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¿Who’s the prof? [¿Quién enseña a quién]

29 julio 2013

Roiman Jack Obson

Hay innumerables clasificaciones. Aunque su significado suele ser impreciso, su valor es altísimo: hay que ver con cuánta diligencia aparecen en los momentos comunicativos, con cuánta prisa nos sacan de apuros; no nos exigen mucho, pues son de patrimonio –o matrimonio– común. Con ellas, no hay que explicar o, en el caso extremo de requerirlo, sólo hacen falta un par de «fíjese», «es evidente». Pasados algunos años de su vigencia, casi todas causan risa. La clasificación que reparte a las personas entre «los que enseñan » y «los que aprenden» es una de las más usadas y, tal vez por eso , una de las más ingenuas. Veámoslo.

Por ejemplo, es fácil imaginar a un adulto convencido de que está enseñando a hablar a un pre- adulto . En un esfuerzo por «ponerse a la altura» del aprendiz, hablará como un idiota, prolongará –hasta la náusea– escenas que serían embarazosas – ¿de ahí la náusea?– en cualquier otro contexto. Su índice derecho, en el caso de los diestros, o el izquierdo, en el de los siniestros, actuará como emisor del monólogo que establece con su inteligencia. Mientras tanto, el niño –para quien las palabras del instructor son un detalle más del paisaje– empieza a tener su primera gran decepción del mundo adulto. Ese extraño personaje que revolotea a su alrededor es, para él, un niño ya perdido, un post-niño al que de buena gana enseñaría un par de cosas. Y se dispone a hacerlo. Si los resultados no son equitativos, es porque la obstinación, el convencimiento ciego, la imposibilidad de aprender, están de este lado. Ante tal panorama y con un poco más de serenidad, el niño condesciende. Trágica táctica, para decirlo esdrújulamente, ya que cede terreno, cede autonomía y su cuerpo termina siendo la sede de las limitaciones del adulto. Sus primeras incursiones verbales, entonces, son la muestra de una pérdida, que se celebra con júbilo del otro lado.

El niño no recordará sus sensaciones, nunca recobrará la primera imagen que se hizo del adulto. Todo porque ahora usa sus palabras para expresarse, como el Calibán shakespeareano. Las propias quedaron en los sueños, en el misterio de la música, en el juego verbal del significante sin significado en el que a veces se le sorprende.

Mientras más se notan sus avances lingüísticos, más se va transformando en otro. Sin embargo, tal como la cálida sangre del ave abatida deja huella en el proyectil, las mar cas del niño que dan en la lengua del adulto. El niño contribuye con una parte no igual, pero sí bastante representativa. Como es de esperarse, el adulto no lo nota: cree que el idioma es su lega do al niño; mientras va con el prurito de enseñar, no sabe que es marcado, que «su» idioma no es todo suyo, no sabe que (`) aprende, que también es hablado.

Porque, ¿de dónde provienen palabras como , ? Vayan a los diccionarios, busquen las etimologías. Encontrarán falta de información, círculos tautológicos, marcas diatópicas que los enviarán a otras lengua s don de tampoco se registra nada claro. Por ejemplo, la nasalización de la [a], registrada en la etimología francesa puede ser un regalo de los niños franceses a los oídos nasales de sus instructores o un registro equivocado que, como no pocos, perdura. Parece haber un complot para no darles crédito.

El adulto enseña ese par de palabras, sí, pero ¿de dónde salieron? Imaginen al adulto enseñando las palabras .. . ¿cuáles serían?. .. y , por ejemplo, y al niño haciendo un esfuerzo por decirlo en «adulto», pero sin perder su juego, su goce:

—¡ma – má!… ipa – pá!

Obsérvese la estructura: una sílaba ([ma ] o [pa ]) repetida, claro sentido lúdico que sólo puede venir del niño. Además, sílabas simples de la forma Consonante +Vocal, una de las pocas formas silábicas universales. Las consonantes que se usan son bilabiales: [p] y [m], pues a esa edad se trata de coger el mundo con los labios y chuparlo o expulsarlo.

En su amplio sentido del afecto, según el cual el niño es uno de sus inmuebles, los adultos determinan quién lo rodea, quién puede darle afecto, cuándo indicar «¿dónde tiene los ojitos?», etc. Por eso, pocas oportunidades tiene el niño de nombrar personas con sus palabras. De pronto, aparece la abuela, esa niña – vieja, entonces el
niño dice:
¡ta – tá!

De donde resulta claro que [-a] indica persona : [papá] , [mamá], [tatá] . Por eso, cuando el niño tiene a su servicio una criada, la llamará [n a-na]; aunque, en este caso, el acento recae en la primera sílaba, según un sentido para nosotros inaccesible, indicando clara mente que, para ellos, el acento tiene valor distintivo.

También las comidas son motivo de constreñimiento por parte de los adultos: éstos abusan de la incapacidad del niño para la heterotrofia, sometiéndolo a horarios y comidas que justifican de manera médico – fisiológica; aún así, el niño goza, que es un primor, mamando. Ojo : [mama-ndo]; el [-ndo] es una morfologización castellana, agregada por nosotros. él sólo quiere mamar el mundo. Entonces intenta sus palabras: esa madre comida, esa parte de mamá, la llamará:

– ¡te – ta!

Y, otra vez, la evidencia de su marca indeleble: dos sílabas, de estructura Consonante + Vocal, repetición de la consonante. Pero la vocal, atención a esto, la vocal se abre en la segunda sílaba: para comerte mejor. Cuando se lo desteta (palabra que revela otra morfologización de un término infantil) y se lo traslada al , el niño cierra la última vocal en protesta (destetar/detestar) y la función ahora se convierte en:

 ite – te!

Se conserva la acentuación de [te-ta], de modo que, en este caso, tal acentuación está relacionada con la comida (¿por eso [nana] ?). La oclusividad de la consonante es por la emotividad, como en

[ i ta – tá! ] .

Ahora bien, es necesario aclarar que la protesta expresada con el cierre de la segunda vocal de todos modos permite comer : por la abertura de una [e], cabe el (o , según nuestra morfologización), que vendría a ser algo así como «instrumento para mamar el mundo, pero con actitud de rechazo». Además de la producción material del cuerpo, la alimentación también produce orina y materias fecales; posiblemente, fijaciones orales, dificultad para mantener un proyecto.. . Bueno , como para los adultos resultan fundamentales los excrementos, el niño tiene un nuevo motivo de juego: ex (peri) crementa en cualquier momento, no cuando le pide n, manipula hasta el cansancio, hace de sus heces una ofrenda, etc. Pero como la reprimenda no se hace esperar, el niño utiliza sus recursos fónicos:

— ¡po – pó!, ¡pi – pi!

Clara muestra de parricidio simbólico – respuesta a la reprimenda – , ya que ambas palabras tienen la estructura consonántica de [papá] y la acentuación usada para persona. Las estructuras fónica y silábica entran, una vez más, en los cánones ya deducidos. Las vocales, [o ] e [i ], son distintas a las que tienen que ver con persona, que se representa con [a], a las que indican comida: [e-a], o a la que indica comida -rechazo : [e]. En cambio, cuando el niño está solo, el fenómeno de los excrementos es vivido en otra forma, es metaforizado por una frase que ya no insulta a los adultos mediante la consonante [p] bilabial, oclusiva, sorda (como ellos). En cambio, el niño dirá:

—¡ca – ca!

Ahora articula una con son ante velar [k] , del asombro (queman tiene la boca abierta) y la vocal [a] usada para personas, como diciendo, al mirar las materias fecales: «es asombroso aquello en que se convierte una persona».

Es fácil deducir por qué el niño termina denominándose a sí mismo [ ne – né ] : persona (por la acentuación), hecha de comida (por la primera [e]) y de rechazo (por la segunda [e]) . De igual manera, queda abierto el camino para futuras investigaciones que sometan las palabras (atención: oclusivas sonoras y vocales fecales) , (acentuación de comida, vocales para personas), y (acentuación de persona, vocales de comida -rechazo ) a un análisis que revele si ellas constituyen una especie de ensayos ontológicos inefables, o incipientes poemas, o qué. Para terminar, me pregunto si palabras como y apodos como
o no serán intentos fallidos de los adultos por hablar la lengua infantil – en nuestro caso, el españal – Y me pregunto, también, qué entenderían los niños si oyeran estas tonterías.

NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES PANAMERICANOS: por sus derechos, por el respeto, por su participación

23 septiembre 2009

El 21 de noviembre de 1989 se aprobó en las Naciones Unidas: la Convención por los Derechos del Niño, norma jurídica a la que se han acogido 191 países desde su aprobación en la asamblea de la ONU el 20 de Noviembre de 1989.

La realización en Lima entre el 21 y 25 de septiembre de XX Congreso Panamericano del Niño, Niña y Adolescentes, es propicia para este recuerdo. Sin embargo es bueno que la comunidad hoy se entere que hubo esfuerzos anteriores a la Convención que se vinieron dando como recordaremos a continuación.

El XX Congreso Panamericano del niño, niña y adolescente tiene una historia añeja que se remonta al inicio del siglo pasado, cuando en Europa se empezaron a realizar congresos internacionales para tratar temas que tenían que ver con la niñez. Esta iniciativa se extendió luego a América y en el año 1910 en la ciudad de Buenos Aires, bajo los auspicios de la Sociedad Científica Argentina se aprobó realizar el Congreso Americano del Niño. Hacia fines de 1915, en Buenos Aires, en conmemoración del centenario de la Independencia Argentina se convocó al Primer Congreso Panamericano del Niño. El temario de entonces trató sobre derecho, higiene, psicología, educación, asistencia a la madre y al niño, sociología y legislación industrial.

Montevideo, Uruguay en 1919 fue la capital donde se realizó el Segundo Congreso Panamericano del Niño. Se aprobó el proyecto para la creación d una Oficina Internacional Americana de Protección a la infancia. El tercer Congreso Panamericano tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil en 1922 reiterándose entonces la importancia de la fundación de la oficina. En Santiago en el año 1924 fue nombrada una Comisión que tuvo el encargo de negociar con el Consejo Nacional de Administración del Uruguay la creación de la Oficina Internacional Americana del Niño, hoy denominado Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes.

Fue en Cuba en el año 1927 donde se realizó el quinto Congreso, donde el punto central fue la inauguración del Instituto Internacional Americano de Protección a la Infancia…

La secuencia cronológica de los Congresos siguientes puede resumirse así: 1930 – realizado en el Perú; 1935 México; 1942 USA; 1948 Venezuela; 1949, el 22 de abril el instituto Internacional Americano de Protección a la Infancia se incorpora formalmente a la OEA, manteniendo su sede original en la ciudad de Montevideo, Uruguay; 1955 Panamá; 1959 Colombia; 1963 Argentina; 1968 Ecuador; 1973 Chile; 1977 Uruguay; 1984 USA; 1993 Costa Rica; 2004 México.

A pesar de todas las incomprensiones, de las crisis hemisféricas y de las coyunturas de los países en estos 90 años transcurridos se ha afirmado la institucionalidad trabajando de manera conjunta en la mejoría de las condiciones y de la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes de nuestra América. En todo este tiempo las temáticas, enfoques conceptuales relacionados con el trabajo con la niñez y adolescencia han ido modificándose en función de las transformaciones sociales, políticas, culturales y económicas de la región, así como los avances en materia de acuerdos internacionales referidos a los derechos humanos y las demandas de los Estados miembros en el ámbito de las políticas públicas con relación a la infancia, marcándose un hito fundamental promoviendo primero y luego la firma de la Convención de los Derechos del Niño y la aprobación por los países a nivel mundial.

El 25 y 26 de agosto pasado, previo al XX congreso se realizó en Buenos Aires organizado por la OEA Departamento de Asuntos Internacionales y el Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN), el Foro con la Sociedad Civil. Dicho Foro ofreció un espacio para el diálogo y el intercambio de ideas entre las organizaciones civiles que desarrollan programas a favor de la niñez y monitorean la puesta en marcha de las políticas de los Estados Miembros y en algunos casos que trabajan con ellos en pro del bienestar de la niñez en las Américas.(Telam,24 de agosto) Los temas tratados en este foro han sido: la conmemoración del 82º Aniversario de la fundación del IIN, los 60 años de su integración como Organismo Especializado de la OEA y los 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño; las políticas públicas en los sistemas de protección integral, incluyendo los sistemas locales; la participación infantil-adolescente en la construcción de la ciudadanía y la incidencia en las políticas públicas; y el desarrollo de la cooperación internacional, regional y bilateral en las políticas públicas.

Las Recomendaciones de este Foro con la Sociedad Civil son muy importantes. Es por ello conveniente resaltar aquellas que sin duda enriquecerán una propuesta que permita hacer realidad aquello que preocupa a las instituciones y organizaciones, que ven a estos acuerdos como un saludo a la bandera. Glosaremos aquellas que nos parecen importantes políticamente pues aportarán a la construcción de una sociedad solidaria, equitativa, inclusiva.

En relación a Políticas Públicas en los Sistemas de Protección Integral, incluyendo los Sistemas locales Se considera que existe en la Región, una preocupación presente en varias cumbres y foros, pero hasta la fecha existe una falta de implementación de políticas públicas que garanticen plenamente los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes.

Otra de las recomendaciones guarda relación con las políticas públicas en los sistemas de protección integral, incluyendo los sistemas locales. Sobre el tema expresa que los Estados diseñen y ejecuten políticas integrales que garanticen todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, y culturales de todos los niños, niñas, y adolescentes, considerando la interdependencia de los mismos y la consecuente integralidad que deben tener las acciones dirigidas a su cumplimiento. Para ello los derechos del niño, niña y adolescente deben ser tratados de manera transversal en las políticas de los Estados y en aquellas originadas en instancias supranacionales de la Región. Los planes de desarrollo de los países, las estrategias de lucha contra la pobreza, las estrategias y planes regionales entre otros, deben considerar estos derechos y las decisiones deben ser incluyentes respetando la diversidad socio cultural y las particularidades relacionadas con el desarrollo infantil: primera infancia, infancia y adolescentes.

Recomienda además, la instalación y desarrollo de Sistemas de Protección Integral descentralizados y organizados en los distintos niveles de gobierno, incluyendo a los sistemas locales, estructurados de modo interinstitucional e intersectorial. Esto implica la elaboración de leyes y reglamentos que institucionalicen sus acciones y diferencien el rol de los garantes, corresponsales y sujetos de derechos. Asimismo se recomienda abandonar las prácticas basadas en la situación irregular y construir nuevas prácticas que respeten los derechos de los niños, niñas y adolescentes, contando con recursos humanos competentes y recursos económicos adecuados, que garanticen la calidad y eviten la precarización de los servicios prestados. Además deberá garantizarse la inversión pública extendida a los niveles locales y cuando los recursos propios no alcancen realizar búsquedas de cooperación internacional. El canje de deuda por inversión en niñez, es un recurso importante a ser considerado por los Estados.

Asimismo se recomienda que los Estados permitan crear los espacios necesarios y mecanismos para que la sociedad civil participe mediante las organizaciones de niños, niñas y adolescentes en el proceso de definición, ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas de niñez y adolescencia, reconociendo las acciones de incidencia y exigibilidad de la sociedad civil como aportes significativos para el efectivo cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Estos espacios de participación deben ser permanentes y deben institucionalizarse. También se debe contar con sistemas integrales que recojan, sistematicen y difundan información sobre la niñez, la adolescencia y sus derechos.

Finalmente se recomienda en este acápite que los Estados tengan en consideración las recomendaciones formuladas en el Estudio Mundial sobre violencia contra los niños, niñas, y adolescentes, adoptando las medidas necesarias para prohibir toda forma de violencia legalizada contra niños, niñas y adolescentes, propiciando la prevención y fortaleciendo los compromisos en cuanto a la formulación de planes de acción nacional relativos a la violencia contra los niños, niña y adolescentes.

Otra recomendación es la relativa a la participación infantil-adolescente en la construcción de la ciudadanía y la incidencia en las políticas públicas. Si bien se ha convocado a los niños, niñas y adolescentes para consultarles su opinión sobe los temas a verse en el Congreso y si bien existen organizaciones nacionales con más de 30 años de trayectoria y organizaciones de redes de niños, niñas y adolescentes a nivel regional, el desarrollo de los procesos de participación es dispar y discontinuo. Los Estados acogen la iniciativa en discursos pero no facilitan la promoción y garantías para que este principio se haga realidad. Por ello tanto las convocatorias como la participación siguen siendo formales.

Por todo ello se recomienda: “(1) Fortalecer la participación de los niños, niñas y adolescentes como un derecho y difundirla como tal para el conocimiento de la ciudadanía y en especial de los propios niños, niñas y adolescentes a quienes se debe garantizar información al respecto. (2) Reconocer la importancia del ejercer la participación para el aprendizaje de la democracia, la construcción de ciudadanía y de una cultura de la paz. (3) Impulsar y garantizar la participación como práctica permanente de las relaciones intergeneracionales del adulto con los niños y niñas, especialmente en los ámbitos de la familia y la escuela, a través de acciones que propicien relaciones familiares más democráticas y el aprendizaje de nuevas pautas de crianza. Las políticas educativas, deben incluir la preparación de los docentes para promover y sostener, prácticas participativas en la escuela y en modalidades no formales. (4) Incluir la participación de niños, niñas y adolescentes en las propuestas de políticas y planes de niñez y adolescencia de los Estados, incorporando a los propios niños, niñas y adolescentes en la formulación, implementación, monitoreo y evaluación de las políticas públicas. Los Estados deben promover y apoyar, identificar y reconocer los espacios de participación generados. (5) Garantizar el goce y ejercicio de los derechos que engloban el principio de la participación para todos los niños, niñas, y adolescentes sin discriminación de ninguna índole, brindando oportunidades a los grupos de niñez y adolescencia históricamente excluidos en los procesos de participación, tales como los pueblos originarios, las minorías étnicas, las niñas y los niños con discapacidad, los afrodescendientes, los niños y niñas institucionalizados, los niños y niñas en conflicto con la ley, los niños y niñas viviendo con VIH – SIDA, entre otros. Para lo cual se deben reconocer y valorar las distintas experiencias de participación y formas de expresión de los niños, niñas y adolescentes. (6) Diseñar estrategias, metodologías y pedagogías para garantizar la participación de niños y niñas en todos los ciclos de desarrollo: primera infancia, infancia y adolescencia. Estas deben comprender que el ejercicio de los derechos que engloba el principio de participación, conlleva una diversidad de expresiones y representaciones de los niños, niñas y adolescentes, como también respetar las formas de participación, ancestrales, propias de la diversidad cultural de nuestros pueblos. (7) Se deben formar recursos humanos que puedan propiciar, acompañar y fortalecer los procesos de participación infantil. Es fundamental recurrir a la experiencia acumulada por la sociedad civil en el acompañamiento de estos procesos. (8) Se debe tomar como referencia la Observación General Nº 12 del Comité de los Derechos del Niño, sobre el derecho a la opinión, expresado en el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño, para impulsar este aspecto de la participación, tanto a nivel individual como en relación a los colectivos de niños, niñas, y adolescentes.”(FORO CON LA SOCIEDAD CIVIL. PREVIO AL CONGRESO PANAMERICANO DEL NIÑO, LA NIÑA Y ADOLESCENTES. Hotel Las Nacionaes – Buenos Aires – Argentina, 25 y 26 de agosto de 2009)

Hasta aquí la historia, el recuerdo y las propuestas del antes y para el Congreso Pero como país anfitrión, además de las atenciones protocolares ¿cómo nos hemos preparado? ¿qué presentamos? ¿qué aportamos a los importantes temas que se debatirán?

En la revisión de los diarios de agosto y lo que va de septiembre se dio cuenta que en Lima y en el interior del país niñas, niños y adolescentes se reunieron para trabajar propuestas de solución a los temas que les preocupan, como parte de la Movilización Nacional por el Derecho a la participación que convoca la CONADENNA. Se da cuenta, además del XIII Encuentro Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes para analizar y elaborar propuestas a partir del tema “La opinión de las niñas, los niños y adolescentes sobre la situación de sus derechos a 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, con énfasis en la Participación”. Asistieron representantes de todas las regiones del país.

El 10 de septiembre la delegación de Niñas, Niños y Adolescentes expusieron sus propuestas ante el presidente Alan García. Previamente recorrieron las calles de Lima en la denominada “Caravana por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes”.La Ministra de la Mujer Nidia Vilchez expresó que los niños entregaron conclusiones relacionadas sobre la erradicación del maltrato infantil, la trata, el trabajo infantil.

Consideramos que estos trabajos van a ser debatidos en el I Foro Panamericano de Niños, Niñas y Adolescentes en cuatro talleres:1) ejercicio de los derechos de niña, niños y adolescentes en la región. Balance, retos y desafíos; 2) opinar sobre la participación en la región basados en el informe de la situación de cada país sobre participación de niños, niñas y adolescentes; 3) análisis de la situación de los sistemas de protección a nivel regional que garanticen la participación y los demás derechos en la vida cotidiana y en la esfera pública; 4) análisis de la participación de los adolescentes en la construcción e implementación de las políticas públicas a la luz de los avances de la Convención por los Derechos del Niño.
Frente a todo esto una preocupación, las declaraciones recogidas por el diario El Comercio en una entrevista que se le hizo el 8 de septiembre. El señor Cebrián Plácido, secretario ejecutivo de CONADENNA expresó lo siguiente, antes las preguntas: ¿En el Perú se respetan los derechos del niño y del adolescente? Existen diversos planes y políticas pro niño y adolescente, pero no se implementan por un tema de presupuesto o priorización. ¿Cómo se seleccionó a los participantes en el encuentro nacional? Los integrantes del colectivo de Conadenna los eligieron en base a congresos locales en las diferentes regiones. ¿Qué metodología se aplica en la cita? Una metodología lúdica. ¿Las conclusiones no caerán en saco roto? No, porque los integrantes del Estado que son parte de Conadenna se deberán encargar de que, ahora sí, sean tomadas en cuenta.
Evidente que el niño, la niña y el adolescente de las clases populares son los que más sufren la indiferencia del Estado, de los adultos y de instituciones que se dicen especializadas.
Los medios de comunicación se han esmerado estos días en publicar noticias nefastas, sin ningún respeto por los niños, las niñas y adolescentes.”7,300 denuncias de maltrato a menores recibió el MINNDES” (El Peruano, 10 de Septiembre). “17.5% de adolescentes son embarazadas cada año” (El Peruano, 14 de septiembre). “Albergues acogen a diario a cinco niños” (El Peruano, 14 de septiembre). “Menores de edad trabajan 20 horas al día sin remuneración” (CPN Radio.13.09.09) ¿No existirá una noticia más positiva en donde el niño, la niña y el adolescente sea protagonista? ¿Tan escasos son los resultados de nuestro sistema educativo? Creemos que el niño, la niña y el adolescente aún es “invisible” como persona, como protagonista para el país. Sólo cuentan aquellos que concursan en eventos que el sistema permite promover, claro pero al costo de las tandas comerciales, de la promoción de avisos.
Para terminar algo preocupante según dijo el Jefe de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo consideró que el Perú es un país con alta desigualdad en desarrollo humano. Pese a haberse mejorado la situación respecto a épocas pasadas se debe mejorar la calidad de los servicios de salud y educación… “Hay que dar voz a ciertos grupos. Las medias urbanas tienden a estar más representadas” afirmó el representante. (RPP. 11 de septiembre)
El Presidente de la República en la visita que le hicieron los niños, niñas y adolescentes, no tuvo mejor mensaje que el siguiente “…más allá de hablar de derechos, deben plantearse desde ahora obligaciones y deberes para ser ciudadanos responsables. El primer deber de un niño es saber que la libertad se consigue con mayor conocimiento; el primer deber es estudiar más”, insistió. Les mencionó que el Gobierno quiere hacer una transformación educativa exigiendo más capacitación a los profesores y a los niños, porque considera que un país no funciona si niños y profesores trabajan al menor esfuerzo y se satisfacen con calificaciones de 11 para pasar el año.”. Ni una referencia a las conclusiones que le alcanzaron. Palabras para los invitados, para la radio y la TV, pero nada sustantivo, nada de compromiso, ningún respeto por los derechos por los que nuestros niños, niñas y adolescentes vienen luchando y con ellos instituciones y personas dedicadas a este trabajo no visible pero sí político y comprometido. Todos merecen el respeto y reconocimiento. ¿Cuál es el mensaje que damos como país anfitrión? Una pena, a pesar de la alegría que emanan niños, niñas y adolescentes panamericanos en estos días. No marchitemos la esperanza.
(19.09.09)