LOS LIBROS PREDECIBLES: CARACTERÍSTICAS Y APLICACIÓN I PARTE

Mabel Condemarín. Departamento de Educación Especial. Pontificia Universidad Católica de Chile Rev. Educación Nº 176

La utilización de los libros predecibles apoya el valor del uso de la literatura en el aprendizaje de la lectura y de las otras artes del lenguaje. Se denominan así porque los alumnos rápidamente comienzan a anticipar lo que el autor va a decir y la manera como lo va a decir. Apenas el maestro lee unas pocas páginas o incluso unas líneas, los niños dicen en voz alta, recitan o cantan el contenido, gracias al empleo de patrones repetitivos del lenguaje o a la presentación de hechos sucesivos o acumulativos.

Los libros predecibles son especialmente efectivos en la etapa de prelectura y en la lectura inicial. También pueden ser utilizados con éxito por los alumnos con dificultades en lectura y por los adolescentes.

La lectura en los preescolares

En el nivel preescolar, la investigación apoya la creencia de que un porcentaje estimable de niños puede leer naturalmente y sin instrucción formal a través de un programa de artes del lenguaje basado en la literatura (Durkin 1966).

Cuando los padres u otros familiares leen en voz alta a los niños, éstos van siguiendo visualmente las líneas, aparean las palabras habladas con las palabras escritas, ayudan a dar vuelta a las páginas, leen en voz alta los patrones de lenguaje familiares y piden que se les lean, una y otra vez, sus selecciones favoritas. Después, los niños recuerdan exactamente lo que dicen las líneas y “juegan a leer” en voz alta ante sus padres o sus amigos.

Esta inmersión “holística” en la lectura va imprimiendo en la memoria de largo término de los niños un vocabulario de lectura, estructuras sintácticas y macroestructuras narrativas (Mandler y Johnson 1977).

La predicción dirigida en los adolescentes

El poder de la predictibilidad también es aplicable a los alumnos con dificultades en lectura y a los adolescentes (12 a 15 años). La predictibilidad aplicada a los adolescentes refleja sus intereses y sus niveles de lenguaje más avanzados y les proporciona una fuente progresiva de buenos contenidos de lectura. Los jóvenes lectores, en la medida en que han acumulado experiencias, desean leer libros que reflejen su desarrollo y consideran innecesario el apoyo de historias con patrones repetitivos o acumulativos porque estiman que esos materiales son “infantiles”.

Libros predecibles: material complementario

Los libros predecibles, al igual que los libros “parlantes” (acompañados de una casete) o los registros de experiencias, constituyen un material complementario para el aprendizaje de la lectura desde la educación preescolar hasta la enseñanza secundaria. La importancia de este tipo de materiales queda en evidencia a la luz del modelo psicolingüístico que sugiere que los niños aprenden a leer el lenguaje escrito cuando descubren su funcionalidad y significado (Goodman 1976; Smith 1971 y 1979).

Sobre la enseñanza de la escritura

La observación directa de la enseñanza, tanto de la lectura inicial como de la lectura correctiva y remedial, en nuestra realidad latinoamericana, pone en evidencia que la enseñanza de destrezas aisladas constituye el modelo más utilizado. Esto se traduce en enseñar el alfabeto, vocabulario visual y fónico, sílabas, desinencias verbales y oraciones, con el apoyo generalmente de un solo libro, a veces denominado “silabario”.

Aprender a leer “leyendo”

Sin duda alguna, esta práctica tiene el valor de desarrollar la conciencia metalingüística del niño frente a los elementos constitutivos del lenguaje escrito, y de destacar la eficiencia del maestro para enseñar a decodificar; pero, si estas destrezas se desenvuelven en forma aislada y sin la necesaria práctica, pasan a constituir para el niño una rutina carente de significado y funcionalidad que retarda el momento mágico de leer en forma independiente. Por el contrario, el acceso del niño a lecturas predecibles desde sus primeros pasos en el aprendizaje de la lectura, le proporciona una inmersión en textos significativos que le permiten practicar lúdicamente la lectura.

En esta forma se concreta la recomendación de Smith (1974) en cuanto a “aprender a leer leyendo”.

Círculo de tres pasos

La predicción desempeña un papel vital en la comprensión de la lectura. Smith (1979, 85) la describe en términos de “tener la oportunidad de apostar a favor de la alternativa más probable”. La predicción aparece incluida dentro de un círculo constituido por tres pasos: muestreo (“sampling”), predicción y confirmación (Goodman 1976). En el primer paso —muestreo— los niños seleccionan la información sintáctica, semántica y grafofónica más útil para realizar una predicción, excluyendo las otras alternativas.

En el segundo paso —predicción— hipotetizan el significado más probable sobre la base de la información seleccionada durante el muestreo.

Durante el tercer paso —confirmación— se preguntan si sus hipótesis tienen sentido con la retroalimentación recibida a partir del texto, lo que les permite aceptar o rechazar sus hipótesis iniciales.

Este círculo de tres pasos se repite a medida que los niños leen, dando como resultado la comprensión lectora.

Características de los libros predecibles

1. Para lectura inicial y niños con dificultades en lectura

Los libros predecibles, para ser usados en la iniciación de la lectura o con los niños disléxicos, pueden poseer una o más de las siguientes características (Cf. Rhodes 1981 y Condemarín 1990):

  • Utilizan textos con un patrón repetitivo que es rápidamente captado por los alumnos. “El burro enfermo” constituye un ejemplo de esta característica.

A mi burro, a mi burro
le duele la cabeza.
El médico le ha dado
jarabe de frambuesas
y gotas de limón.

A mi burro, a mi burro
le duele la garganta.
El médico le ha puesto
una corbata blanca
y gotas de limón.

  • Se basan en la “cultura oral” que posee el niño y que se traduce en poemas, rimas, juegos lingüísticos, adivinanzas, rondas y cantos que él emplea naturalmente en sus variadas interacciones comunicativas.
  • Utilizan textos con patrones repetitivos acumulativos. El cuento de la “La Tenquita” constituye un ejemplo de ambas características. La “tenquita” es un pájaro chileno; pero cuando esta narración tradicional es contada en otras culturas, generalmente adopta el nombre de un pajarillo conocido en ellas.

“Para saber y contar y contar para aprender.

Esta era una Tenquita que tenía unos tenquitos muy lindos, que acababan de salir del huevo.

Una mañanita salió a buscarles qué comer, y como era invierno y había caído mucha nieve, a la Tenquita se le heló una patita.

Al verse coja, la avecita se afligió mucho y, llorando, le dijo a la Nieve:

— Nieve, ¿por qué eres tan mala que me quemaste la patita a mí?

Y la Nieve le contestó:

— Más malo es el Sol, que me derrite a mí.

Entonces la Tenquita se fue donde el Sol, y le dijo:

— Sol, ¿por qué eres tan malo que derrites a la Nieve y la Nieve me quema la patita a mí?

Y el sol le respondió:

— Más malo es el Nublado que me tapa a mí.

Se fue la Tenquita a ver al Nublado, y le dijo:

— Nublado, ¿por qué eres tan malo que tapas el Sol, el sol derrite a la Nieve y la Nieve me quema la patita a mí?»

“La gallinita roja y el grano de trigo” y “El enorme nabo”, de Tolstoy, también constituyen buenos ejemplos de empleo de patrones reiterativos.

“Un día, la gallinita roja
encontró unos granos de trigo.
— ¿Quién plantará el trigo?, preguntó.
— Yo, no  —dijo el pato.
— Yo, nunca —dijo el gato.
— Yo, jamás —dijo el perro.
— Muy bien —dijo la gallinita roja—.

Entonces, yo lo haré.
Y plantó sus granos de trigo.

Al cabo de cierto tiempo
los granos crecieron y maduraron.
—¿Quién cortará el trigo?
—preguntó la gallinita roja.
—Yo, no —dijo el pato.
—Yo, nunca —dijo el gato.
—Yo jamás —dijo el perro.
-Muy bien —dijo la gallinita roja—.
Entonces, yo lo haré.
Y cortó el trigo…”

  • Se apoyan en la correspondencia entre las ilustraciones y el contenido. En el ejemplo:

A la una mi fortuna.
A las dos mi reloj.
A las tres voy en tren.
A las cuatro, me retrato.

Se ilustra cada denominación como “reloj”, “tren” o “retrato” para facilitar la lectura fluida del verso.

Por la misma razón de la familiaridad, los niños también leerán fácilmente rimas, alteraciones, canciones, poesías y avisos publicitarios conocidos. Es importante destacar que lo familiar para un lector que se inicia no debe significar rutina y monotonía: el pequeño lector normalmente tiene humor, fantasía, imaginación, capacidad de juicio, apreciación estética, cualidades todas que deben ser reforzadas a través de la inmersión temprana en la literatura.

A partir de esta característica todo texto narrativo que haya sido leído al niño en forma repetida (Samuels 1979) se transforma en una lectura predecible. Durkin (1966) observó que en los hogares donde se les lee tempranamente a los niños, éstos pasan por una etapa previa a la lectura independiente en la que “juegan” a leer los textos que los padres les han leído repetidamente.

Una importante estrategia

Los libros predecibles basados en rima o en aliteracióin ayudan a los niños a aprender familias de palabras que contienen comienzos, finales o sílabas similares. Las actividades de lectura o escritura que se focalizan en este tipo de libro predecible inducen a los alumnos a descubrir algunas rfeglas de la correspondencia letra-sonido. Así ellos aprenden a reconocer palabras no familiares por analogía con palabras similares conocidas, hecho que constituye una importante estrategia de reconocimiento de palabras (Smith, 1979)

Todas estas características hacen que los libros predecibles sean diferentes de los textos típicos de primero y segundo grado. La lectura fluye con naturalidad porque tanto el vocabulario y la sintaxis empleados, como la estructura del contenido conceptual de los libros predecibles reflejan el mundo interno del niño y su lenguaje, y permiten también que los lectores utilicen su conocimiento intuitivo acerca de las estructuras narrativas en el caso de los cuentos tradicionales (Mandler y Johnson, 1977).

Secuencias conocidas

Los libros predecibles se fundamentan en secuencias comúnmente conocidas, proporcionan  oportunidades para leer y escribir sobre esas secuencias, aumentando así el conocimiento del niño sobre un tipo de información considerada básica en la vida comunitaria. Otros contenidos predecibles basados en categorías familiares: animales, colores, alimentos o temas (ir al circo, visitar una hacienda, hacer un recorrido por la plaza de juegos) facilitan la adquisición y loa organización de conceptos y vocabulario en relación con dichos temas.

Un recurso para la escritura

Los libros predecibles también representan un recurso para la escritura (Allen y Allen, 1971; Condemarín y Chadwick, 1988, Rhodes, 1981). Cuando se ayuda a los niños a descubrir y a analizar los patrones subyacentes en estos libros, pueden improvisar creativamente sobre la base de estos patrones, cambiando el tema y seleccionando palabras y frases relacionadas que les permitan crear un nuevo poema, juego, ronda o historia. Estos patrones sirven de estructura para apoyar las ideas propias y les dan confianza para expresarse a través de la escritura creativa. A partir de estos “préstamos a la literatura” los niños pueden llegar progresivamente a expresarse en forma original.

En esta forma holística y lúdica los alumnos adquieren instintivamente muchos conceptos relacionados con las convenciones del lenguaje escrito (ortografía, signos de expresión y pausa, diagramación) que enseñados en forma asilada generalmente conforman una rutina carente de significación y funcionalidad.

Utilización del círculo perdictivo

Tompkins y Wbeler (1983) sugieren utilizar los libros predecibles para ayudar a los niños a usar el círculo predictivo ya descrito, mediante una adaptación de las preguntas formuladas en las Actividades Dirigdias de Lectura-Pensamiento de Stauffer (1980). Ambas autoras sugieren los siguientes pasos, que pueden ser aplicados cuando se lee en voz alta ante un grupo de niños o cuando se ayuda a un alumno a leer individualmente.

  1. Leer el título, mostrar la ilustración de la cubierta y preguntar: ¿De qué tratará este libro? Estimular a los niños a usar las palabras del título y la ilustración de la cubierta como claves para efectuar sus predicciones.
  2. Comenzar la lectura del libro y continuado a través del primer y segundo patrón de repeticiones. En cuanto los niños tienen suficiente cantidad de información, detener la lectura y hacerles unas o más de las siguientes preguntas para estimularles a predecir lo que vendrá. ¿Qué pasará a continuación? ¿Qué estará ocurriendo ahora? ¿Qué irá a pasar o que va a hacer o a decir el personaje?
  3. Despues de que los alumnos hayan realizado sus predicciones, pedirles que expliquen por qué las hicieron, empleando una o más de las siguientes preguntas: ¿Por qué pensaron que eso iba a suceder?, ¿por qué creen que eso es una buena idea?, ¿por qué el personaje va a decir (o a actuar) así? El propósito de estas preguntas es ayudarles a darse cuenta que están basando sus predicciones en los patrones repetitivos empleados en el libro.
  4. Leer el próximo conjunto de patrones repetitivos para capacitar a los alumnos a confirmar o a rechazar sus predicciones.

Continuar leyendo y hacerles repetir los pasos 2, 3 y 4. Cuando los niños leen individualmente, estimularlos a utilizar el círculo predictivo. Controlar sus predicciones cuando ellos leen los próximos conjuntos de patrones repetitivos. Apoyar sus intentos de terminar el cuento, aunque sus palabras no sean las exactas. Los lectores principiantes a menudo cometen discrepancias (“miscues”) cuando leen el texto basándose en el significado (Goodman, 1976)

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