. Por un lado, no creo en fórmulas ni en dogmas, ni que pueda decir ?esto se hace así?. Hay que tratar de descubrirse a uno mismo como narrador. Como docente, yo busco hacer un trabajo artesanal. Trabajo en grupo, pero muy individualmente con el proceso de cada alumno, porque cada uno tiene que descubrirse a sí mismo como narrador, ver qué potencial y posibilidades tiene, cuáles son sus intereses, por qué lugares circula y por cuáles no. A veces, uno se lleva muchas sorpresas, hasta consigo mismo. Es un proceso que lleva tiempo. Un narrador no se hace rápidamente, no es cuestión de pararse y hacer algo. Arriba, en la escena, se nota el tiempo de trabajo que hay detrás.
Por otro lado, no hay un consenso acerca de cómo formar narradores. Hay escuelas, y además los que somos pioneros seguimos dando talleres. Los mismos alumnos que asisten, luego, van formando más gente.
Yo creo en la formación con maestros porque los he tenido, los he buscado y los sigo buscando. Los referentes no pueden perder nunca. Debe haber un contacto con el otro porque eso permite abrirse, y evita que uno se encierre. Ello es un riesgo, sobre todo en una profesión como ésta, tan solitaria. Lo peor que puede ocurrirle a un narrador es repetirse a sí mismo. Suelo decir que el día que cuente un cuento y sienta que no me deslumbra como la primera vez dejaré de contarlo. Si no me sorprendo ya no funciona, no me sirve. Es ahí donde está esa constante búsqueda del maestro y a la vez la apertura y el crecimiento personal. Tiene que ser una dialéctica constante. El narrador debe abrevar en otras fuentes, ya que todo nutre. Yo hago cursos de todo tipo ?música, trabajo corporal, stand up, improvisación- porque creo, justamente, que suma. En mi caso, a mí me interesa innovar. Es como una necesidad personal.

 

F.L.: ¿Quiénes participan de sus talleres? ¿En qué otras prácticas se puede aplicar este aprendizaje?

 

A.P.: Los alumnos provienen de ámbitos diversos. Como sucede en todas las ramas artísticas, hay más mujeres que hombres. Los que se acercan no son muy jóvenes, aunque hay excepciones. Por lo general, es una actividad que interesa a personas de mayor edad. Una de las posibles razones que explique esto sea, quizás, el hecho de que contar implica un paso por la reflexión y por la experiencia de vida, algo que a lo mejor la gente joven todavía no realiza.

Por otra parte, hay varios espacios donde aplicarlo. Fundamentalmente en la escena, como viene sucediendo en estos últimos años, aunque en realidad la narración venga de lo cotidiano, del ámbito familiar y escolar. Pero se puede aprovechar en todos lados. Tengo alumnos que vienen a los talleres porque quieren contarles cuentos a sus nietos o en las fiestas, o maestros que quieren contar en sus escuelas y bibliotecas.

El aula es el lugar por antonomasia donde se puede aplicar, sobre todo porque se trata de un público cautivo. Esta actividad lleva, sin duda, a la lectura. Un narrador que no sea lector tiene una pata renga. De la lectura se pasa a la narración y viceversa, es un vínculo que se alimenta mutuamente.

 

F.L.: ¿Qué diferencia encuentra entre los diferentes públicos?

 

A.P.: Por lo general, es más fácil comenzar con niños porque se predisponen naturalmente a escuchar. Pero es el público más difícil de sostener. Con el adulto sucede lo contrario, es complejo atraerlo, pero si se llega a él, al menos por buena educación, se queda. Los más chicos, cuando la cosa les aburre y no la pasan bien, lo expresan de inmediato. Los adolescentes son los que más resistencias ponen.

 

F.L.: ¿Cuáles cree que son las claves para poder ser un buen narrador?

 

A.P.: Lo fundamental para contar un cuento es tener muchas ganas de hacerlo. Encontrar aquello que se quiere contar. Y para ello es necesario realizar un trabajo de búsqueda para encontrar el propio texto. Uno debe ?apropiarse? del texto, aunque no sea propio. Ese es un tema- el de la literatura- siempre en discusión. El narrador no ?es? la literatura escrita, sino que su presencia implica un trabajo sobre el texto, pero siempre con respeto. Por ejemplo, si se hace una versión propia, es importante aclararlo.

 

El autor debe estar mencionado de alguna manera.

 

El narrador debe tener ganas de comunicarse con otros a través de la palabra y ganas de poder crear un mundo de imágenes, sumergirse en él. Si uno no está metido en lo que cuenta, el otro no lo ve. Eso es mágico, no hay una fórmula. Soy una convencida de que cuanto más adentro y convencido esté el narrador, aunque incluso no lo mire, el público ve eso que pasa.

 

Después, está la voz, que es una cuestión que se debe trabajar técnicamente. Hay que cuidarla. El narrador debe tener buena modulación, proyectarse de modo correcto, articularse, entenderse, utilizar matices. O sea, contemplar todos los recursos escénicos que tiene. En fin, hay que trabajar?

 

Entrevista a Berta Braslavsky

19 junio 2014

Fundación LEER

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BERTA BRASLAVSKY es un referente indiscutible en materia de alfabetización. Integra la Academia Nacional de Educación y desde 2004 el Consejo Asesor de Fundación Leer. En esta entrevista exclusiva con Leer en Red, Braslavsky reflexiona sobre el rol de la escuela y de los maestros en el acercamiento de los niños a la lectura, y ofrece sugerencias para el trabajo docente en promoción de la lectura.

Fundación Leer: En su opinión, ¿qué aporta el contacto de los niños desde la temprana infancia con libros de literatura infantil?

 Berta Braslavsky: No se trata de una opinión, sino de participar de una convicción acerca de la importancia de la literatura en el desarrollo cultural del niño, a partir de las primeras manifestaciones de su relación con el mundo. Las canciones de cuna -mediante el halago de sus sonidos, la repetición y sus ritmos transmitidos en el vínculo emocional con su madre- establecen su primer contacto con la literatura.

El contacto temprano con los libros manipulables que se ponen a su alcance familiariza al niño con el objeto esencial de la cultura escrita, su aspecto, su manejo.

Los libros con imágenes concitan su atención y la experiencia de secuencia temporal del antes y después. La lectura que oye cuando su madre le lee, lo familiariza con el lenguaje gramaticalmente mejor configurado, con más vocabulario y mejor pronunciado. Y con el cuento, realiza una primera experiencia de la macroestructura coherente de un texto, como esencia de la comprensión, con la intensidad de un aprendizaje que se realiza en una catarsis profundamente emocional como es la que se establece en la relación de la madre, el padre u otro adulto en el acto compartido de una lectura que despierta la fantasía y la creatividad del pequeño.

 

F.L.: ¿Qué rol debe ocupar la escuela en el acercamiento de los niños a la lectura de obras literarias?

 

B.B.: Si en la familia tiene lugar la prehistoria del lenguaje escrito, también se confirma que en la escuela comienza su historia, es decir, la posibilidad de llegar al dominio pleno de la lengua escrita, con todo el valor simbólico que tiene como álgebra del lenguaje. Por eso, -teniendo en cuenta los cambios críticos del desarrollo natural y cultural durante la infancia y la adolescencia y las características individuales de su medio social-, la escuela debe cumplir con la misión de promover intencionalmente su aprendizaje a través de amplios repertorios de estrategias.

 

Por cierto que en esas estrategias ocupan un lugar importantísimo las obras literarias. Pero no por didactismo, sino por el papel esencial que ellas tienen para la adquisición de la lengua escrita generando el amor por la lectura.

 

F.L.: ¿Qué nos puede comentar respecto del rol del nivel inicial y de los diferentes ciclos de la escuela en el acercamiento a la lectura?

 

B.B.: En el nivel inicial, sobre todo en ¿preparatorio? y en el primer grado, la repetición de la lectura de cuentos y poesías -junto al placer-, permite que los niños relacionen la visión con el sonido cuando manipulan el libro que le fue leído por el maestro. Al oír y ver nuevas palabras, además de enriquecer su caudal lingüístico, pueden desarrollar la ?toma de conciencia lingüística?, que se inicia con la comprobación de que le escritura es un lenguaje que reproduce lo que se habla.

Mientras tanto, a través de la obra literaria, fortalecen su desarrollo emocional, social, cognitivo y moral. Aunque al principio no puedan verbalizar los temas y símbolos literarios, reconocen la bondad y la lealtad de un personaje para cumplir una promesa, su desventura ante una injusticia, su coraje para vencer el miedo, su ingenio para vencer contrariedades. Progresivamente, a medida que vencen las dificultades que presenta el sistema alfabético de escritura,- con la ayuda, además, de estrategias específicas, los niños irán desarrollando los procesos superiores de la mente que les faciliten el acceso a la comprensión profunda del simbolismo de los signos escritos.

A lo largo de la escolaridad, para desarrollar la comprensión y la imaginación, deben estar a disposición de la escuela y su currículo, todas las formas y géneros literarios que el maestro necesita manejar: prosa y poesía, realidad y ficción, exposición y narración, tradicional y contemporáneo. Desde el primer ciclo pero especialmente a partir del segundo, las estrategias -y en particular las preguntas de alto nivel-, conducen a la formación de conceptos mientras se adquieren los conocimientos.

 

F.L.: ¿Cual debe ser el rol del maestro, en particular, en la promoción de la lectura?

 

B.B.: El rol del maestro es, desde luego, un rol esencial, muy complejo y muy gratificante. Ante todo, debe ser él mismo un lector apasionado para transmitirle al alumno el entusiasmo por la lectura y estar interesado en todos los géneros literarios.

Pero, al mismo tiempo, debe tener una excelente formación profesional para conocer a los alumnos en su nivel evolutivo y las experiencias culturales en el medio social y cultural de cada uno según cual fuere la lengua o el nivel educacional de la familia en que se desarrolló.
Debe tener conocimientos sobre la lengua escrita y saber enseñarla, con habilidades para aplicar estrategias grupales, individuales y contextuales estableciendo, además, relaciones fluidas con la familia y la comunidad. Debe confiar en la aptitud de sus alumnos y en sí mismo para influir en su desarrollo.

El maestro necesita armonizar sus acciones en un contexto escolar propicio, discutiendo y planificando sus acciones en un proyecto compartido, en colaboración con sus colegas, a su vez coordinados por una dirección comprometida en un plan de colaboración entre pares que le dé sustento a cada uno y continuidad en el trabajo de todos.

Mucho podría decirse, además, sobre la responsabilidad del Estado en la jerarquización de los maestros como profesionales eficientes.

 

F.L.: ¿Qué tipo de actividades acercan los niños la lectura y los motivan para leer? ¿Qué tipo de propuestas los ayudan a mejorar la capacidad para comprender los textos?

 

B.B.: Hay que empezar por insistir en las actividades que no se deben hacer, tales como la enseñanza memorística de las letras y sus combinaciones, según ocurre todavía con demasiada frecuencia aunque muchas veces de manera encubierta.

Se trata de practicar una lectura activa centrada en la comprensión. Por eso, cuando el pequeño no sabe leer, es el adulto, -la madre primero y el maestro después-, con preguntas, intercambios y comentarios, quien le ayuda a comprender el texto para que pueda disfrutar el contenido y sus expresiones. Y ese disfrute es la mejor motivación.

Es la ayuda lo que le permitirá al niño hacerlo más tarde por sí mismo. O, en otros términos, es el andamiaje que le permite construir su comprensión. No quiere decir que no haya que ayudarle también, -sobre todo en el preparatorio y en primer grado-, a realizar su ?toma de conciencia lingüística? para llegar al ?principio alfabético?. Sin abandonar la comprensión que se realiza en la lectura compartida, consiste en estrategias que atienden a la complejidad del sistema alfabético de escritura en su relación con el lenguaje hablado que representa, que son convenientes para todos pero muy necesarias para aquellos niños que no han tenido suficientes experiencias con el lenguaje escrito durante la primera infancia.

Cuando logran dominarlo, pueden poner toda su atención en la comprensión del texto, -y con eso motivarse para leer activamente y escribir con sentido-, sin tropezar con los mecanismos del código de la lengua escrita.

Un buen maestro sabe que, más allá de la literatura de ficción o de fantasía, todo el currículo ofrece motivos para leer si en el alumno se despierta el interés por aprender y el maestro, además de saber hacer preguntas, lo motiva para preguntarse a sí mismo y para confrontar con otros lo que sabe y cree saber. La interpretación de láminas, de esquemas, mapas conceptuales y su confección, es requisito de la lectura para aprender.

 

F.L.: La fuerte presencia de la televisión, de internet y de los juegos electrónicos en la vida cotidiana de muchos niños, ¿de qué modo afecta sus habilidades y motivaciones para la lectura y escritura?

 

B.B.: Es indudable que el uso indiscriminado y sin límites de la televisión sustrae de la lectura a los adultos y a los niños. Que los somete a la pasividad física que puede tener consecuencias para su salud y les quita el beneficios que tenían muchos juegos infantiles, -ahora en desuso-, para el ejercicio de la relación con el otro. Que si bien tiene el beneficio de realizar conocimientos con autonomía, sóllo puede hacerlo limitadamente si no dispone de la cooperación que subyace en el aprendizaje humano. Y, si bien es cierto que puede relacionarse en el espacio sin límites por internet, corre los riesgos de la navegación sin brújula.

Sin embargo, esos medios, por ser los instrumentos de un cambio cultural de tantas proporciones, tienen que ser reconocidos tanto por la familia como por la escuela para que los niños sean ciudadanos ?alfabetizados? en el siglo XXI. Existen proyectos para relacionar la enseñanza del texto escrito con la comprensión activa del texto en la pantalla de la televisión mediante recursos que también requieren, en sus respectivos escenarios, de la interactividad de los niños con padres y maestros.

Otros desafíos presenta la informática en la medida en que avanza la provisión de computadoras para todas las escuelas como está ya previsto a corto plazo, ante la fascinación que sobre los alumnos tiene internet y por la rapidez de sus resultados. Pero los alumnos suelen sentirse perdidos y perplejos para manejarse con el hipertexto, compuesto por bloques de palabras o imágenes electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o recorridos en una textualidad abierta, inacabada.

Esas dificultades suelen homologarse con el nuevo concepto de la ?intertextualidad?, explicita en el texto académico con sus referencias bibliográficas, notas, cuadros, e implícita en la obra literaria, con la intersubjetividad expresada en distintas voces y su reacción en la subjetividad del lector. Por eso, se considera que un alumno formado en la alfabetización avanzada que domina la comprensión activa del texto escrito, que más que extraer el significado del mismo lo construye activamente, interactuando a través de conocimientos y experiencias previas y de interacciones recordadas o anticipadas, puede manejar el hipertexto en el internet sin abrumarse ante la complejidad de la red.
Son argumentos para alentar y mantener la unidad de la alfabetización con la tecnología de la información y comunicación.

 

F.L.: Usted ha comentado que tan grave como el analfabetismo es leer y no comprender lo que se lee?. ¿Nos podría ampliar este comentario?

 

B.B.: La falta de comprensión significa reducir el texto a la decodificación de los signos que, -a diferencia de los sistemas ideográficos-, en el sistema alfabético solo representan sonidos. Sin la comprensión, suprimida la semántica, la escritura deja de tener sentido y su lectura queda reducida a emisiones verbales sin lenguaje.

Aunque, lamentablemente suele ocurrir y con demasiada frecuencia, que muchos llegan a ?leer? descifrando fluidamente, sin penetrar en la profundidad del texto. Como resultado ignoran, no saben lo que pronuncian o lo saben muy superficialmente con las consecuencias que están a la vista en las pruebas de evaluación, internacionales y nacionales. Y en consecuencias individuales y sociales similares a las del analfabetismo.

 

F.L.: ¿Qué les diría a los maestros que participan en los programas de promoción de la lectura y de la alfabetización desarrollados por la Fundación Leer?

 

B.B.: Les diría que tienen la suerte de recibir una ayuda tan responsable y que aprovechen el valioso aporte de los calificados profesionales que intervienen en su perfeccionamiento para honrar a la dignidad de su profesión. Ya que, por más que avance la tecnología, ellos siempre tendrán el rol esencial en la promoción de la lengua escrita para todos.

 

Qué pueden hacer los padres para crear el hábito de lectura en sus hijos

18 junio 2014

Rocío Brescia

FUNDACIÓN LEER.

LA CAPITAL. Rosario, 21 de septiembre de 2013

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No obligar a leer, visitar las librerías y compartir lecturas, son algunos de los consejos posibles de prestar atención

Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por los niños como una imposición más de padres y profesores.

El niño puede crecer sin el hábito de dedicar parte de su tiempo a sumergirse en las letras y a enfrentarse con fascinantes aventuras en los mares del sur. Es precisamente en la primera década de la vida cuando las personas pueden adquirir este hábito; en esos diez años se tiene la oportunidad de asimilar para siempre el placer de leer como una necesidad consentida y deseada. Los pedagogos afirman que se aprende a disfrutar de la lectura y, por lo tanto, hay que ser conscientes de que se trata de algo que se puede enseñar. Para ello, es básico el núcleo familiar. Enseñar a leer es la asignatura que los padres deben transmitir a sus hijos, teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, gustos e intereses. En definitiva, el reto es estimular la curiosidad por los libros.

¿Qué puedo hacer para que mis hijos lean?

• No obligar a leer. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo de ocio, igual que ver la televisión o jugar. En edades muy tempranas serán el padre y la madre los que directamente ejerzan esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños quienes decidan cuánto, cuándo y dónde van a leer.

• Accesibilidad de los libros. Aunque no se trata de juguetes, los libros deben ser accesibles, tanto los propios como los ajenos. Es necesario quitarles ese estatus de objeto importante que sólo adorna las librerías. Es más, se han de potenciar las bibliotecas propias desde que nacen, porque un libro después de ser leído, traspasa el umbral de lo meramente material.

• Visitar librerías. Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque la literatura a los hijos. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades familiariza al niño con este tipo de comercio y le añade atractivo. Además, si se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.

• Costumbre diaria. Leer todas las noches un cuento a los más pequeños se convertirá con el tiempo en un hábito de lectura diaria.

• Resolver dudas. Se deben buscar juntos en el diccionario los términos que no se entiendan. Con ello se inculca la buena práctica de ampliar vocabulario.

• No prohibir libros. Hay que prestar mucha atención en la edad crítica de la adolescencia, porque grandes lectores infantiles se pierden en esa etapa. En ese sentido, la libertad de elección será determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En vez de eso, es importante explicar por qué no se va a entender lo que se lee, y cuál es el motivo para que no merezca perder el tiempo. De esta forma, se logrará despertar su espíritu crítico.

• Ser socio de una biblioteca. Una costumbre fácil y asequible es acompañar desde muy pequeños a los hijos a las bibliotecas. Posibilitan acceder a los libros sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero. Además, sirven para enseñar cómo escoger los títulos, e introducen a los pequeños lectores en el valor de la responsabilidad, ya que son ellos los que deben devolver el ejemplar prestado.

• Adaptarse a los gustos. Todo es susceptible de convertirse en la excusa que acerque a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que les llamen la atención o una película que les haya entusiasmado son ocasiones inmejorables para suscitar la pasión por los libros.

• Compartir la lectura. Cuando los niños crecen, se les puede ofrecer libros que estén leyendo los padres. Es muy motivador y divertido comentar en familia sobre los personajes o cualquier capítulo que les haya resultado interesante. La lectura es un atractivo tema de conversación entre padres e hijos.

Es fundamental transmitirles a los niños que leer libros también tiene otras ventajas además de potenciar la atención y estimular la curiosidad por diferentes temas: ayuda a expresar de mejor forma los pensamientos, así como a mejorar las relaciones humanas.

 

¿QUÉ ESTÁS LEYENDO? Voces

9 mayo 2014

Comparto una selección de videos sobre el tema. Sin duda importante e interesante:

 

«Me gusta escribir historias donde los profesores saben menos que los alumno» – Antonio Skármeta (Chile)

http://www.questasleyendo.org/voz_antonio_skarmeta.php

 

«Un buen lector es alguien que sabe escuchar» – Magdalena Armstrong (Chile)

http://www.questasleyendo.org/voz_magdalena_armstrong.php

 

«La calle es más rápida que las instituciones» – Ignacio Elguero (España)

http://www.questasleyendo.org/voz_ignacio_elguero.php

«Lo audiovisual ocupa todo, para un joven hoy…» Ñ»scar López – España

http://www.questasleyendo.org/voz_oscar_lopez.php

 

«Lo importante a la hora de leer no es el soporte es la intención…» – Lorenzo Silva (España)

http://www.questasleyendo.org/voz_lorenzo_silva.php

 

«Tuve la suerte de nacer en una casa llena de libros con una abuela que me leía» – Clemencia Venegas (Colombia)

http://www.questasleyendo.org/voz_clemencia_venegas.php

 

«En nuestro club de lectura no solo leemos libros actuales sino también clásicos, poesía… Y, además de leer, comemos tartas» – As pintoras daltónicas – CPI Dos Dices de Rois (España)

http://www.questasleyendo.org/voz_as_pintoras.php

Paixon por la lectura – Lectores del IES As Barxas (España)

http://www.questasleyendo.org/voz_lectores_barxas.php

 

Y tú, ¿qué estás leyendo? – Fontem Albei de Afonsagrada (España)

http://www.questasleyendo.org/voz_lectores_fontem.php

PAPEL SOCIOCOGNITIVO DE LA ESCRITURA ( III)

15 abril 2014

Lucía Obando Velásquez

Profesora Asistente Universidad Pedagógica Nacional – Colombia

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2.6 Transacción

En los últimos quince años ha influido, poderosamente, en el ámbito académico y científico mundial, la concepción de Louis Rosenblatt (1985) considera la lectura como una transacción. En 1978, también Ferruccio Rossi Landi, planteaba ideas semejantes en su libro “El lenguaje como trabajo y como mercado”.

Se considera muy novedoso este enfoque porque hasta ese momento, lo que se había enfatizado era “la construcción de significado” por parte del lector Smith (1978ª), señalaba, por ejemplo, la interacción entre la información virtual que ofrece el texto y la no visual que es la que posee el lector. Spiro (1980), destacaba el proceso de construcción de sentido, que no es otra cosa que la interacción entre el texto y el lector.

Para algunos críticos en esta concepción se mostraba al lector y al texto como dos entidades separadas autónomas y “lo trataron de relacionar con el modelo mecanicista de la Física Clásica que tiene en cuenta la dualidad sujeto cognoscente- objeto conocido” (Dubois, 1995:7).

 Dentro de los nuevos paradigmas científicas, de los últimos quince años, fue ganando reconocimiento el concepto de transacción tomado de Dewey y Bentley (citado por Dubois, 1995). En esta nueva concepción tanto los organismos como los seres humanos son consideramos como elementos constitutivos del evento total.

 Rosenblat (1988) considera el acto de lectura como una transacción, puesto que el carácter de lector se adquiere frente al texto y es a través de ese acto que el texto adquiere significación: “el significado no reside ya hecho en el texto o en el lector, sino que sucede en la transacción entre el lector y el texto.”

 Las anteriores reflexiones acerca de la construcción de significado en el proceso de lectura fueron también vistas como útiles dentro del proceso de escritura. Rosenblat (1988), insiste, nuevamente, el el carácter transaccional de la escritura y lo considera como “un evento en el tiempo, ocurriendo en un momento particular en la biografía de un escritor, en circunstancias particulares, bajo presiones particulares internas y externas.

 Podemos señalar que, a partir de este nuevo enfoque, las transacciones que se tienen con el texto contribuyen a considerar la escritura como un serio proceso de aprendizaje y ante todo de descubrimiento, en que ésta adquiere una nueva dimensión, porque tiene como fondo la inagotable e inabarcable totalidad del universo y porque “nos permite pensar en una forma nueva la relación del hombre con el hombre y de éste con el mundo que lo rodea” (Dubois, 1995:9)

ALFABETIZCIÓN Y EDUCACIÓN Lecciones desde la práctica innovadora en América Latina y el Caribe (V)

26 marzo 2014

ALFABETIZCIÓN Y EDUCACIÓN
Lecciones desde la práctica innovadora en América Latina y el Caribe

Autoras:
María Isabel Infante y María Eugenia Letelier, Sociedad de Profesionales Ancora
Publicado en 2013 por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago)

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1.2. ¿Qué hemos aprendido sobre alfabetización?
En estos sesenta años de recorrido se pueden verificar algunos avances a nivel de la evolución del concepto. De la noción de alfabetización como una destreza elemental, que consiste en decodificar grafemas aislados –basada en la idea de que alfabetizarse es un proceso fácil que va desde los sonidos elementales del habla a las grafías sencillas de la escritura– se ha transitado hacia una noción compleja, dinámica, que demanda interacción con el medio y requiere la adquisición de un sistema de representación que permita el acceso y permanencia en la cultura letrada. De la noción de alfabetización como una destreza simple y única, hemos aprendido a reconocerla como un proceso de aprendizaje de habilidades que se sitúan en un continuum que se desarrolla durante toda la vida, y cuyos dominios y aplicaciones están en continua revisión y expansión.

Por otra parte, de la percepción del analfabetismo y la alfabetización como meras cifras o índices cuantitativos, hemos avanzado a comprender que la calidad y equidad son componentes inseparables de cualquier esfuerzo alfabetizador y que la alfabetización es un derecho humano básico, cimiento del ejercicio de los demás derechos. Se ha avanzado desde una concepción de la alfabetización como punto de llegada, restringida a logros rudimentarios en lectura y escritura, a comprender que la alfabetización es la puerta de entrada para el aprendizaje a lo largo de la vida y que incluye una amplitud de dominios, ligados al desarrollo de competencias básicas, que permiten al ser humano moverse en su contexto y continuar aprendiendo. Partiendo de una noción restringida del aprendizaje de la lengua y de individuos que se alfabetizan aisladamente, se ha comprendido la necesidad de garantizar entorno letrados y sociedades alfabetizadas que permitan usar y verificar lo que se ha aprendido, encontrar estímulos para seguir aprendiendo y darle sentido y continuidad a la alfabetización.

En esta misma línea, se tiene mayor conciencia de que la alfabetización está determinada histórica y culturalmente y de que existe una relación entre democratización de la sociedad (o de la educación) y el analfabetismo. Se ha puesto atención en la correlación entre analfabetismo y pobreza, ya que se percibe la necesidad de un proceso de alfabetización como parte de un compromiso más amplio orientado a superar la pobreza. Hay una mayor conciencia de que la alfabetización y la educación de los adultos es  responsabilidad del sistema educativo en su conjunto y de una concertación ampliada entre este y las organizaciones sociales. En este sentido, debe considerarse que la alfabetización tiene “dos puntas”: garantizar el acceso y calidad de la alfabetización infantil en la escuela primaria, para evitar la reproducción del analfabetismo adulto, e impulsar acciones educativas que permitan a los adultos el acceso a la cultura escrita.

A su vez, debe considerarse que en la actualidad, los diversos y sofisticados medios de comunicación audiovisual y la invención y masificación de las computadoras, suponen un lenguaje y una comunicación que desafía a los sistemas educativos y que es componente fundamental para la superación de la brecha tecnológica. Los elementos de la modernidad y globalización revelan la aparición de nuevos códigos que dan acceso al ejercicio pleno de la ciudadanía y que plantea grandes demandas a los procesos de alfabetización y a la educación.

En esa perspectiva, muchos piensan que para ser ciudadano hoy día se necesita no solo saber leer, sino también escribir, y hacerlo también en forma virtual. Se requiere de una alfabetización que capacite para asumir la palabra, para expresarse, para escribir, que desarrolle la capacidad interpretativa para “leer” lo que se comunica a través del computador, lo que se dice a través de la televisión o los periódicos (Barbero, 2005).

La aparición de la comunicación digital ha acelerado el estudio de las culturas orales y escritas, en la búsqueda de comprender la comunicación propia de las sociedades de la información y el conocimiento. Los especialistas piensan que la cultura se está convirtiendo en menos letrada y que se observa el retorno a una cultura oral y de imágenes: el teléfono, la TV, las computadoras, el correo electrónico y el chat son muestras de esto. Con la comunicación digital ha cambiado el espacio generador de la escritura. Los nuevos textos se alojan más en pantallas y se están asimilando al lenguaje oral, pues se tornan más interactivos: son comunicaciones que exigen reciprocidad y respuesta inmediata. Sin embargo, esto no cambia la noción de alfabetización como la habilidad para identificar, entender, interpretar, crear, comunicar y calcular, mediante el uso de materiales escritos e impresos relacionados con distintos contextos y en diferentes formatos.

Considerando estas perspectivas, el Director General de la UNESCO en el año 2003, señor Koïchiro Matsuura, en el prefacio de una publicación de la organización señala:

La alfabetización se refiere a algo más que a leer y escribir – se refiere a cómo nos comunicamos en la sociedad. Tiene que ver con las prácticas sociales y las relaciones, con el conocimiento, la lengua y la cultura. La alfabetización –el uso de la comunicación escrita– encuentra su lugar en nuestras vidas de forma paralela a otras formas de comunicarnos. Ciertamente, la alfabetización misma toma varias formas: en el papel, en la pantalla de la computadora, en la televisión, en los afiches y anuncios. Los que están alfabetizados lo dan por sentado –pero los que no, quedan excluidos de mucha de la comunicación del mundo de hoy (UNESCO, 2003, p. 1).

 

Cómo enseñar a hablar, a escuchar y a escribir (I)

6 marzo 2014

Trudy Wallace,

Winifred E. Stariha

y Herbert J. Walberg

SERIE PRÁCTICAS EDUCATIVAS – 14

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Prefacio

Tal como lo indica el título, este folleto trata acerca de cómo enseñar a hablar, a escuchar y a escribir. Complementa folletos anteriores que promueven el lenguaje en el nivel preescolar, la lectura y la enseñanza de otros idiomas. Ha sido preparado para ser parte de la serie Prácticas Educativas, concebida y distribuida por la Academia Internacional de Educación y la Oficina Internacional de Educación.

 

Como parte de su misión, la Academia proporciona síntesis oportunas de investigaciones en temas educativos de importancia internacional. Este es el décimo cuarto folleto de una serie que aborda prácticas educativas que, por lo general, mejoran el aprendizaje.

 Los dos primeros colaboradores en la planeación y elaboración de este folleto son distinguidos educadores y académicos. Trudy Wallace dio clases de inglés en el nivel secundaria y de redacción en el nivel posgrado. Ha dirigido investigaciones acerca de escritoras prominentes en la Universidad de Oxford en el Reino Unido, en la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica y en Caracas, Venezuela.

Es editora del International journal of educational development y, actualmente, se desempeña como directora del área de “Gifted, Talented and Enriched Academics” las Escuelas Públicas de Chicago. Winifred E. Stariha es profesora del Near North Special Education Center en Chicago. Ha impartido clases a estudiantes regulares, bilingües y especiales, así como otras destrezas del lenguaje a adultos de muchos países, cuya lengua materna no es el inglés. Ha dirigido investigaciones acerca de mujeres artistas y músicos y ha presentado sus trabajos en conferencias internacionales en la República Checa, España, Sudáfrica, Finlandia, el Reino Unido y Venezuela.

Inicialmente profesor adjunto de pedagogía en la Universidad de Harvard, Herbert J. Walberg es ahora investigador titular en el Mid-Atlantic Laboratory for Student Success, académico universitario y profesor-investigador emérito de pedagogía y psicología en la Universidad de Illinois en Chicago, es también miembro distinguido visitante de la Universidad de Stanford. Editor y autor de más de 50 libros, ha sido colaborador en más de 300 investigaciones reseñadas por otros académicos en revistas de psicología y pedagogía, y ha escrito ampliamente para educadores y diseñadores de políticas, además de ser el editor de esta serie de folletos. Es miembro de la American Psychological Asociation, la American Association for the Advancement of Science y la Royal Statistical Society.

Los directivos de la Academia Internacional de Educación están conscientes de que este folleto se basa en la investigación llevada a cabo, principalmente, en países económicamente desarrollados. Sin embargo, el folleto se enfoca en aspectos universales del desarrollo y enseñanza del lenguaje hablado. Las prácticas que aquí se presentan probablemente puedan aplicarse de manera general en todo el mundo. De hecho, podrán ser útiles especialmente en países menos desarrollados económicamente. Aun así, los principios deberán evaluarse con base en condiciones locales y adaptarlos de manera acorde.

En cualquier escenario educativo o contexto cultural, es necesario que las sugerencias y las directrices se apliquen con sensibilidad, sensatez y una evaluación continua.

 HERBERT J. WALBERG

Editor de la serie Prácticas educativas  /  Universidad de Illinois, Chicago

Introducción

Escribir, hablar y escuchar son destrezas de comunicación importantes en todas las materias de un plan de estudios. Por lo tanto, leer y escribir debe ocupar un lugar central en el mismo. Incluso, las diferencias de nivel de lectura y escritura entre los estudiantes significan que algunos de ellos no han adquirido los fundamentos verbales del aprendizaje. Por esta razón, un creciente número de estudiantes no cumple con un nivel adecuado de alfabetización, a medida que avanza en la escuela.

Este folleto responde a peticiones acerca de principios y prácticas de enseñanza que tratan el problema mundial de aumentar las destrezas de lecto-escritura. Aprovechando las investigaciones pedagógicas y una amplia experiencia de prácticas en el salón de clases, se explican principios para aumentar las destrezas para leer y escribir. El folleto recurre a la investigación pedagógica y a una amplia experiencia, basadas en prácticas educativas, para explicar principios importantes que aumentan la capacidad de leer y escribir.

A diferencia de la lectura, se ha llevado a cabo una proporción mucho menor de investigación respecto a las otras tres destrezas del lenguaje que se abordan en este folleto. Por esa razón, la limitada investigación se complementa con el punto de vista de expertos y educadores con una amplia y variada experiencia en la enseñanza de destrezas del lenguaje.

 

1. Tiempo para aprender

Destine una gran cantidad de tiempo al aprendizaje de la lengua. Si bien los principios de enseñanza que se presentan a continuación fomentan las destrezas de escritura, del habla y de escuchar, éstos no constituyen sustitutos plenos de una exposición extensa al buen uso y práctica de la lengua. En igualdad de circunstancias, si los estudiantes dedican más tiempo al estudio de los elementos, de un principio o a la práctica de una destreza de la lengua, aprenderán mejor. La enseñanza y las horas de estudio en la escuela, así como el trabajo escolar en casa, aceleran el aprendizaje de los estudiantes.

 Diversos estudios han demostrado que ampliar el tiempo de enseñanza, incrementar el número de clases, alargar la jornada escolar, participar en cursos de verano realizar tareas en casa, fomentan el aprendizaje de la lengua. Los inmigrantes y los estudiantes que hablan lenguas de grupos minoritarios, así como los estudiantes de bajos recursos, necesitarán mucha más instrucción y más oportunidades para practicar.

 El resto de los principios expuestos en este folleto tienen que ver con la calidad y los principios de la enseñanza, más que con la cantidad de instrucción. Sin embargo, la cantidad de instrucción y de estudio debe tener la misma importancia, ya que ambos son ingredientes cruciales para el aprendizaje.

 2. Lecciones variadas

Los estudiantes necesitan una variedad de experiencias relacionadas con escribir, hablar y escuchar. En la escuela y en la vida, los estudiantes enfrentan una variedad de circunstancias en las que requieren destrezas de lenguaje. Por esta razón, la experiencia con una serie de lecturas y actividades escritas y orales en la escuela puede ayudar a los estudiantes a adquirir las destrezas indispensables para tener éxito. Por ejemplo, es necesaria que practiquen diferentes tipos de escritura. Los maestros pueden dar diferentes indicaciones para todo tipo de escritura; sin embargo, en ciertos tipos específicos (poemas o ensayos) es probable que hagan falta lecciones especiales.

 Los estudiantes pueden obtener beneficios al practicar la escritura utilizando los resultados de sus propias investigaciones, o bien recurriendo a la expresión de sus propios sentimientos y vivencias.

 Las estrategias de escritura inherentes a cada una de estas formas normalmente requieren una enseñanza explícita, una práctica frecuente e información dirigida a los estudiantes acerca de sus progresos.

 3. Práctica oral

 Dé oportunidades a los estudiantes para practicar destrezas específicas de lenguaje hablado. Los estudiantes mejoran el habla formal cuando los maestros les proporcionan elementos para organizar sus ideas al preparar una presentación. Las presentaciones orales de los estudiantes pueden mejorar cuando organizan su exposición de diferentes maneras, por ejemplo en secuencias, o de manera cronológica o temática. Es necesario que practiquen el orden de su discurso alrededor de problemas y soluciones, causas y resultados, similitudes y diferencias.

 Después de decidir acerca de los mejores medios para organizarse, podrán practicar sus presentaciones con otros compañeros o con todo el grupo.

 Los maestros también podrán ayudar a los estudiantes a adaptar sus presentaciones y pláticas informales, para que correspondan con los interlocutores pretendidos, la información que debe comunicarse y las circunstancias de la ocasión en la que hablarán. Los maestros pueden ilustrar la manera en que oradores famosos han adecuado sus exposiciones a diferentes circunstancias.

 Los maestros pueden dar herramientas a los estudiantes para exponer ideas a compañeros de manera individual, a grupos de compañeros o a grupos completos de estudiantes. Pueden aprender a hablar acerca de un tema que hayan elegido ellos mismos o un tema asignado por el maestro. La preparación de debates y la participación en los mismos ayuda a los estudiantes a ver las dos perspectivas de diferentes temas. Los estudiantes también obtienen beneficios a partir de entrevistas que realicen y de su participación en representaciones teatrales.

 Pueden disfrutar al hablar acerca de sus experiencias personales, y cuando se les da esta oportunidad pueden aprovechar la enseñanza acerca de los elementos de una buena narración oral.

 Maestros y estudiantes pueden aportar sugerencias para las presentaciones orales de estos últimos. Al criticar de manera constructivas a los demás, los estudiantes pueden aprender a aplicar criterios para una óptima expresión oral y emplear destrezas sociales con tacto. Con ello, pueden aumentar y mejorar sus propias destrezas orales.

 Los estudiantes también pueden aprender destrezas orales y sociales sugiriendo posibles mejoras a las presentaciones ajenas. Las experiencias positivas pueden conducir a una mayor adquisición de destrezas y confianza al hablar frente a grupos más numerosos.

 4. Destrezas verbales

 Enseñe a sus estudiantes a adaptar su lenguaje a situaciones específicas. Los estudiantes necesitan conocer las diferencias entre los hablantes y la manera en que circunstancias específicas requieren diferentes formas de lenguaje . También pueden aprender acerca del efecto que el estilo del habla puede suscitar en los oyentes, y cómo la velocidad que empleen al hablar, el volumen y la precisión de su pronunciación pueden diferir sustancialmente de una situación a otra.

 Es útil para los estudiantes saber que el habla puede cambiar en términos de formalidad al dirigirse a un juez, a un maestro, a uno de sus padres o a un compañero de juegos. También pueden beneficiarse del aprendizaje acerca de las diferencias entre distintos dialectos.

 Las materias del plan de estudios y los ejemplos provenientes de los medios de comunicación pueden ofrecer oportunidades para diferentes tipos de lenguaje. Las exposiciones orales pueden derivarse de poemas, historias, artículos de periódico o de revista, así como de reportes científicos. La actuación teatral y la observación de rutinas cómicas y obras dramáticas pueden ser oportunidades enriquecedoras para analizar cómo un personaje o las circunstancias provocan un efecto en el habla.

5. Cómo reducir el miedo a hablar

 Proporcione oportunidades para practicar el habla ante grupos cada vez más numerosos. Niños, adolescentes y adultos algunas veces experimentan temor ante el reto de hablar de manera formal frente a grandes grupos. Los maestros pueden ayudar a reducir temores sin fundamento, explicando qué tan comunes son éstos entre las personas y cómo los manejan. También pueden ayudar a reducir estos temores al mantener una atmósfera cordial en el salón de clase, así como proporcionar oportunidades para que los estudiantes practiquen solos o con algún compañero y, después, ante grupos más grandes. De esta manera, los estudiantes pueden practicar presentando información, contestando preguntas y conduciendo discusiones de grupo. Las presentaciones/ exposiciones y los debates frecuentes en el salón de clases permiten a los maestros diagnosticar y solucionar problemas.

 Los estudiantes pueden aprender mejor al fijarse ellos mismos objetivos en sus presentaciones verbales y evaluar su propio progreso. La observación de oradores competentes puede ayudarlos a fijar dichos objetivos. La práctica de las exposiciones orales, a partir de estas indicaciones, puede reducir la ansiedad de los estudiantes y, al mismo tiempo, ayudarlos a aprender el tema de una lección.

 Los estudiantes tendrán menos motivos de sentir temor y ansiedad y, con toda probabilidad, obtendrán buenos resultados si están bien preparados. La preparación puede mejorar mediante el dominio a fondo del tema, una organización apropiada y el ensayo de la presentación.

Proyecto: Cuentos cuenteretes en la cocina (I)

30 diciembre 2013

Claudia Susana Funes Marquez
Movimiento los sin techo. Jardines Materno-Infantiles

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Propuesta de trabajo áulico en el cual se va a incentivar el goce por la lectura, la creación de cuentos y  el desarrollo de la imaginación a partir de elementos y circunstancias cotidianas.

1-Nombre y breve caracterización de la organización en la que implementaremos los espacios

El Movimiento los sin techo (MLST), nace como un trabajo de erradicación de ranchos en la marginalidad santafesina, teniendo como pensador y ejecutante al Padre Atilio Rosso.

Año tras año, este Movimiento fue adquiriendo mayor fuerza y relevancia, encontrando dirigentes  barriales y cada vez más familias beneficiadas.

Junto a la erradicación de ranchos surge la necesidad de darle a ese hombre una característica diferente: mejor salud, educación, fortalecer su alimentación, elevar su autoestima mostrándole nuevas perspectivas de vida.

En la actualidad, esta institución posee un equipo de trabajo organizado por áreas (salud, construcción, educación inicial, computación e internet, proyecto de copa de leche, capacitación laboral, etc.), que desarrolla sus actividades en 26 barrios periféricos de la ciudad. En éstos, funcionan 24 copas de leche de mañana y de tarde; 12 centros de salud, 18 jardines materno-infantiles, 2 preescolares, 8 salas de computación, etc.; con la ayuda de los mismos beneficiarios del barrio que son capacitados para acompañar la labor de docentes y demás profesionales, dando así una participación activa del barrio en la solución de sus problemáticas.

2- Describimos nuestra comunidad

Nuestros jardines funcionan en el corazón de los barrios periféricos de muy escasos nivel socio-económicos. Los padres de los alumnos se dedican a changas, cirujeos. La mayoría de nuestros pequeños provienen de familias con dificultades de relación, en la cual gritos, insultos, desvalorización del más débil y altos índices de violencia son frecuentes por tal motivo, es necesario crear condiciones que favorezcan igualdad de posibilidades a cada uno de los niños que están a nuestro cargo.

Educar en este contexto nos demanda tener una predisposición especial que solo lo pueden tener quienes miran la realidad con una visión transformadora y creyendo que esta tarea es un desafío, una lucha contra el tiempo, en el cual el único objetivo es el niño.

Es por este motivo, que desde hace 15 años, el Padre Atilio Rosso, comenzó con la tarea de fundar jardines maternales en el seno del barrio como una apuesta jugada a la educación que en la actualidad comienza a ver sus frutos, en los muchos alumnos que han pasado por nuestras salas y los que perduraron en la escuela, los cambios observados en las costumbres del barrio, en la forma de vida, en la forma  de gestionar las necesidades.

3- ¿Por qué nos parece importante crear un espacio de encuentro con las familias y los niños de nuestra comunidad?

Una educación basada en las relaciones sociales, en el contexto en el cual trabajamos, es una de las estrategias organizadas y fundamentales en nuestro sistema  educativo, el propósito de esta visión educativa es expandir las formas y funciones de las relaciones y de las interacciones.

En el interactuar los niños con sus familias y con otras familias se mejora la autonomía de las personas y del grupo, el desarrollo de la comunicación se vuelve más complejo cuando se presentan acuerdo y desacuerdos mediantes continuas negociaciones que producen crecimientos de pensamientos y representaciones a través de muchos lenguajes.

Se produce  un sistema simbólico de representaciones donde el adulto es adulto, y el niño es un niño y  todos juntos se hacen preguntas, se escuchan, se refrescan la memoria y se dan respuestas.

Los niños aprenden y se comunican por medio de experiencias concretas como los espacios de nutrición, juego de creación, de cuentos,  vivenciar  a modo de dramatización de estas interacciones.

4- ¿Para qué queremos organizar y construir los espacios?

El niño pequeño es un aprendiz intuitivo, natural, que dotado para aprender los sistemas simbólicos, desarrolla teorías prácticas acerca del mundo físico y del mundo de las demás personas durante los primeros años de su vida. Por esta razón, es que el docente buscará facilitar las expresiones como manifestación de sentimientos, emociones, ideas y deseos, desde y hacia el individuo como medio de sensibilización, goce estético y guía de la comprensión universal.

La expresión se enmarcará en torno a un proyecto significativo dando cabida a la reflexión, con un enfoque holístico e integrador donde ésta armonice con el pensamiento, la sensación y las representaciones.

El acercamiento del niño al libro y al lenguaje escrito no es un proceso aislado, ni debe ser un aprendizaje al margen de todo lo demás, para luego pretender integrarlo a la vida. Al contrario, debe ser, y es parte, de un acercamiento natural, al mundo y su conocimiento.

La música y sus ritmos, así como también las artes plásticas y dramáticas, ocupan un lugar primordial en la educación armoniosa del infante y constituyen no sólo un importante factor de desarrollo, sino también un medio para calmar tensiones, brindar equilibrio y en otros casos, propiciar actos, palabras, estímulos que lleven al niño a experimentar y vivir sus conceptos, a mover su cuerpo explorando el espacio, a dramatizar creando y recreando nuevas formas de ver la vida, plasmar en una producción propia todas sus sensaciones y emociones, estimular su crecimiento de manera integral y atenuar el exceso de energía.

5-¿Qué nos proponemos hacer en los espacios de nutrición, juego y lectura?

Es una triste realidad cotidiana que muchos hogares, destinan escasamente tiempo en enseñar o recursos para cubrir los requerimientos básicos con comidas balanceadas o sustitutos del mismo cuando el nivel económico apenas le es posible, siendo los más perjudicados los niños. En la edad comprendida entre 2 y 14 años el niño se encuentra en pleno desarrollo biológico, físico, psíquico y social. Es decir, se producen cambios notables en las magnitudes físicas y en la composición corporal que tiene como base una buena alimentación. Si las necesidades nutricionales presentes en este grupo de edad no son satisfechas, el organismo sufre alteraciones bioquímicas y fisiológicas a las que se les agrega retardo en el crecimiento, alteraciones cognoscitivas y una menor capacidad física e intelectual.

En este sentido, desde nuestros jardines priorizamos, el trabajo de adquisición de hábitos relacionados al buen comer, a la preparación de los alimentos, contamos con talleres de capacitación del personal de cocina, trabajamos con las familias en talleres de cocina mensuales donde las familias nos cuentan recetas divertidas y las realizan en el jardín, con los niños. El “ser cocineritos” despierta en los niños la curiosidad por la buena comida y la buena alimentación y replican en sus hogares las actividades realizadas. Otras actividades que se pueden realizar y se realizan en nuestras salas son:

  • Disfruten de la escucha de cuentos cuyo tema sea la alimentación, cuidado de la higiene, reciclado de basuras biológicas, etc.
  • Se inicien en la producción de historias y cuentos.
  • Se acerquen al campo literario y lo relacionen con otros lenguajes: corporal, plástico, musical y teatral.
  • Reflexionen sobre la actuación del personaje y sus actitudes.
  • Se expresen oral, gestual y plásticamente.
  • Afiancen la confianza en sí mismo y en sus propias posibilidades.
  • Obras de títeres con diferentes alimentos nutricionales (frutas y verduras de plásticos)

6-¿Cómo lo haremos?

La planificación se realiza como un proyecto transversal a desarrollarse en todos los jardines del movimiento los sin techo mediante talleres semanales con los niños y con talleres mensuales con las familias.

En que espacio físico realizaremos estas actividades?

En cada uno de los jardines del movimiento los sin techo y una puesta final donde se expongan los trabajos realizados y dramatizaciones (espacio de recreación y encuentro supeditado a posibilidades de recursos económicos para realizar traslados de los involucrados en el proyecto hacia un lugar público)

¿De qué manera leen los docentes la cotidianidad escolar y cómo esas lecturas construyen saber pedagógico? (IV)

22 noviembre 2013

Institución Educativa Escuela Normal Superior De Medellín
MaestrosInvestigadores: Gustavo Alzate Ramírez / Carmenza Tobón
Lopera.
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RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Con sus comportamientos los jóvenes sugieren cambios y plantean necesidades de cambio en un mundo acelerado y globalizado, y las puertas permiten o no estos cambios.

Siento que hay más puertas cerradas que abiertas que dan una sensación de encierro, pero más en el fondo está el temor de cobro económico por lo que nos hacen responsables, y la falta de diseño de una estrategia que inculque y vivencie un verdadero sentido de pertenencia que piense
más en el colectivo que en el individual”

“Las puertas a que me refiero que necesitan abrirse para permitir algunos cambios que reclaman los jóvenes son las salas de informática, las salas de química, las de ciencias, naturales, la de la capilla y la de la enfermería, salas que siempre deberían permanecer abiertas […] Existen también
puertas inexistentes y necesarias.”

La Escuela se predetermina como centro generador de un orden social, un lugar desde donde irradia los fundamentos de la convivencia humana. Se contamina de todos los valores humanos, sentimentales, íntimos que se han proyectado sobre su estructura. Un espacio que esconde secretos, rememora voces de antepasados, tiembla, se estremece…, y así queda proyectada toda la interioridad de los sentimientos adquiriendo vida. Devora la intimidad de los habitantes.

La Escuela Normal ya forma parte de cada conciencia individual. Las proyecciones sentimentales vertidas sobre ese lugar, obedecen, quizá a la metaforización del “yo-cuerpo” y “yo-casa”.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“El recibimiento y los saludos hacen de los momentos iniciales del día una ocasión especial para manifestar el afecto entre las personas. Además, permite promover un clima de acogida y seguridad para alcanzar objetivos propuestos, cristalizar valores y dar apertura a la comunicación”

“Se saludan duro, otros se gritan, sonríen, se llaman por apodos. Ellas se abrazan cuchichean, programan citas, intercambian cuadernos, tareas, celulares, labiales, espejos y otros objetos (…) lentamente va creciendo la fila para entrar al edificio central (…) así lentamente se inicia un día
y otro día (…) al llegar los docentes los corredores quedan vacíos, silenciosos…”

No existe una Escuela perfecta, pero en la medida en que responda a las necesidades humanas, se acercará a ello. Sin embargo, así como es más fácil para el ser humano identificarse con un espacio interior, porque, en cierto sentido, puede apropiárselo, investirlo, utilizarlo… El elemento simbólico de su forma es algo más difícil de entender, dado el fuerte carácter subjetivo que su percepción implica.

La Escuela Normal vivida nos habla de la existencia, del día a día, de lo cotidiano. Lo intangible y lo cotidiano. Tomemos lo cotidiano, lo funcional, lo que se puede medir, tan unido al día a día, a lo aparentemente racional, aquello que en nuestra sociedad debe funcionar para, digámoslo claramente, poder sobrevivir.

Una semiosis de la Escuela Normal tiene que pensarse, también, en función de quienes ingresan, de quienes atraviesan sus puertas. “El espacio habitado trasciende el espacio geométrico (…) el cosmos forma al hombre, transforma a un hombre de las colinas a un hombre de la isla y del río. Comprende que la casa remodela al hombre” (Bachelard, 1983, p. 83).

“La transposición a lo humano se efectúa inmediatamente, en cuanto se toma la casa como un espacio de consuelo e intimidad, como un espacio que debe condensar y defender la intimidad” (Ibidem, p. 80). “A veces la casa crece, se extiende. Para habitarla se necesita una mayor elasticidad en el ensueño, un ensueño menos dibujado” (Ibidem, p. 79). Las Escuelas se “llenan” cuando sus “habitantes” las sienten suyas, las hacen parte de su vida misma…las habitan.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Por las puertas de la Escuela pasamos cada día los profesores, que aunque no hagamos un proceso consciente, con seguridad nos introducimos en el mundo de la institución, en el mundo que significa cada niño, en el mundo que representa cada familia, LOGRAMOS AUNQUE SEA
INCONSCIENTEMENTE, abandonar nuestra vida familiar con sus preocupaciones. De 7 a 1.p.m. todos nuestros pensamientos giran alrededor del proceso de formar niños, de corregir comportamientos, de escuchar preocupaciones o experiencias alegres, de aliviar dolores, de ver dientes flojos, de ‘orientar’ practicantes y de recibir besos empegotados
después de haberse chupado un bombón, y de dejar inquietudes bien fundadas para que los niños quieran seguir aprendiendo cuando vuelvan a cruzar las puertas para salir”
“Los niños y los jóvenes, estos sí que esperan cosas bien especiales. Esperan que la escuela les brinde un lugar donde comunicar sus inquietudes, donde buscan el amigo (a) que nunca olvidarán porque los acompañó en un momen to decisivo de sus vidas, un lugar donde puedan olvidar los problemas de sus hogares o donde puedan compartir los valores o vivencias de sus casas, un lugar donde se les tenga
en cuenta como personas en formación, no hechas y derechas. Un lugar donde reclamar a gritos autoridad, aunque no se crea así, los jóvenes sienten que si se les corrige es porque son importantes para alguien, son reconocidos.

Las puertas de la Normal deben ser la entrada al ser, el saber y el hacer”
La Escuela Normal, desde las voces de maestras y maestros, representa el símbolo de acogida o el lugar a propósito para acogerse. Se configura como un objeto que articula en cada inicio de un nuevo día, de una nueva jornada pedagógica; encuentros, miradas educativas de dos mundos que hacen parte del mismo mundo.

Lo cotidiano en la escuela
En el recorrido que nos hemos trazado aparecen la siguientes preguntas: ¿qué es lo cotidiano? y ¿a qué llamamos aquí lo cotidiano? Lo cotidiano, que a veces se confunde con costumbre, con rutinas, con “siempre de lo mismo”, con todo igual, es definido por el diccionario como: “adj. Correspondiente a todos los días, de diario, que se repite cada día”. Pero también aparece su relación como libro diario: “Relación histórica hecha por días, o de día en día” (Casares, 2001).

Etimológicamente cotidiano proviene del latín cotidianus, quotidianus, “dario”, de cotide, quotide, “diariamente”, todos los días, de quot “tantos como; cuantos; cada” (Gómez de Silva, 1999). En Español tiene como sinónimos, entre otros, diario, ordinario, lo de todos los días. Como podemos observar en ninguna de ellas se hace alusión a lo rutinario, quizá porque son nuestras prácticas las que convierten lo cotidiano en rutina y repetición. En nuestro caso particular existen los diarios pedagógicos que circulan, como mediación escritural, en nuestras instituciones; muchos de ellos similares al “anecdotario”, registro de clases y en ocasiones al mal llamado “parcelador”.

La cotidianeidad se mueve entre relaciones organizadas y jerárquicas. Las relaciones organizadas y jerárquicas de la cotidianeidad determinan espacios y tiempos, así como criterios frente a la disciplina y formación de los estudiantes: llegadas puntuales, portar debidamente el uniforme…, que de algún modo determinan también los encuentros con OTROS y con lo OTRO.

En este sentido, la organización escolar distribuye espacios, asigna tiempos en horarios que fraccionan por “entradas” y “salidas”, acompañados por el sonido del timbre, la posibilidad de acceder o no a las aulas, baños, cafetería, biblioteca, salas de informática. Justificados en la idea del funcionamiento “correcto” de la Institución.

Asimismo, los espacios físicos, Núcleos Disciplinares, que comparten los docentes, habilitan proximidades y gestualidades de “lenguajes” presentes y a la vez ausentes de la cotidianeidad escolar. Están también presentes en la cotidianeidad y la conforman las interacciones y los olores que impregnan lugares, y determinan el acceso o prohibición a los mismos: el trapero que va y viene, el olor a desinfectante… se convierten en “lenguajes”, que acompañan las diferentes manifestaciones cotidianas de la escuela.

Y así, entre ires y venires se hacía necesario recorrer el concepto de cotidianeidad, y fue Ágnes Heller en su texto “Historia y vida cotidiana”, la que nos permitió recuperar algunos conceptos. Esta autora define la vida cotidiana como la “totalidad de todas las actividades que caracterizan las reproducciones singulares productoras de la posibilidad permanente de la reproducción social” (Heller, 1970, p. 42). Es pues la vida cotidiana, la vida de todo hombre en la cual éste participa con todos los aspectos de su individualidad en los que intervienen sus sentidos, capacidades intelectuales, habilidades manipulativas, sentimientos, pasiones, ideas e ideologías.

Ahora bien, como la vida cotidiana es heterogénea y jerárquica, se modifica de modo específico según las diferentes estructuras económicas y sociales; características, que posibilitan, un despliegue necesario para que las esferas heterogéneas se mantengan en movimiento.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“La cotidianeidad de la vida escolar nos proporciona muchos
escenarios en los que se reflejan comportamientos típicos de quienes interactuamos para alcanzar propósitos ya como estudiantes, ya como docentes o padres de familia”

“Desde las 6:30 las puertas de la institución son testigos de diferentes actitudes que van desde la apatía hasta el entusiasmo, desde la euforia hasta el mal genio”

El individuo se hace para la vida cotidiana en la medida en que va madurando, ya adulto ha de dominar la manipulación de las cosas, asumir las relaciones sociales; esta capacidad de asimilación y desarrollo de su madurez ha de empezar en grupos pequeños como la familia, la escuela, comunidad. En ellos se transmite al individuo las costumbres, las normas, la ética de otras integraciones mayores. “El hombre aprende en el grupo los elementos y normas de la cotidianidad” (Heller, 1970, p. 42), para sostenerse de manera autónoma en el mundo de lo social, orientarse en situaciones, moverse en el medio de la sociedad.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“A la entrada encontramos algo nuevo. Una o dos páginas escritas en una pequeña cartelera actualizada por la Coordinación de Convivencia, donde nos podemos enterar unos y otros de las actividades de la semana. Acaso un acto cívico, una reunión de profesores antes o después de la una de la tarde, una reunión de padres de familia, una acto cultural o variaciones en el horario de entrada de tal o cual grupo debido a la ausencia de profesores”

“Entre las 6:50 y las 7:00 llega mucha más gente cogidos de la tarde. La puerta principal se colma de estudiantes y apresuran su ingreso para que no los anoten por llegar tarde”

Vista así, la escuela es un grupo de inicio de la maduración donde se trasmiten normas, costumbres y saberes que posibilitan integraciones mayores: La universalidad del trabajo, de la profesión y de los conocimientos como lo plantea Gadamer en Verdad y Método. Entonces, la Institución Educativa se convierte en el espacio propedéutico hacia la consolidación de la ética, el conocimiento y el trabajo.

Por otra parte, “la vida cotidiana está en el centro del acaecer histórico, es la verdadera esencia de la sustancia social” (Heller, 1970, p. 20), y la sociedad no dispone de sustancia alguna que no sea el hombre, pues los hombres son los portadores de objetividad social, y a ellos exclusivamente compete la construcción de cada estructura social y su transmisión. “Pero esa sustancia no puede ser el individuo humano porque éste, pese a ser la totalidad de sus relaciones sociales, no puede jamás contener la infinitud extensional de las relaciones sociales” (Heller, 1970, p. 21). Y continúa, “la vida cotidiana es la vida del individuo, éste es siempre y al mismo tiempo ser particular y ser específico. Es un ser particular en su modo de manifestarse y de conocer; todo conocimiento del mundo y toda pregunta sobre éste es una cuestión de la particularidad” (Heller, 1970, p. 43).

Estudiante grado décimo, en uno de los Relatos de una Maestra
“Las puertas de mi escuela me separan del mundo que realmente vivimos, nos desconectan por un momento de la vida cotidiana”

“La escuela nos abre la posibilidad de aprender, reflexionar, tomar decisiones, tomar en serio las responsabilidades y deberes; mientras que fuera de ellas cambiamos esas responsabilidades, actitudes y lenguajes que no expresamos una vez entramos a la institución”

La vida cotidiana es heterogénea, recab a en varias direcciones, es el hombre entero el que interviene en la cotidianeidad; por su parte homogeneidad significa que concentramos toda nuestra atención sobre una sola cuestión, y por otra parte, que aplicamos nuestra entera individualidad humana a la resolución de esa tarea; proceso que no se puede realizar arbitrariamente sino de tal modo, que nuestra particularidad se dirija en la actividad humana específica que elegimos consciente y autónomamente, esto es, como individuos.

En este punto aparecen otras preguntas: ¿qué tipos de signos emplean los maestros al referirse a la cotidianeidad de la Escuela Normal?, ¿cómo leer la particularidad de estudiante y la universalidad de la cultura? Así como el sastre tiene la particularidad de cada cuerpo, ¿puede el pedagogo tener en cuenta la particularidad de cada estudiante?, ¿cómo leer los tres ejes sobre los que se organizan las instituciones educativas? Eje de las situaciones de aprendizaje, eje de los contenidos, eje de los trayectos, o sea la articulación de los módulos de formación en la Escuela Normal.

Aproximarnos a la manera como los docentes leen la cotidianeidad de la Escuela Normal, nos lleva a pensar que los signos expresan un tejido de prácticas sociales de sujetos históricos. La distribución de los espacios, asignación de tiempos en horarios, que fraccionan por “entradas” y “salidas”, acompañados por el sonido del timbre, las aulas, baños, cafetería, biblioteca, salas de informática, el uniforme, los manuales de instrucciones, entre otros, son signos. A través de su lectura podemos conocer otra u otras realidades; son signos que leemos en nuestra cotidianeidad.

Este tipo de lectura nos exige, de manera fundamental, explicar y comprender los signos, y también interpretarlos, es decir, darles sentido.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Aspectos importantes a tener en cuenta al llegar al aula cada día: Tener el espacio preparado y ordenado, destinar un tiempo para explicar que se espera de la clase; cuidar de las relaciones manifestar afecto y calidez. Buscar espacios para hablar y compartir destinando un para tiempo a
comentar cambios, retos y sorpresas que se esperan”

“Los docentes que controlan la entrada miran, entre otras cosas, el uso del uniforme. La falda que no sobrepase la altura determinada. El color y el tipo de zapatos, el uso de chaquetas que no corresponden con el uniforme, el uso de accesorios no permitidos como aretes, balacas, manillas,
bluyines y estilos no convencionales”

Ahora bien, las diversas circunstancias de la vida cotidiana como la mirada, el vestuario, la postura y la misma escuela nos permiten leer signos. Estos hacen parte de un tejido de relaciones entre objetos, personas, lugares y situaciones que forman una red de relaciones. Ese texto que leemos es la cultura, en nuestro caso, la cultura escolar. La lectura semiótica es un proceso cognitivo que interpreta la realidad. Es un proceso cognitivo en tanto que implica una búsqueda de sentido mediante la explicación y comprensión de los signos. La finalidad de la lectura semiótica es la reconstrucción de los significados. A través del proceso de desarme, montaje, de ir y volver continuamente entre el explicar, el comprender y el interpretar, es el que ofrece la posibilidad de dar razón de la vida cotidiana y de la cultura.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Lentamente va creciendo la fila para entrar al edificio central, allí son revisados por los docentes que les corresponde mirarles que los busos no sean de colores extravagantes, que los zapatos sean los del uniforme,
que el cabello esté organizado. Aún así, bien revisados, cuando llegan a las aulas muchos ya se han transformado en desordenados, por llevar la contraria, por hacerse los héroes o simplemente porque ASÍ ES COMO ME GUSTA VESTIRME”
“Comida en mano, en compañía de los amigos, de las amigas se van a disfrutar el banquete por la piscina, por el coliseo, por las canchas, por los árboles o simplemente se sientan en las jardineras a socializar los sueños, las fantasías amorosas, los pesares y desengaños, las peleas con mamá, los amores fortuitos. Comparten los celulares, los comparan, se toman fotografías, llaman, se peinan y decoran”

La lectura semiótica nos convierte, como maestras y maestros, en investigadores de la cultura, en personas “alertas” y decodificadores de los diferentes signos de la cultura en el contexto pedagógico. La semiótica, como alternativa dentro de la cotidianidad escolar, nos instala en una red de representaciones, escenas y ritos donde la variedad de lenguajes intentan indicar y explicar de qué manera éstos la constituyen. La semiótica, está estrechamente ligada a la Poiesis, al acto de creación.

Es a partir de este acto de creación donde la semiótica encuentra el terreno abonado para desentrañar los sentidos de los discursos puestos en escena, es decir la manera como se gestan las normas, el valor de fondo que manejan los discursos liberadores y en ocasiones como aceptación de la diferencia

¿De qué manera leen los docentes la cotidianidad escolar y cómo esas lecturas construyen saber pedagógico? ¿De qué manera leen los docentes la cotidianidad escolar y cómo esas lecturas construyen saber pedagógico? (III)

21 noviembre 2013

Institución Educativa Escuela Normal Superior De Medellín
MaestrosInvestigadores: Gustavo Alzate Ramírez Carmenza Tobón Lopera.
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La siguiente fue la invitación hecha a los maestros y maestras para convocarlos a la escritura:

TALLERES ESCRITURALES
ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN, 2006
La cotidianidad escolar es el escenario, en el que te mueves cada día, allí estableces relaciones con las personas que habitan ese campo y con los acontecimientos que la caracterizan.

Objetivo
Propiciar un espacio para que los educadores de la Escuela Normal Superior de Medellín, realicen sus aportes al proyecto por la importancia que estos revisten en el proceso de investigación.

Gaston Bachelard, en la Poética del Espacio, (1983) afirma que la casa es nuestro rincón del mundo. Es nuestro primer universo, nuestro cosmos; la casa alberga el ensueño, protege al soñador y nos permite soñar en paz.

La Escuela Normal despierta en nuestras maestras y maestros cercanías a “la casa”, “su casa”, “nuestra casa”, porque el símbolo es manifestación del terreno de los afectos, de las emociones, que abundan en nuestros comportamientos, algunas veces espontáneas y otras veces, reprimidas.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Al comenzar el año, algunas profesoras, de la Escuela Normal Superior de Medellín, de los grados sextos nos pusimos de acuerdo para recibir a los niños con la siguiente nota: ¡Qué bueno que estás aquí! ‘Bienvenido a nuestra casa. Es tu casa de verdad. Tu mochila viene llena de alegría y juntos lucharemos para que tú seas feliz’”.

“…bosque encantado donde me asombra el lateral de la fachada de un palacio antiguo…”

Bachelard nos dice que la casa es un estado psíquico y siempre revela intimidad.

Sin ella el hombre sería un ser disperso […] es cuerpo y alma, es el primer universo del ser humano. Y siempre en nuestros sueños la casa es una gran cuna. La vida empieza bien, empieza encerrada, protegida, toda tibia en el regazo de una casa. (Bachelard, 1983, pp. 33-34)

Gracias a la casa un gran número de nuestros recuerdos tienen albergue.

RELATOS DE MAESTROS Y MAESTRAS
“Él es un maestro cansado, pero con sus sueños quiere ver
a su nieto corretear por los patios ancestrales donde obtuvo
su saber; verlo crecer con alma de maestro, con imaginación
de niño y con alma de viejo, pensar en un mañana
de generaciones triunfantes o vencidas, regresando a su
escuela para su ¡seno de madre estrechar!”
“…lentamente va despuntando el alba, los rayos del sol se
vislumbran tímidos, lánguidos y nostálgicos por encima de
los techos de mi escuela”
“…él mira taciturno, melancólico y un poco cansado cada
uno de los rincones de su amada Normal; aquella que imponente
y silenciosa lo vio correr por sus parajes floridos
de espesos follajes, de frutos maduros de los cuales solo le
queda el recuerdo”

Bachelard recupera la casa desde
… los valores de intimidad del espacio interior, la casa es, sin duda alguna, un ser privilegiado, siempre y cuando se considere la casa a la vez en su unidad y su complejidad, tratando de negar todos sus valores particulares en un valor fundamental. (Bachelard, 1983, p. 36)

Habitación y hogar nos dan un reflejo de la condición de nuestra alma. Los hogares que creamos y donde habitamos, interior y exteriormente, manifiestan un aspecto de nuestra alma.

La casa es un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad. Cada uno habla de su Escuela como la siente; cada uno de acuerdo a su historia personal, inventa, crea o si se quiere fabula la Escuela Normal.

En ese entramado de significaciones la casa, nuestra Escuela, va tomando la forma de refugio, de escondite de sueños, de nido. Esta fábula, esta creación de cercanía con el nido nos permite reconocer que

… la casa-nido nunca es joven…es el lugar de la función de habitar. Este signo del retorno señala infinitos ensueños, porque los retornos humanos se realizan sobre el gran ritmo de la vida humana, ritmo que franquea años, que lucha por el sueño contra todas las ausencias. (Bachelard, 1983, p. 37)

En este orden de ideas, la Escuela Normal se convierte en habitación, en refugio, en espacio para la ensoñación.

Relatos de Maestras y Maestros
“Se configura como un objeto que articula o no, dos mundos
que hacen parte del mismo mundo, el del ser humano,
el estudiante, el maestro, la maestra, unos y otros actores
de un mismo escenario, el educativo, para perseguir sueños,
construir mundos posibles, renunciar o abrazar nuevas
posibilidades de conocimiento”
“Los maestros y maestras aferrados a viejos paradigmas
tememos enfrentar la cotidianidad que fuera de la escuela
se constituye en el mundo de la vida. Un mundo cargado de
interacciones simbólicas, de lenguajes compartidos a manera
de correlatos, de didácticas ocultas que consagran construcciones
y aprendizajes desde hechos cotidianos como un
único presente”

Por eso el símbolo es asociación imprevisible y autónoma. Pero al mismo tiempo la “motivación” no le garantiza al símbolo la perennidad y la universalidad, e incluso su valor específico, a la vez que solicita la interpretación, lo condiciona a las circunstancias en las que se lo interpreta. Él es la presencia de un logos que no es la razón dialéctica; mientras ésta unifica lo real en una comprensión que es sistema de conceptos distintos, el símbolo es simultaneidad de las diferentes percepciones en la experiencia completa de lo real en sus varios ámbitos.

El símbolo es justamente uso de signo, aunque el signo se instituya en el momento mismo de su uso de simbolización. Al poder existir, simbolizante y simbolizado, su relación la establece el que utiliza los signos. Pero si la casa es un valor vivo, es preciso que integre una irrealidad. Es necesario que todos los valores tiemblen. Un valor que no tiembla es un valor muerto (…) Toda imagen simple es reveladora de un estado del alma. La casa es, más aún que el paisaje, un estado del alma. Incluso reproducida en su aspecto exterior, dice una intimidad. (Bachelard, 1983, pp. 91-92)

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Los saludos pueblan el ambiente que hace un rato era silencio. Algunos se saludan muy animados, otros dudan en hablarse. Los mayores hablan en corrillos cerca de la entrada, los más pequeños sospechan que el día en las aulas será una aglomeración de bromas y juegos”

En la Escuela, convertida por la imaginación en el centro de un ciclón, hay que superar las simples impresiones de consuelo que se experimentan en todo albergue. La Escuela vivida no es una caja inerte.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“…un momento en la vida del estudiante para mirarlo a los ojos, transmitirle optimismo y esperanza (…) sonreír, dirigir la mirada con amor para iniciar un nuevo día” “La llegada al colegio supone el reencuentro de los miembros de la Institución Educativa. Cada día comienza una
historia colectiva para estudiantes y maestros, una oportunidad
especial para el recibimiento y la bienvenida, para la acogida. Una jornada de emociones y de inquietudes al entrar a cada curso y al cambiar de cada clase. Cada día marca el inicio de nuevas relaciones”

“El recibimiento y los saludos hacen de los momentos iniciales
del día una ocasión especial para manifestar el afecto entre las persona. Además permite promover un clima de acogida y seguridad para alcanzar objetivos propuestos […] cristalizar valores y dar apertura a la acción”

Y aparecen entonces, en los relatos, las puertas de esa casa Escuela Normal:
… cuántos sueños habría que analizar bajo esta simple mención: ¡La puerta! La puerta es todo un cosmos de lo entreabierto. Es por lo menos su imagen princeps, el origen mismo de un ensueño donde se acumulan deseos y tentaciones, la tentación de abrir el ser en su trasfondo, el deseo de conquistar a todos los seres reticentes. La puerta esquematiza dos posibilidades fuertes, que clasifican con claridad dos tipos de ensueño. A veces, hela aquí bien cerrada, con los cerrojos echados, encadenada. A veces hela abierta, es decir, abierta de par en par. (Bachelard, 1983, p. 261)

La Escuela Normal tiene entradas y salidas. Es laberíntica. Sus puertas permiten entrar y salir para retornar.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Son casi las 7 a.m. y la puerta de la entrada del edificio principal se llena de jóvenes, y jovencitas, un nuevo día comienza…”
“Una larga fila se comienza a formar para hacer el ingreso por la puerta central, unos llegan por Enciso, otros por Villa Hermosa”
“La puerta […] una frontera entre el mundo de la vida y el mundo
de la ciencia, entre la teoría y la práctica. Se abren las puertas y la
escuela asume el mundo de la teoría, un currículo con una didáctica
que pretende habitar el razonable mundo objetivo; una didáctica que
simula el mundo de la vida, referenciando hechos pasados mediante
lenguajes especializados”

Puertas
… signo, imagen, de la presencia humana, rastros del paso de maestras, maestros y estudiantes por la Escuela Normal. Y, por ello, símbolos de la posibilidad humana de ver a través y de traspasar los límites. Imágenes de la utopía. Por eso el poeta ha escrito: “Si la puerta tiene una dimensión humana es porque el hombre la atraviesa” (Bachelard, 1983, p. 261).

Un santuario es como una puerta que se abre al más allá. Cómo se vuelve todo concreto en el mundo de un alma cuando un objeto, cuando una simple puerta viene a dar las imágenes de la vacilación, de la tentación, del deseo, de la seguridad, de la libre acogida, del respeto. Diríamos toda nuestra vida si hiciéramos el relato de todas las puertas que hemos cerrado, que hemos abierto, de todas las puertas que quisiéramos volver a abrir. (Bachelard, 1983, p. 261)

Las puertas nos dice Bachelard (1983) son
…todo un cosmos de lo entreabierto (…) el origen mismo de un ensueño donde se acumulan deseos y tentaciones, la de abrir el ser en su trasfondo, el deseo de conquistar los seres reticentes. La puerta esquematiza dos posibilidades fuertes, que clasifican con claridad dos tipos de ensueño. A veces, hela aquí bien cerrada, con los cerrojos echados, encadena. A veces hela abierta, es decir abierta de par en par. (p. 261)

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Entrar o salir, abrir o cerrar (…) Una visión encarnada
en una puerta”. La puerta puede ser puente, canal, ruptura
o abismo a la vez entre el mundo de la vida y el mundo
escolar”
“Se configura como un objeto que articula o no, dos mundos que hacen parte del mismo mundo; el del ser humano, el estudiante, el maestro, la maestra, unos y otros actores de un mismo escenario ‘el educativo’, para perseguir sueños, construir mundos posibles, renunciar o abrazar nuevas
posibilidades de conocimiento”

Las puertas de la Escuela Normal conjugan la interioridad de sus rincones, con cada una de las “presencias” de la exterioridad. Por consiguiente, sus puertas resumen a su vez, y desde el mismo punto de vista simbólico, la naturaleza de la Escuela entera.

RELATOS DE MAESTRAS Y MAESTROS
“Los maestros y maestras aferrados a viejos paradigmas tememos enfrentar la cotidianidad que fuera de la escuela se constituye en el mundo de la vida. Un mundo cargado de interacciones simbólicas, de lenguajes compartidos a manera de correlatos, de didácticas ocultas que consagran construcciones y aprendizajes desde hechos cotidianos
como un único presente (…) Las puertas de la Normal deben ser la entrada al Ser, el Saber, el Hacer…”

La Escuela Normal, como la casa, es el espacio donde ocurre la fábula, donde sucede la novela, el lugar de la acción y la pasión, del orden y las reglas, y del catastrófico, aunque a menudo insignificante, advenimiento del caos. El espacio del que maestros(as) y estudiantes se apropian por la vía cultural, es un elemento activo de la conciencia humana. La conciencia, tanto la individual como la colectiva -la cultural-, es espacial. Se desarrolla en el espacio y piensa con las categorías de éste.

Al igual que nuestros “espacios de intimidad” están repletos de pliegues temporales e imágenes domésticas, la Escuela Normal se configura como el centro, el principio del orden, el equilibrio sobre el que se establecen los encuentros.

La Escuela Normal, como la casa, recoge y ordena espacialmente. El arquetipo escolar se estructura fundamentado en una distribución del poder preestablecido con normas, valores personales y sociales, basados en el orden o el caos. Todo ello, señalado por unos límites sobreentendidos y en ocasiones ausentes o fácilmente transgredibles.