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SI LA VIDA SUFRE CAMBIOS TAMBIÉN LA ESCUELA DEBE CAMBIAR

20 junio 2013

Por Domenico De Masi.- Profesor de Sociología del Trabajo en la Universidad de Roma y Consultor de corporaciones como IBM, Glaxo y FIAT:

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El progreso técnico pronto se permitirá delegarle a las máquinas casi todo el trabajo físico y parte del trabajo mental. No obstante al hombre le quedará siempre el monopolio de la actividad creativa y la escuela debe prepararlo para desarrollar esta competencia. Además debemos estudiar otra materia: cómo vivir bien en nuestro tiempo libre.

“Debo estudiar la política y la guerra de forma tal que mis hijos tengan la posibilidad de estudiar la matemática y la filosofía, la navegación, el comercio y la agricultura para poder ofrecer a sus hijos la posibilidad de estudiar la pintura, la poesía y la música” John Adams, 1786

A partir del momento en que la FIAT piensa en construir un nuevo automóvil hasta el momento en que éste llega a las calles, pasan siete años. A partir del momento en que la Glaxo piensa en desarrollar un nuevo remedio hasta el momento en que éste llega a las farmacias, pasan trece años. Esto significa que estas empresas están obligadas a prever con gran anticipación. Cuáles serán los gustos, los deseos, las exigencias, y, por lo tanto, la recepción del público. Es este el tipo de empresa que generalmente llamamos de marketing poriented.

Usando un criterio semejante, ¿cuál sería entonces la capacidad de previsión de la escuela? Si hoy un niño de seis años se inscribe en el primer año escolar, pasará al liceo en el año 2003, entrará en la universidad en el año 2011 y egresará de ella en el 2016. Solamente después de tres o cuatro años de especialización, en el 2020 él podrá, finalmente, comenzar a trabajar.

Con relación a hoy, es muy probable que en el 2020 el cáncer y el SIDA sean completamente derrotados por una vacuna preventiva; que los computadores sean capaces de escuchar, traducir, sintetizar y responder en cualquier lengua; que los microprocesadores y los transistores sean casi tan pequeños como una neurona; que los automóviles sean todos teleguiados; que los ciegos puedan ver por medio de aparatos ópticos artificiales; que los trenes alcancen la velocidad de mil kilómetros por hora; que los bienes de consumo duren cinco veces más; que el bióxido de carbono de la atmósfera se haya vuelto inofensivos; que los remedios sean capaces de simular, estimular o inhibir los sentimientos. Es probable que la media de vida sea de aproximadamente 850,000 horas y el tiempo dedicado al trabajo no supere las 30,000 horas.

No se trata de ciencia ficción, sino de pronósticos calculados en base al estado actual de las investigaciones científicas. Pronósticos que la escuela debería obligarse a realizar, si es que quiere orientar su propia acción pedagógica y las elecciones de sus estudiantes. Este es el problema: ¿la escuela italiana es capaz de hacerlo?

Italia se compara
Actualmente existen 197 países en todo el planeta: los más ricos y desarrollados pertenecen a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y son veintinueve; los más importantes son siete y constituyen el G/. Italia, siendo pequeña, consiguió ocupar una de estas siete posiciones privilegiadas y llega a producir el 3,4% de toda la renta mundial: más que Gran Bretaña (3,3%) y casi tanto como Francia (3,6%). Más que todo el continente africano (3,3%).

Si comparamos la performance de un profesional italiano con la de un colega extranjero, casi nunca salimos perdiendo. El conjunto de estas constataciones deberá legitimar una certeza, casi con orgullo: sumando todo, nuestra escuela no tiene nada que envidiar a la de los otros países avanzados . La verdad es que hasta ahora nos salvamos gracias a la mezcla de las culturas clásica y científica de nuestro país, que nos suministró instrumentos para sobrevivir en el marco de la competencia internacional.

La guerra fría y la división geopolítica en dos bloques, favorecieron nuestro país, el cual tiene la suerte de estar situado topográficamente en el cruce que señala la división de las aguas entre el norte y el sur del planeta, el este y el oeste del mundo.

No obstante, hoy por hoy, la división en bloques fue sustituida por una numerosa red de relaciones plurilaterales; la competencia se hace sin piedad. Especialmente en el plano cultural y en el científico, y es difícil ser optimista cuando se intenta prever el éxito en la futura confrontación de los resultados de nuestra escuela y de las escuelas inglesas, estadounidenses, soviéticas, alemanas, japonesas, e incluso, chinas.

La sociedad alfabetizada
El destino de la escuela está jugado a la transformación de la vda, a la transformación de la sociedad, a la transformación del trabajo y su relación con el tiempo libre.

La sociedad, como es de conocimiento general, pasó de una etapa posindustrial, centrada en la producción de bienes inmateriales: símbolos, información, estética y valores. Paralelamente, creció la preparación intelectual de cada uno: en Italia, hace cien años, los analfabetos eran 45% de la población; hoy son menos del 3%. Todos los años se imprimen 200 millones de libros; 10,000 diarios y tres billones de copias de periódicos. En las bibliotecas públicas son consultados tres millones de libros al año. Dieciséis millones de italianos están suscritos a la TV cable; 90% de los adultos ve el telenoticiero diariamente. La casi totalidad de los trabajadores está alfabetizada, y la gran mayoría ejerce funciones preponderantemente intelectuales. A medida que aumenta la potencia de las máquinas, es posible delegarles gran parte del trabajo intelectual de tipo ejecutivo; las actividades que se tornan monopolio del hombre son preponderantemente creativas.

Las sociedad eficiente
Hace cien años atrás, en 1891, había aproximadamente 30 millones de italianos que trabajaban 40 billones de horas al año. Hoy existen aproximadamente 57 millones de italianos, que trabajan 30 billones de horas al año. En total, producen 13 veces más.

Esto depende de, por lo menos, cinco factores simultáneos:
1) El progreso tecnológico, que difunde máquinas cada vez mças capaces de substituir al hombre, ya sea en el trabajo físico, ya sea en el trabajo intelectual;
2) El progreso organizativo, gracias al cual se consigue obtener cada vez más eficiencia paralela a la tecnología;
3) La globalización que determina una abertura creciente de los cambios en una escala internacional, una oferta cada vez más integrada, una interdependencia cada vez más estrecha entre las economías y las culturas, una competencia planetaria, con el consiguiente redimensionamiento de los salarios y del estado social;
4) la división internacional del trabajo, debido a la cual gran parte de los productos y servicios vienen de lugares donde el costo de la mano de obra es menos elevado;
5) Las privatizaciones, las que generan fuertes incrementos en la eficiencia y, consecuentemente, drásticas reducciones de personal.

La sociedad informada
En 1956, por primera vez en un país -Estados Unidos-, el número de cuellos blancos superó al de los azules. Daniel Bell caracterizó esta fecha como el inicio de la sociedad posindustrial, hito histórico comparable a aquel que, en la Inglaterra de cien años ha, había señalado la superación del número de trabajadores industriales sobre el de los campesinos. En 1995, por primera vez en un país -Estados Unidos, nuevamente- , se vendieron más computadoras que televisores y se intercambiaron más mensajes por Internet que por el correo postal: de hecho, 40% de las familias americanas tienen una computadora; 25% tiene dos computadoras, y por diez años consecutivos los suscritos a Internet aumentaron en un 5% anual. En el sector de la información las transformaciones son tan veloces que el 80% de la facturación actual deriva de productos que hace dos años no existían. El business de la informática propiamente dicha, de Italia representa más del 20%. Por lo tanto, el trabajo necesario para colocar al país en un paso seguro es inmenso; el papel de las organizaciones es fundamental, y el de la escuela imprescindible.

La gestión de la innovación
Según las estadísticas de la ONU, entre 1960 y 1990 el índice de personas que viven en condiciones desesperadas bajó del 70 % al 46%, y la tasa de instrucción media de la población adulta, subió del 47% al 69%. En Italia el modo de vida ostentado hasta en las regiones más obres testimonia un progreso que nuestros abuelos no podrían imaginar. Pero, de cada 1000 niños que entran en la enseñanza básica, solamente 684 consiguen obtener el diploma de segundo grado y solamente 165 consiguen graduarse en la universidad. En la región del Vénero, donde la renta media es la más alta del país, el porcentaje de los diplomados en el segundo grado y de los graduados es mucho más bajo: la pobreza reduce la escolaridad en el Sur y la riqueza la reduce en el norte, donde un joven prefiere trabajar tempranamente en lugar de completar su formación personal.

Así, falta el soporte cultural indispensable para dominar las innovaciones, las que corren en cinco direcciones:
1) un progreso tan veloz que parece indomable;
2) un precipitarse tan rico y rápido de los acontecimientos que inducen a un SMARRIMENTO y a una pérdida del sentido;
3) un creciente miedo a ser despedido que antes concernía solamente a la clase operaria y ahora se extendió a los empleados, gerentes y hasta los directores;
4) una creciente apertura entre las nuevas y viejas generaciones, entre los portadores de un paradigma existencial del mundo industrial y los portadores de un nuevo paradigma del mundo digital y virtual;
5) una percepción de que se es al mismo tiempo “amenaza y amenazado” por parte de los países emergentes, sobre todo por los de Oriente, con sus eficientísimos, sus insondables especificidades culturales, su tenaz operatividad desvinculada de la exigencia de los derechos civiles que son para nosotros irrenunciables.

La escuela, por lo tanto, está llamada a provocar intespentivamkente los cambios a comprender su naturaleza y sus alcances, a orientar a los jóvenes de modo que sean capaces de administrar la innovación y no de someterse a ella.

Un nuevo paradigma
El conjunto de las innovaciones determinó el advenimiento de un nuevo paradigma, al que llamamos “digitalidad”. Un número creciente de personas adherentes a este paradigma presenta un modo de vivir completamente nuevo en relación al que por dos siglos caracterizó a la sociedad industrial. Estas personas forman una masa voluminosa y homogénea, separada y contrapuesta en relación a tdos aquello que no son digitales. Uno de los profetas de esta revolución Nicholas Negroponte, indica que el nudo de la revolución está en el pasaje de los átomos al bit. Bill Gates sostiene que la revolución acaeció en dos etapas: primero con la invención del computador, y después con la carretera de la información. Estas son algunas de las causas. Pero la esencia del fenómeno consiste en el hecho de que no se debe a uno o más factores únicos, sino más bien a un complejo de innovaciones comenzadas cada una por iniciativa propia, y luego lentamente confluyen a través de un sistema coherente, que por comodidad definición llamamos “digital”, no obstante se trata de campos diferentes: de la ciencia y de la tecnología a la estética, de la biología al trabajo y a la costumbre.

Aquellos que compartían este paradigma hasta hacer de él un hecho mental y mantener un comportamiento optimista en relación a la vida y al destino del ser humano, nutren su confianza en las competencias de las especies que pueblan el planeta, y están seguros que la tecnología , la inteligencia y la creatividad prevalecen sobre los instintos autodestructivos del hombre. La informática es solamente uno de los pilares sobre los que se basa esta confianza. A ella es preciso agregar:
1) la satisfacción para la conquistada ubicuidad, gracias a los medios personalizados de comunicación planetaria (del fax al celular, del correo electrónico a la Internet);
2) una disponibilidad de virtualidad, que torna las relaciones siempre más abstractas y enriquece los sentidos de las nuevas dimensiones;
3) las esperanzas legitimadas por la ingenierñia genética, gracias a la cual se puede contar con una vida aún más larga y sana;
4) la feminización de la sociedad, por lo cual no solamente las mujeres conquistaron el acceso a las salas con botones que los hombres habían reservado para sí, pero las virtudes femeninas de la subjetividad, de la emotividad, de la estética y del cuidado con el cuerpo humano, lentamente conquistaron también los hombres.

la organización por objetivos; creen en la necesidad de sustituir los sistemas de control (adoptados por el trabajo físico, parcelado y ejecutivo) por los sistemas de motivación (adoptados por el trabajo intelectual creativo) – Son convencidos de que el trabajador posindustrial no debe vender tiempo, pero sí resultados.

Los digitales tienen intimidad con la informática y con las ominpresencia, con las conquistas de la biología y con iguales oportunidades. Además cultivan una estética posmoderna destinada a dr sentido a las cosas y a los eventos, y a componer en un único dibujo los varios fragmentos de la actividad y de ocio en que la vida actual se extiende y se fragmenta. Aman el tiempo libre al menos en cuanto tiempo de trabajo viven la noche como el dia; admiran el arte, al menos el clásico. Hace un tiempo atrás, aquellos que aceptaban la ingeniería genética no coincidían con quienes adherían a la virtuosidad, los virtuales no coincidían con los feminizados, y asi sucesivamente. Hoy, al contrario, los digitales comparten en bloque estas novedades de la época, las que acabaron por contribuir a la construcción de un único, coherente paradigma, que sirve de línea divisoria de las aguas entre todos aquellos que (por más adultos, con trabajo y renta asegurada) pertenecen aún a la cultura moderna, y todos aquellos que (por más jóvenes, frecuentemente desempleados, casi siempre cultos) ya pertenecen a la cultura posmoderna.

La formación total
En tanto aumenta el tiempo libre, la educación familiar y escolar continúan privilegiando la preparación del joven para el trabajo. La severidad de la disciplina, el ritmo de las tareas escolares el contenido de los programas tienden a preparar ciudadanos para los 70,000 horas de trabajo más que para las 300,000 horas de holganza que caracterizan nuestra vida, En las escuelas más célebres (piénsese en la mítica Phillips Academy norteamericana o en Yoyogi Shool japonesa) los ritmos son aún más obsesivos, el horario es estresante, la competencia no tiene límites. ¿Por qué? Porque todo está predispuesto en función de la futura profesión, de la máxima eficiencia, de la carrera por la cual se sacrifica el afecto familiar, la libertad de pensamiento, la vida toda, sin ningún interés por el tiempo libre.

Contra esta filosofía del sacrificio, la que no sirve más ni a la eficiencia de las empresas ni a la creatividad de los individuos, hoy conspira la mayor expectativa de vida y el progreso tecnológico. Empero, debido a los hábitos desarrollados, nuestros escolares quedan marcados más por la obsesión del bienhacer que por el placer del bienestar. El trabajo ofrece, sobre todo, la posibilidad la realización práctica, de ganancia, de prestigio y de poder. El oficio ofrece, sobre todo, la posibilidad de introspección, de esparcimiento, de convivencia, de amistad y de amor. Perpetuando programas de
inspiración industrial, la escuela forma a los jóvenes para el poco tiempo de trabajo que les resta, en lugar de formarlos para el gran tiempo libre que tendrán a disposición en sus vidas.

Una forma total, al contrario, debe preparar al mismo tiempo para el trabajo, para el estudio y para el tiempo libre, porque la vida de todo adulto que ejerce actividades intelectuales es al fin un inextricable conjunto de estas tres formas complementarias. Como premisa para una formación total es necesario realizar un pacto intergeneracional para la redistribución del trabajo, de la riqueza y del poder. Después, es necesario que la escuela alimente al joven de nuevas capacidades, como a de formarse para el trabajo (dimensionando el papel y la duración), de vender resultados con alto valor agregado, de adquirir las cualidades necesarias para proyectarse a su propio futuro, de combinar equilibradamente el trabajo con el estudio y el tiempo libre, de formarse para el ocio creativo por medio del crecimiento cultural, de refinar el propio gusto estético, de tender a una calidad de vida mayor. Es preciso, particularmente, que el país entero comprenda que la escuela es todo: el futuro colectivo de la nación en el concierto mundial y la condición de felicidad individual de los ciudadanos.

Cuando a fines del siglo XIX, el ministro Bacelli propuso la escuela primaria obligatoria, la oposición preguntó qué haría Italia con tantos alfabetizados. El ministro respondió que la primaria completa no servía para trabajar pero sí para vivir. La misma cosa vale hoy: no para egresar del secundario, pero sí para la graduación.

¿Qué significa innovar en educación?

14 junio 2013

Por: Diana Prada Romero
Publicado en el Magazín Aula Urbana Nº1. IDEP. Santafé de Bogotá Colombia. Junio 1999.

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La falta de recursos económicos, la renuencia al cambio y fundamentalmente, la formación de docentes son los principales obstáculos detectados por la Fundación CEPECS que se interponen en el desarrollo de las innovaciones educativas. De aquí se deriva la necesidad de realizar cambios substanciales en el sistema educativo.

Juan Francisco Aguilar Soto es el Director del Centro de Promoción Ecuménica y Social (CEPECS) y a su cargo estuvo la investigación titulada: Teoría y práctica de las innovaciones educativas y cambios culturales contemporáneos, financiada por IDEP.

¿Qué es una innovación educativa?
Son aquellos cambios deliberados, intencionales, duraderos, sistemáticos introducidos en la práctica pedagógica o en la estructuración del currículo, en las metodologías o en el ambiente escolar. Son formas diferentes, de lo considerado tradicional o convencional y mejoran lo existente.
Evidentemente el Estado introduce innovaciones, tiene que hacerlo, pero sabemos que tiene la intencionalidad modernizadora del sistema educativo. Otros innovadores tienen la intencionalidad de ruptura, pues quisieran otra forma de ver y pensar la escuela. Sus procesos de construcción los ubican en un horizonte distinto de transformación estructural.

¿Qué elementos nos permiten identificar las innovaciones?
Las innovaciones no son causales, son deliberadas porque hay una intencionalidad explícita para propiciar el cambio duradero. Cuando escucho “que llevamos quince días en esta innovación en educación”, creo que apenas está intentando construir algo.

Por esto, para efectos operativos de una investigación decimos que, por lo menos dos años de existencia permiten juzgar sobre la capacidad de una innovación para sortear los obstáculos iniciales y su permanencia. Menos de este tiempo, creo que nos llevaría a hablar no de innovación sino de una experiencia significativa, entendida como aquella que tiene la potencialidad de convertirse en innovación.

Por último, una innovación no se define en sí mismo, sino siempre en relación con la situación tradicional o convencional que la origina. Por lo tanto, no puedo decir: estoy haciendo una innovación, sin cambiar las prácticas tradicionales de la enseñanza, por ejemplo, de la lectura y la escritura. Si comparo lo que hago con lo considerado tradicionalmente como enseñanza, eso es la innovación.

SI los observadores tuviesen esos elementos de juicio tendrían una mirada más serena sobre las innovaciones, menos prejuiciadas. Por ejemplo, muchos piensan en estas como una idea original. Suele ocurrir, al no ver cosas originales, absolutamente inéditas, nunca antes vistas en la vida o en la historia de la humanidad que entre a descalificar; o peor, desconfían por principio de las cosas nuevas. Entonces, es necesario dar claridad en eso, no tiene que ver con el cuento de la idea original, sino con aquello que comparado con lo tradicional es novedoso.

¿Cómo calificar el papel del observador y su intervención en los procesos de innovación educativa?
Llamo la atención sobre puntos preocupantes. Uno sobre la tendencia a ser demasiado crítico sobre las innovaciones o, por el contrario, muy complaciente. Hay quienes consideran que estar ante una innovación es cambiar los pupitres de ubicación un día, en lugar de hacer cátedra magistral desarrollar con los muchachos trabajos de grupo. Lo justifican porque son actividades un poquito distintas a la cotidianidad, eso es una exageración.

Por otro lado, hay quienes consideran que no hay nada nuevo bajo el sol y, por tanto, todas las innovaciones educativas sólo son una forma distinta de hacer lo mismo. Entonces, por ejemplo, van a un colegio de innovación y encuentran profesores, alumnos, pupitres, uniformes y hora de recre, y por funcionar con la cultura escolar no le conceden estatus de innovación.

Desde antes de la década de los ochenta las instituciones educativas, debían implementar iguales formas de enseñanza. Entonces ¿qué ocurre en Colombia en ese proceso de pensar las innovaciones educativas?

En Colombia se viene hablando de innovaciones educativas tímidamente desde la década de los setenta y con mayor fuerza desde los ochenta. Años después, en 1984 el Ministerio de Educación Nacional convoca la primera feria de innovaciones educativas, en la cual se anuncia públicamente el Decreto 2347 de 1984, en el que oficialmente se definen conceptualmente como experiencias duraderas de cambio de los elementos del sistema educativo y, por supuesto, se promueven.

Pero realmente, como concepto se viene trabajando en América Latina desde la OEI. Además, se destaca entre las primeras investigaciones realizadas sobre el tema, la hecha en la Universidad de Antioquia por Bernardo Restrepo, la cual fue publicada en 1985. Si se quiere pensar, tiene mucha más legitimidad, trayectoria teórica, fundamentación, esfuerzo investigativo el concepto de innovación, que el actualmente enunciado como experiencia significativa.

¿Qué pasa con la labor de los maestros en los procesos de innovación?
Se ha avanzado bastante, pero no tanto como se necesita y demanda la sociedad actual.
Hay que constatar: no hay tantas innovaciones como se quisiera. Y muchas realizadas por maestros están en riesgo permanente; en cualquier momento desaparecen. Sus probabilidades de desarrollo y permanencia son pocas. Cotidianamente están enfrentadas a muchas renuencias al cambio, están amenazadas, son frágiles, por lo mismo cuentan con poco apoyo.

¿Cómo se han integrado organizaciones que reúnan las instituciones o docentes con innovaciones educativas?
Desde CEPECS se ha dinamizado el intercambio de experiencias, sistematización y reflexión de innovaciones a través de la realización de seminarios nacionales y de los encuentros de experiencias de innovación educativa e innovadores. Por ejemplo, en 1987 con otras organizaciones se realizó el primer encuentro; en 1989 el Encuentro Nacional, en el cual se abordó el tema de la sistematización de experiencias; en 1993 se trabajó sobre obstáculos en el desarrollo de innovaciones educativas. De estos eventos surgió las iniciativa de las redes de innovación, las cuales empezaron a funcionar de manera autónoma. Muestra de esto es la Red de Innovaciones educativas de Antioquia, la del Sur occidente colombiano, Bogotá tiene muchas redes.

¿Son más los maestros interesados por innovar, los desertores, o son los mismos en las mismas? ¿Qué ocurre, hay o no la tendencia a innovar?
Sí. El impacto de la Ley General de Educación es favorable, al igual que la obligatoriedad del PEI. También se debe decir, señalando avances, que el proceso de innovar, el construir experiencias de innovación permanentes y consolidadas es un proceso difícil. He constatado que muchas, la mayoría de ellas vinculadas al sector privado y comunitario, se han cerrado y desaparecido como tales. En cambio han aparecido otras menos estructuradas,

¿Cuáles son las principales dificultades?
El desarrollo desigual: designa la falta de equilibrio entre los distintos componentes en la innovación, o entre el componente innovativo y el tradicional en una institución o en una práctica educativa. Se refiere también a la poca articulación o coherencia que se suele encontrar entre la teoría y la práctica, lo cual se traduce en una permanente tensión entre lo que se desea hacer y lo que se hace o entre lo que se dice o se hace.

El desarrollo ondular: se refiere a los distintos momentos que viven las experiencias y que ofrecen la imagen de una ondulación en la que se suceden el despegue y ascenso, la consolidación, las crisis, los estancamientos, los flujos y reflujos, y en algunas innovaciones incluso momentos denominados como involución, retorno a la situación convencional o desaparición definitiva de la experiencia de cambio.

El desarrollo conflictivo: tiene que ver con las innovaciones educativas, especialmente las que tienen su origen en motivos creativos, es decir, aquellas que han sido ideadas por sus propios gestores sin que exista una demanda específica del medio en el que se aplica, y sin que responda necesariamente a una necesidad sentida por los beneficiarios o adoptantes, generan tensiones y conflictos, hasta el punto de que ésta pasa a ser parte de las características y atributos de una innovación. Los renuentes pueden ser los mismos educadores, los alumnos, padres de familia o la comunidad educativa en general.

El desarrollo difícil: todas las experiencias atraviesan por dificultades y obstáculos. Aun en el caso de contar con la planeación adecuada, en muchas ocasiones son inevitables, aunque un diseño flexible y abierto a los ajustes puede contribuir a atenuarlas.

El learning by doing de Robert Schank: el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender

24 mayo 2013

En: http://www.matosas.com/escuelas_que_piensan_naci/
Por: Por Pablo Rodriguez Canfranc
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De hecho la frase completa es “el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar” y su autor es Roger Schank, el enfant terrible de la pedagogía actual. Un pensador que defiende que las escuelas y las universidades son inútiles y que la única forma de aprender es haciendo cosas que sirvan para algo. Roger Schank estuvo en México DF en enero, en el marco del VII Encuentro Internacional de Educaciónde Fundación Telefónica, y ofreció una charla sobre el nuevo papel del maestro en la educación. Controvertido, a veces irritante por la agresividad de su discurso, nunca deja indiferente.
Schank fue pionero en el campo de la inteligencia artificial y la psicología cognitiva en las décadas de los setenta y ochenta, desarrollando la Teoría de la Dependencia Conceptual. En un intento de proyectar económicamente el concepto de inteligencia artificial se convirtió en empresario en 1986, año en que fundó la empresa Cognitive Systems. Paralelamente, Schank es un activista en defensa de la reforma del sistema educativo, una cruzada que ha llevado a cabo desde la organización Engines For Education, dedicada a la creación e implementación de currículos en centros de educación primaria y secundaria.
Para Roger Schank existe una brecha insalvable entre el aprendizaje que ofrecen los centros educativos y lo que él denomina el aprendizaje natural, el que llevan a cabo tanto el ser humano como los animales, haciendo cosas. Nadie aprende a patinar o a montar en bicicleta leyendo un libro sino efectuando dichas acciones y, por supuesto, cayéndose. El fallo o el error es una clave del aprendizaje natural para Schank.
Este tecnólogo comenzó a reflexionar sobre la enseñanza durante su etapa profesional dedicada a la inteligencia artificial, mientras “educaba” a las máquinas. Precisamente, los ordenadores juegan un papel fundamental en el modelo formativo que propone Roger Schank, aunque a su juicio todavía no han sabido utilizarse correctamente en el aula. Por otro lado, considera las sucesivas tendencias tecnopedagógicas que experimentamos, como el mobile learning o el social learning, meras modas sin la mínima capacidad transformadora.
El aprendizaje natural cumple una serie de condiciones que se pueden resumir en:
• Tiene lugar fuera de la escuela
• Es impulsado por metas que se fija el alumno
• Es a la vez proyectado por los propios intereses del alumno
• Depende fuertemente de los errores, dado que si algo funciona bien la primera vez no es interesante, no invita a perfeccionar y a mejorar
• Es divertido
Por el contrario, considera Schank que el aprendizaje en la escuela adolece de toda una serie de defectos:
• Es un aprendizaje involuntario, el alumno no lo elige
• Las metas son de la escuela, no del alumno
• La enseñanza es uniforme e ignora los intereses del alumno
• En la educación reglada el error es algo mal visto, algo evitable y no un acicate para mejorar
• El sistema tradicional no es divertido, no es capaz de motivar al alumnado
Roger Schank expuso en México, con bastante claridad, lo que él considera aprendizaje. Transcribimos una de sus diapositivas:
• Tienes una meta
• Tienes una expectativa que un plan de acción, construido sobre casos precedentes, conseguirá alcanzar
• El plan falla
• Necesitas una explicación del fallo (aquí es donde entra el profesor o la propia reflexión del alumno)
• Modificas una explicación antigua o alguien te suministra una nueva
• Generas una nueva expectativa y lo intentas de nuevo
Es, como podemos ver, un proceso voluntario basado en la iniciativa personal y en el sistema prueba y error, que tiene lugar de forma natural y que es guiado por la curiosidad, la emoción, las necesidades reales y la confusión, concebida como la búsqueda de salidas.
El profesor, en este nuevo marco, debe ejercer de mentor, es decir, debe ser una figura que no es el guardián de todo el conocimiento, pero que ayuda al alumno y le guía, cuando éste tiene dudas o se atasca en la búsqueda de soluciones.
¿Y qué papel ocupan la tecnología y las redes en el esquema de Schank? Básicamente, deben estar relacionadas con la oportunidad de aprender cosas que no se pueden aprender de otra manera. Los simuladores y los modelos virtuales son ejemplos de herramientas que pueden ayudar al alumno en su aprendizaje, así como el acceso a expertos sobre cada tema para la resolución de dudas. Esta es la gran baza de Internet para la educación.
Finalmente, Roger Schank introduce el concepto de “educación bajo demanda” que reflejo a continuación utilizando sus propias palabras:
Sin lecturas. Sin exámenes.
Solamente habilidades del mundo real. Aprender haciendo.
Cursos cortos online que enseñen habilidades del mundo real en un entorno basado en aprender haciendo.
A los estudiantes se les plantea desafíos, situaciones del mundo real que resuelven en pequeños grupos y que tienen como producto los mismos entregables que producirían si fuesen profesionales en activo en un empleo.
Estaremos más o menos de acuerdo con Roger Schank pero lo cierto es que nunca nos deja indiferentes.

“LA GESTIÓN ESCOLAR ES LA BASE FUNDAMENTAL DE LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SISTEMAS EDUCATIVOS”

25 marzo 2013

R E P O R T A J E a:
Pilar Pozner
Licenciada en Educación, desarrolló su tarea como asesora para instituciones escolares y fundaciones en Argentina, Chile y Uruguay. Después de hacer una maestría en México y dictar varios cursos para directivos, se dedicó a la investigación, asesoría y capacitación de supervisores y equipos de conducción, especialidad en la que lleva más de 5.000 docentes formados . Actualmente reside en Uruguay y es autora de “El directivo como gestor de aprendizajes escolares”.
Un diálogo con una destacada investigadora especializada en gestión escolar acerca del valor de la capacitación de directores y supervisores, lo compartimos. Es una publicación de Revista Zona Educativa. Año 2. No. 13 Buenos Aires. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.

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Zona Educativa: ¿En qué consiste la capacitación de directores y supervisores de escuelas?
Pilar Pozner: Remite a una profunda transformación, producto de cambios veloces que vive el mundo, a partir de una revolución tecnológica que incide a nivel productivo, social, político e individual de las personas. Esta capacitación
propone pensar las escuelas como un todo, con una intencionalidad y una búsqueda concretas.

El viejo modelo burocrático nos hizo perder el horizonte de para qué estaba la escuela. Por eso, el perfeccionamiento de supervisores y directivos apunta a reconstruir, a partir de su experiencia, un rol centrado en generar una escuela más potente, a través de un liderazgo pedagógico y una gestión escolar sólida.

La idea es concretar más aprendizaje para todos y con mayor calidad y, además, tener más institución o comunidad académica, es decir más gente aunada alrededor de objetivos comunes y tareas compartidas. La escuela debe ser un ámbito de mayor integración, capaz de generar interrelaciones, redes y de marcar una diferencia sustantiva en la historia de los aprendizajes escolares. Una mayor capacitación a directivos y supervisores servirá para dinamizar aquellos procesos que desde un modelo burocrático habían quedado diluidos.

ZE: ¿Cuáles son los criterios fundamentales del nuevo modelo de gestión escolar?
PP: La gestión escolar implica retomar el rol de educador y de pedagogo que tiene cada directivo o supervisor. En una carrera burocrática, cuando un docente ascendía a supervisor o director, se diluía su volumen pedagógico y se
convertía en un mero administrador.

Hoy en día no alcanza con sólo administrar. Formar verdaderos gestores de aprendizajes escolares supone pensar en necesidades básicas de formación que requieren desarrollar conocimientos y saberes; actitudes y aptitudes; nuevas herramientas y procedimientos de trabajo. Estos tres módulos estimularían la generación de gestores con capacidad de animación pedagógica, de seguir siendo educadores desde puestos de mediación, de ver procesos de cambio, de producir y continuar innovaciones dentro de las instituciones, de trabajar con equipos pedagógicos y de elaborar proyectos que los identifique y dé sentido a las prácticas cotidianas.

ZE: ¿Cómo se relacionan estas prácticas con los proyectos para cada región?
PP: En realidad todo este nuevo paradigma indica que no es lo mismo hacer escuela y concretar aprendizaje en una zona urbana que en una zona rural, en el centro de la Capital Federal que en La Pampa, Río Gallegos o el Chaco. Lo fundamental es generar aprendizaje, pero la manera de concretarlo es particular y específica de cada situación. Avanzar en el nivel de la autonomía significa que el docente tenga en su práctica la posibilidad de tomar decisiones
con conciencia de por qué está haciendo esa acción para concretar aprendizajes.

Una escuela más potente

ZE: ¿Qué lugar ocupa la gestión escolar en los procesos de transformación educativa?
PP: La problemática de gestión escolar no es un tema más. Es el pilar fundamental de la transformación de los sistemas educativos en este momento en el mundo. Pero creo que es conveniente, a partir de la reflexión con los actores de todo tipo y nivel de escuelas, comenzar a reconstruir qué se ha hecho en América latina, cuáles fueron las raíces que construyeron ese camino y qué herramientas nos ayudarían a transitar esta evolución.

Los proyectos de centros, el PEI (Proyecto Educativo Institucional) y el PPI (Proyecto Pedagógico Institucional) son herramientas que ayudan a pensar en la transformación de la cultura del trabajo docente, con más capacidad de trabajo en equipos y de formar una comunidad académica más abierta a los chicos, sus padres y demás fuerzas vivas locales, objetivo hasta ahora no logrado.

Es necesario recuperar a la escuela como comunidad educativa, como unidad potente de formación para todos, no para algunos, como agencia social de redistribución de aprendizaje intelectual, emocional, ciudadano, social y político.

ZE: ¿Cuál es la tendencia más firme en la capacitación de equipos de conducción?
PP: Transitar del viejo rol de inspector a un nuevo supervisor, un asesor e impulsor de innovaciones, transformaciones, gestor de más comunidad académica y de instituciones con mayor capacidad de impacto a pesar de las situaciones sociales. En definitiva, se trata de dejar de ser un mero ejecutor de políticas diseñadas en otro lado. El nuevo paradigma –abierto a mayores niveles y condiciones de autonomía– convierte a cada actor en gestor de políticas educativas y aprendizajes.

ZE: ¿Existe un perfil ideal del directivo?
PP: Debe tener la capacidad de gestar toda la organización, analizar el entorno, concebir una manera de intervenir en esas situaciones, construir redes de coparticipación, ser un animador pedagógico, unir fuerzas y distintas capacidades de varias instituciones, evaluar y autoevaluar situaciones y generar conocimiento para difundirlo, diseminarlo y capitalizarlo en otras instituciones. Obviamente este “perfil” no se forma en un día. Por ejemplo, en Uruguay, realizamos cursos semipresenciales, con más de 240 horas de trabajo, bibliografía sólida, seminarios, talleres y espacios de trabajo específicos para concretar tareas de investigación.

Las transformaciones profundas del sistema educativo también se orientan hacia la profesión del ser docente, lo que implica procesos de formación más articulados para acumular conocimientos, contar, escribir y trasmitir las experiencias, siempre dentro de un paradigma que tiende a una escuela más ética, inteligente y sensible.

ZE: ¿Cuáles son las claves para desarrollar una capacitación efectiva y apta para los cambios?
PP: Reconocer la experiencia de los actores, aceptar que esto no es una moda, que estamos en el mundo del trabajo y que los participantes en estos procesos de capacitación son adultos. Éstas son variables fundamentales para crear un proceso de capacitación significativo para ellos, que valore su experiencia, les permita lograr un conocimiento más objetivado y reinventar espacios de la práctica que complementen el saber teórico.

ZE: ¿Cómo evalúan el impacto luego del proceso de capacitación?
PP: Trabajo desde hace diez años con directores y cinco años con supervisores. Ellos adquieren una cosmovisión nueva: ven a la escuela como totalidad, no como entidad aislada y fragmentada. Eso les ha dado una potencia de acción muy saludable, tanto personal como institucional.

Además retoman con compromiso los temas básicos de preocupación, pero son una articulación distinta. No obstante, la evaluación de un proceso de formación no termina con el curso de formación. Debería haber un monitoreo serio para poder seguir ese curso en un plazo más largo y ver su impacto en la realidad.

Influencias y expectativas
ZE: Teniendo en cuenta la globalización y la incorporación de nuevas tecnologías ¿cómo será la adaptación?
PP: Es mi deseo que haya un tiempo donde regiones como América latina puedan brindar una mayor autonomía y una mayor profesionalización docente, porque el tema es cómo hacer para cambiar roles de aprendices y docentes e incluir las nuevas tecnologías en un nuevo triángulo didáctico donde el conocimiento pueda fluir de otra manera.
ZE: ¿Cómo se reduce esta tensión entre teoría y práctica?
PP: Creo que no se reduce nunca. Lo que tenemos que lograr es que no haya una fragmentación entre el discurso y la teoría y la práctica misma, que podamos ir pensando una y otra, y construyendo un nuevo conocimiento sobre ella o con ella. La tensión teórica siempre tiene que estar porque los procesos de enseñanza son siempre procesos inacabados. La teoría es una manera de alimentar la práctica cotidiana de un docente, que es compleja y difícil, porque le permite seguir siendo un sujeto activo, creador de situaciones educativas potentes para generar aprendizajes.

La manera en que estructuramos la escuela, el clima general académico de trabajo, la estrategia de aula, la gestión de los directivos, todo esto influye en los aprendizajes, pero también influyen las expectativas, positivas o no, que tengamos los docentes sobre el aprendizaje de los alumnos.