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Entrevista a Berta Braslavsky

19 junio 2014

Fundación LEER

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BERTA BRASLAVSKY es un referente indiscutible en materia de alfabetización. Integra la Academia Nacional de Educación y desde 2004 el Consejo Asesor de Fundación Leer. En esta entrevista exclusiva con Leer en Red, Braslavsky reflexiona sobre el rol de la escuela y de los maestros en el acercamiento de los niños a la lectura, y ofrece sugerencias para el trabajo docente en promoción de la lectura.

Fundación Leer: En su opinión, ¿qué aporta el contacto de los niños desde la temprana infancia con libros de literatura infantil?

 Berta Braslavsky: No se trata de una opinión, sino de participar de una convicción acerca de la importancia de la literatura en el desarrollo cultural del niño, a partir de las primeras manifestaciones de su relación con el mundo. Las canciones de cuna -mediante el halago de sus sonidos, la repetición y sus ritmos transmitidos en el vínculo emocional con su madre- establecen su primer contacto con la literatura.

El contacto temprano con los libros manipulables que se ponen a su alcance familiariza al niño con el objeto esencial de la cultura escrita, su aspecto, su manejo.

Los libros con imágenes concitan su atención y la experiencia de secuencia temporal del antes y después. La lectura que oye cuando su madre le lee, lo familiariza con el lenguaje gramaticalmente mejor configurado, con más vocabulario y mejor pronunciado. Y con el cuento, realiza una primera experiencia de la macroestructura coherente de un texto, como esencia de la comprensión, con la intensidad de un aprendizaje que se realiza en una catarsis profundamente emocional como es la que se establece en la relación de la madre, el padre u otro adulto en el acto compartido de una lectura que despierta la fantasía y la creatividad del pequeño.

 

F.L.: ¿Qué rol debe ocupar la escuela en el acercamiento de los niños a la lectura de obras literarias?

 

B.B.: Si en la familia tiene lugar la prehistoria del lenguaje escrito, también se confirma que en la escuela comienza su historia, es decir, la posibilidad de llegar al dominio pleno de la lengua escrita, con todo el valor simbólico que tiene como álgebra del lenguaje. Por eso, -teniendo en cuenta los cambios críticos del desarrollo natural y cultural durante la infancia y la adolescencia y las características individuales de su medio social-, la escuela debe cumplir con la misión de promover intencionalmente su aprendizaje a través de amplios repertorios de estrategias.

 

Por cierto que en esas estrategias ocupan un lugar importantísimo las obras literarias. Pero no por didactismo, sino por el papel esencial que ellas tienen para la adquisición de la lengua escrita generando el amor por la lectura.

 

F.L.: ¿Qué nos puede comentar respecto del rol del nivel inicial y de los diferentes ciclos de la escuela en el acercamiento a la lectura?

 

B.B.: En el nivel inicial, sobre todo en ¿preparatorio? y en el primer grado, la repetición de la lectura de cuentos y poesías -junto al placer-, permite que los niños relacionen la visión con el sonido cuando manipulan el libro que le fue leído por el maestro. Al oír y ver nuevas palabras, además de enriquecer su caudal lingüístico, pueden desarrollar la ?toma de conciencia lingüística?, que se inicia con la comprobación de que le escritura es un lenguaje que reproduce lo que se habla.

Mientras tanto, a través de la obra literaria, fortalecen su desarrollo emocional, social, cognitivo y moral. Aunque al principio no puedan verbalizar los temas y símbolos literarios, reconocen la bondad y la lealtad de un personaje para cumplir una promesa, su desventura ante una injusticia, su coraje para vencer el miedo, su ingenio para vencer contrariedades. Progresivamente, a medida que vencen las dificultades que presenta el sistema alfabético de escritura,- con la ayuda, además, de estrategias específicas, los niños irán desarrollando los procesos superiores de la mente que les faciliten el acceso a la comprensión profunda del simbolismo de los signos escritos.

A lo largo de la escolaridad, para desarrollar la comprensión y la imaginación, deben estar a disposición de la escuela y su currículo, todas las formas y géneros literarios que el maestro necesita manejar: prosa y poesía, realidad y ficción, exposición y narración, tradicional y contemporáneo. Desde el primer ciclo pero especialmente a partir del segundo, las estrategias -y en particular las preguntas de alto nivel-, conducen a la formación de conceptos mientras se adquieren los conocimientos.

 

F.L.: ¿Cual debe ser el rol del maestro, en particular, en la promoción de la lectura?

 

B.B.: El rol del maestro es, desde luego, un rol esencial, muy complejo y muy gratificante. Ante todo, debe ser él mismo un lector apasionado para transmitirle al alumno el entusiasmo por la lectura y estar interesado en todos los géneros literarios.

Pero, al mismo tiempo, debe tener una excelente formación profesional para conocer a los alumnos en su nivel evolutivo y las experiencias culturales en el medio social y cultural de cada uno según cual fuere la lengua o el nivel educacional de la familia en que se desarrolló.
Debe tener conocimientos sobre la lengua escrita y saber enseñarla, con habilidades para aplicar estrategias grupales, individuales y contextuales estableciendo, además, relaciones fluidas con la familia y la comunidad. Debe confiar en la aptitud de sus alumnos y en sí mismo para influir en su desarrollo.

El maestro necesita armonizar sus acciones en un contexto escolar propicio, discutiendo y planificando sus acciones en un proyecto compartido, en colaboración con sus colegas, a su vez coordinados por una dirección comprometida en un plan de colaboración entre pares que le dé sustento a cada uno y continuidad en el trabajo de todos.

Mucho podría decirse, además, sobre la responsabilidad del Estado en la jerarquización de los maestros como profesionales eficientes.

 

F.L.: ¿Qué tipo de actividades acercan los niños la lectura y los motivan para leer? ¿Qué tipo de propuestas los ayudan a mejorar la capacidad para comprender los textos?

 

B.B.: Hay que empezar por insistir en las actividades que no se deben hacer, tales como la enseñanza memorística de las letras y sus combinaciones, según ocurre todavía con demasiada frecuencia aunque muchas veces de manera encubierta.

Se trata de practicar una lectura activa centrada en la comprensión. Por eso, cuando el pequeño no sabe leer, es el adulto, -la madre primero y el maestro después-, con preguntas, intercambios y comentarios, quien le ayuda a comprender el texto para que pueda disfrutar el contenido y sus expresiones. Y ese disfrute es la mejor motivación.

Es la ayuda lo que le permitirá al niño hacerlo más tarde por sí mismo. O, en otros términos, es el andamiaje que le permite construir su comprensión. No quiere decir que no haya que ayudarle también, -sobre todo en el preparatorio y en primer grado-, a realizar su ?toma de conciencia lingüística? para llegar al ?principio alfabético?. Sin abandonar la comprensión que se realiza en la lectura compartida, consiste en estrategias que atienden a la complejidad del sistema alfabético de escritura en su relación con el lenguaje hablado que representa, que son convenientes para todos pero muy necesarias para aquellos niños que no han tenido suficientes experiencias con el lenguaje escrito durante la primera infancia.

Cuando logran dominarlo, pueden poner toda su atención en la comprensión del texto, -y con eso motivarse para leer activamente y escribir con sentido-, sin tropezar con los mecanismos del código de la lengua escrita.

Un buen maestro sabe que, más allá de la literatura de ficción o de fantasía, todo el currículo ofrece motivos para leer si en el alumno se despierta el interés por aprender y el maestro, además de saber hacer preguntas, lo motiva para preguntarse a sí mismo y para confrontar con otros lo que sabe y cree saber. La interpretación de láminas, de esquemas, mapas conceptuales y su confección, es requisito de la lectura para aprender.

 

F.L.: La fuerte presencia de la televisión, de internet y de los juegos electrónicos en la vida cotidiana de muchos niños, ¿de qué modo afecta sus habilidades y motivaciones para la lectura y escritura?

 

B.B.: Es indudable que el uso indiscriminado y sin límites de la televisión sustrae de la lectura a los adultos y a los niños. Que los somete a la pasividad física que puede tener consecuencias para su salud y les quita el beneficios que tenían muchos juegos infantiles, -ahora en desuso-, para el ejercicio de la relación con el otro. Que si bien tiene el beneficio de realizar conocimientos con autonomía, sóllo puede hacerlo limitadamente si no dispone de la cooperación que subyace en el aprendizaje humano. Y, si bien es cierto que puede relacionarse en el espacio sin límites por internet, corre los riesgos de la navegación sin brújula.

Sin embargo, esos medios, por ser los instrumentos de un cambio cultural de tantas proporciones, tienen que ser reconocidos tanto por la familia como por la escuela para que los niños sean ciudadanos ?alfabetizados? en el siglo XXI. Existen proyectos para relacionar la enseñanza del texto escrito con la comprensión activa del texto en la pantalla de la televisión mediante recursos que también requieren, en sus respectivos escenarios, de la interactividad de los niños con padres y maestros.

Otros desafíos presenta la informática en la medida en que avanza la provisión de computadoras para todas las escuelas como está ya previsto a corto plazo, ante la fascinación que sobre los alumnos tiene internet y por la rapidez de sus resultados. Pero los alumnos suelen sentirse perdidos y perplejos para manejarse con el hipertexto, compuesto por bloques de palabras o imágenes electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o recorridos en una textualidad abierta, inacabada.

Esas dificultades suelen homologarse con el nuevo concepto de la ?intertextualidad?, explicita en el texto académico con sus referencias bibliográficas, notas, cuadros, e implícita en la obra literaria, con la intersubjetividad expresada en distintas voces y su reacción en la subjetividad del lector. Por eso, se considera que un alumno formado en la alfabetización avanzada que domina la comprensión activa del texto escrito, que más que extraer el significado del mismo lo construye activamente, interactuando a través de conocimientos y experiencias previas y de interacciones recordadas o anticipadas, puede manejar el hipertexto en el internet sin abrumarse ante la complejidad de la red.
Son argumentos para alentar y mantener la unidad de la alfabetización con la tecnología de la información y comunicación.

 

F.L.: Usted ha comentado que tan grave como el analfabetismo es leer y no comprender lo que se lee?. ¿Nos podría ampliar este comentario?

 

B.B.: La falta de comprensión significa reducir el texto a la decodificación de los signos que, -a diferencia de los sistemas ideográficos-, en el sistema alfabético solo representan sonidos. Sin la comprensión, suprimida la semántica, la escritura deja de tener sentido y su lectura queda reducida a emisiones verbales sin lenguaje.

Aunque, lamentablemente suele ocurrir y con demasiada frecuencia, que muchos llegan a ?leer? descifrando fluidamente, sin penetrar en la profundidad del texto. Como resultado ignoran, no saben lo que pronuncian o lo saben muy superficialmente con las consecuencias que están a la vista en las pruebas de evaluación, internacionales y nacionales. Y en consecuencias individuales y sociales similares a las del analfabetismo.

 

F.L.: ¿Qué les diría a los maestros que participan en los programas de promoción de la lectura y de la alfabetización desarrollados por la Fundación Leer?

 

B.B.: Les diría que tienen la suerte de recibir una ayuda tan responsable y que aprovechen el valioso aporte de los calificados profesionales que intervienen en su perfeccionamiento para honrar a la dignidad de su profesión. Ya que, por más que avance la tecnología, ellos siempre tendrán el rol esencial en la promoción de la lengua escrita para todos.

 

Los hábitos de la TV invaden la escuela

19 agosto 2013

Los especialistas debaten cómo aprovechar en el aula las horas de los chicos ante la pantalla.
Los chicos argentinos miran cuatro horas y veinte minutos de televisión por día en promedio, según la consultora Total Research. Estudios internacionales han determinado que, al terminar la educación secundaria, un estudiante ha pasado, como mínimo, unas 11.000 horas en el colegio, frente a unas 15.000 horas delante de un televisor y unas 10.500 oyendo música.
Pero no es todo: la exposición de los chicos a los medios audiovisuales crece y se diversifica con la popularización de la computadora, Internet, los videojuegos y los videoclips.
La cultura de la imagen, el zapping, la navegación y el chateo son opciones vertiginosas, que prometen respuestas rápidas y brindan emociones fuertes. Y conviven cada vez más con una escuela que, en palabras del académico Alfredo van Gelderen, en muchos aspectos «se ha quedado en el túnel del tiempo».
¿Cómo puede y debe interactuar la escuela con esta explosiva realidad de los medios electrónicos? Su impresionante desarrollo, ¿podría transformar la institución escolar?
Van Gelderen no lo cree, «porque para la formación integral de la persona la escuela es una institución privilegiada; en cambio, para la información es una institución débil», dice.
«En esta pelea desigual -agrega-, la escuela se ha puesto en la peor de las posiciones, se ha reducido a un papel informativo y es ahí donde pierde y no puede presentar batalla, porque su fuerza está en la transmisión cultural con intención formativa.»
Por eso la escuela no puede seguir ignorándolos, «sino que tiene que formar buenos receptores de mensajes, tiene que formar sentido crítico y criterio estético, y tiene que hacer comprender a los padres los mensajes no morales que reciben sus hijos», advierte Van Gelderen.
Decodificar mensajes
No en vano se dice que, en este fin de siglo, ya no es suficiente con saber leer y escribir para comprender la realidad. La persona que no tenga los instrumentos para decodificar los mensajes de los medios puede llegar a ser identificado como un nuevo tipo de analfabeto. «De allí la importancia de que los chicos comprendan el significado y las implicancias de estar viviendo en un contexto crecientemente audiovisual», dice Sara Shaw de Critto, presidenta de la Fundación Televisión Educativa.
Por eso mismo hay quienes sostienen que, antes que una computadora en cada aula, lo que hace falta es un buen maestro en cada aula, porque de nada sirve formar chicos capaces de navegar por Internet si después no saben qué buscar o qué hacer con la información que allí obtienen.
«La preocupación social que comienza a manifestarse sobre los niños y los nuevos medios está estrechamente vinculada con dos factores: por un lado, el tiempo que dedican a la televisión, la computadora y los videos, y por otro, los valores y las representaciones que transmiten esos medios», sostiene Critto.
Su preocupación es que los chicos logren un cierto control sobre el uso que hacen de estos medios, porque la realidad es que hoy, si bien nacen involucrados en un mundo tecnológico, no reciben una formación que les permita comprender que no sólo se trata de herramientas útiles, sino que también corporizan un nuevo tipo de organización social.
«Si se considera que la educación es un proceso por el cual se incorporan y transmiten conocimientos, habilidades y valores, queda claro que a la televisión y a los medios interactivos les cabe un papel determinante en la sociedad actual. Por eso es tan importante ofrecer a los chicos pautas de análisis e instrumentos adecuados para tomar decisiones autónomas sobre los mensajes que reciben», explica.
Alejandro Correa, gerente de programas especiales de TV Quality-Educable -sistema privado de televisión educativa, que llega en forma gratuita a 10.000 escuelas de todo el país- da por sentado que el chico que creció con la tecnología ve el mundo distinto, tiene una forma de pensar y un marco conceptual diferentes.
«Pero uno ve que los planes de estudios se van actualizando muy lentamente para asumir esos cambios. Por eso, yo diría que no es que el chico no le preste atención a la escuela, sino que la escuela no le presta atención a ese chico de hoy, mucho más acostumbrado, por otra parte, al ritmo televisivo que al ritmo académico», opina.
Correa también descarta que la escuela deje de existir, pero cree que seguramente redefinirá su papel, «y aquí sí las nuevas tecnologías van a cumplir una función central, porque los chicos tienen una natural inclinación hacia estas herramientas, que ofrecen un enorme potencial educativo».
Por su parte, el especialista en nuevas tecnologías Alejandro Piscitelli ha dicho que los nuevos medios están disminuyendo la exposición de los chicos frente al televisor, y se estima que en el 2000 esta caída será de 100 horas anuales. «Así -asegura-, las nuevas tecnologías pueden terminar siendo aliadas de la transformación en el proceso educativo.»
«Una estructura mental distinta»
«Los medios les muestran y ofrecen a los chicos una realidad con una velocidad tal que no tienen capacidad de analizar, de abstraer, de conceptualizar, y eso les está generando una estructura mental distinta de la nuestra», dice Federico Johansen, rector del colegio Los Robles.
Su experiencia le demuestra que los estímulos fuertes que vienen de la mano de la explosión mediática tienen como contrapartida chicos que se aburren cada vez más en la escuela y que demuestran una notable falta de vocación para el esfuerzo.
Johansen trazó el perfil del alumno secundario medio actual, con gran capacidad intelectual, pero desmotivado y con tendencia al menor sacrificio posible, que concurre al colegio por inercia y porque no tiene otra cosa que hacer, dando vida a una realidad que prolifera: la de los «secundarios guardería», que tienen necesidad, más que nunca, de profesores brillantes para lograr atraer la errática atención de estos estudiantes.
«Antes se ponía en la primera hora al profesor más serio o menos comunicativo, «más goma», como dicen los chicos, pensando que a esa hora todos estaban bien despiertos para prestarle atención. Hoy tenemos que poner al más locuaz, activo y divertido, para que los mantenga atentos, porque si no se duermen», confiesa.
-¿Un profesor estilo Tinelli?
-Claro. Pero resulta que el Tinelli de la docencia no existe, ni puede existir, porque lo que nosotros tenemos que pedirles a los chicos es esfuerzo. Y eso es lo que ellos no quieren. Hoy, claramente, el problema no pasa por la inteligencia, sino por la falta de voluntad. Hoy no tenemos tecnología para educar la voluntad. Antes se respetaban los horarios de las comidas, de las salidas, de irse a la cama y, aunque hoy puedan parecer ejemplos estúpidos, lo cierto es que eso iba educando el carácter desde la casa.
-Ahora todo debe ser rápido.
-Claro, como las respuestas mediáticas. Entonces los chicos, cuando tienen hambre, van a la heladera. Antes, tener que esperar la hora de la comida era una forma de educar la voluntad. Antes, a las 10 de la noche los padres te mandaban a la cama y te ibas, te gustara o no. Hoy los chicos ven televisión hasta la 1 o las 2 de la madrugada y después duermen toda la mañana arriba del banco, viven tirados, todo les cuesta un terrible esfuerzo. .

(LA NACIÖN LINE. Bs.As.05.10.99)

PARA ENSEÑAR MEJOR Y EN MENOS TIEMPO

19 febrero 2013

NOTA: El presente texto es transcrito de la Revista de Educacion Nº 213 del Ministerio de Educación de Chile. Se trata de una entrevista a Eduardo Lazcano, profesor que cuenta con gran trayectoria en el tema de materiales didácticos. Parte del artículo está matizado por intervenciones de él mismo y su experiencia. Esperamos sirva no sólo de reflexión sobre el tema sino también de estímulo.

Los dados de colores se derrumban una y otra vez en las manos inexpertas del párvulo que pretende construir una torre. Y aunque a ojos profanos pareciera ser sólo un juego, todo un proceso de aprendizaje se está verificando en su interior.

El adolescente que goza releyendo revistas de comics o aquel que siente4 gran afición por el cine, también está aprendiendo muy rápido y en forma entretenida. En los casos mencionados, los elementos están entregando una enseñanza.

Todo aquello que apoya el proceso de enseñanza-aprendizaje es material didáctico. Para desarrollar material didáctico es necesario inventar, ser creativo.

“Y la pregunta que uno se hace es cómo puedo enseñar mejor aquello que sé, ¿cómo me las arreglo? Le estoy hablando de los años 50, cuando se empieza a hablar de los medios audiovisuales.”
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“El profesor chilenos, por lo general, es muy creativo. Muchas veces deja de lado su situación económica y gasta el poco dinero que gana en comprar textos para autoformarse. El tremendo desafío es enseñar a más gente, mejor y en menos tiempo”, advierte.
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Como ejemplos, destaca que en las clases de Historia y Geografía, se utilizaba un volcán en erupción, hecho en greda. Enseñaban a los profesores a confeccionar rotafolios –un talero con hojas sin desprender- y a preparar una gelatina especial para hacer un hectógrafo y reproducir sus pruebas.

“En esta experiencia cada profesor nos contaba cosas nuevas y despertaba nuestra creatividad”, dice Eduardo Lazcano.

ANTES ERA MÁS FÁCIL ENSEÑAR
Opina que antes era más fácil enseñar, porque no existía el asedio de los medios. “Ahora lo que se educa en el colegio se des-educa afuera.”

Reconoce que el acervo cultural es mayor en la actualidad, pero escapa de las manos del profesor. La educación es un asunto de toda la sociedad, manifiesta, y más aún cuando se invita a los establecimientos a elaborar sus propios programas.
Señala que un profesor creativo sabe cómo despertar los sentidos al niño. “Los chinos afirman: si lo oigo, se me olvida- si lo veo lo recuerdo- si lo hago, lo sé”, sentencia, el profesor Lascano, y agrega que lo más importante es la experiencia directa.

Explica que mientras mayo es la cantidad de sentidos que se concentren en el aprendizaje es mejor la retención. “Nosotros tenemos que saber usar la televisión, las historietas. Esos medios están empleando elementos que los profesores no hemos sabido incorporar”.

De acuerdo con los diversos métodos de enseñanza, retenemos y asimilamos un mayor o menor porcentaje de información. A las tres horas de escuchar una clase estilo conferencia, recordamos un 70% de los datos, y a los tres meses, sólo un 10%. Si se utiliza material didáctico visual, al cabo de tres horas el participante retiene el 72% y a los tres meses el 20%. Una clase con material audiovisual logra un 83% de retención a las tres horas, y un 65% al cabo de tres meses.

Usualmente el problema que ofrece el material didáctico está relacionado con los recursos disponibles. … “Hay que generar un material didáctico, que tenga vigencia para toda la vida”, reflexiona, “porque el material se puede destruir, y se puede hacer de nuevo, como los bloques lógicos, los volúmenes y las regletas, que pueden durar tres a cuatro años.”

Existe para el observador atento una variada gama de material didáctico: textos de estudios, libros complementarios, libros de consulta, enciclopedias, revistas y periódicos, documentos, recortes, materiales duplicados, materiales programados (auto instrucción, películas de cine, programas de televisión, programas de radio, grabaciones (en cintas y disco), imágenes planas, dibujos y pinturas, transparencias grandes y chicas, diapositivas, microfilmes, microtarjetas, estereógrafos, mapas, globos terráqueos, gráficas, cuadros, diagramas, carteles, caricaturas, títeres, modelos, simulaciones, colecciones, especímenes, materiales para franelógrafo, materiales para pizarrón magnético, materiales para dibujo, materiales de exhibición y equipos multimedios.

PRINCIPIOS
Para utilizar tales medios, el profesor Lazcano detalló los principios generales. No hay un solo medio que sea óptimo para todos los fines, y su uso debe relacionarse con los objetivos. Aclara que los usuarios necesitan familiarizarse con el contenido de los medios y éstos tienen que ser adecuados para el formato de enseñanza.

Asimismo, han de corresponder a las capacidades y estilos de aprendizaje. Resalta que no se pueden calificar de buenos o malos, por el simple hecho de ser concretos o abstractos. Para su elección es importante usar un criterio objetivo, no sobre la base de preferencias personales y predisposiciones.

Expresa que las condiciones físicas que rodean las aplicaciones de medios afectan en grado significativo los resultados.
Volviendo a su experiencia personal, el profesor Lazcano revela que con el tiempo se fue perfeccionando, “había que pensar en la básica, en la diferencial, en las escuelas técnicas, en la industrial, en la de adultos que utilizan materiales especiales”.

¿CÓMO APRENDEMOS?
1% mediante el gusto
1,5% mediante el tacto
3,5% mediante el olfato
11% mediante el oído
83% mediante la vista

PORCENTAJE DE DATOS RETENIDOS POR ESTUDIANTES
10% de lo que leen
20% de lo que escuchan
30% de lo que ven
50% de lo que ven y escuchan
70% de lo que se dice y se discute
90% de lo que se dice y luego se realiza

VENTAJAS DE LOS MEDIOS AUDIOVISUALES
1. Reducir el verbalismo
2. Hacer el aprendizaje más permanente
3. Aumentar el interés y absorber la atención.
4. Estimular la actividad por parte de los alumnos.
5. Orientar el interés reprimido.
6. Desarrollar la continuidad del pensamiento.
7. Ayudar la creatividad y el desarrollo de un vocabulario lleno de significado
8. Ampliar la escala de experiencias posibles.
9. Mejorar la efectividad de otros materiales.
10. Formar en gran medida conceptos claros y precisos.
11. Proporcionar experiencias que no son fácilmente obtenibles, a través de otros materiales y que contribuyen a la eficiencia, profundidad y variedad de aprendizaje.